DANZA
“Es que con las mujeres me ha ocurrido de todo”
Semana.com hablo con el bailarín de flamenco que presenta esta sábado su más reciente obra Guerrero, en el teatro Julio Mario Santo domingo. Su deseo es hacer un homenaje a los roles femeninos.
Al otro lado de la línea responde Eduardo Guerrero, un español que lleva el flamenco por todo el mundo y quien hace poco ha sido reconocido por representar la cultura de Cádiz, España. Está en México D.F. Esta mañana se despertó temprano. Está repasando Guerrero, el flamenco que presentará este sábado en Bogotá en el Teatro Julio Mario Santo Domingo. Después de que termine esta entrevista quiere ir a visitar el museo de Frida Kahlo. Luego tendrá una comida y a las ocho de la noche irá a un evento. Al día siguiente viajaría a Bogotá.
Semana.com: ¿Cómo fue que empezó a danzar a los seis años?
Eduardo Guerrero: Cuando tenía seis años mis hermanos iban a practicar fútbol, pero yo me iba con mi mamá a llevar a mi prima a la clase de danza porque todavía era muy pequeño para quedarme solo en la cancha de fútbol. Empecé a ver desde afuera cómo la gente practicaba los bailes y como a las dos semanas le dije a mi mamá ‘quiero pasar al salón, quiero aprender a bailar’. Mi mamá me miró un poco extrañada y dijo: bueno, venga, pasa. A la semana siguiente ya quería que me compraran mi indumentaria, mis vestidos, mis zapatos… Fue la mejor decisión de mi vida.
Semana.com: Se ha presentado en múltiples escenarios en todo el mundo. ¿Recuerda alguna presentación que haya sido particularmente especial?
E.G.: Hay varios momentos que quiero destacar. Tanguillos Cádiz fue el primer baile con el que subí a un escenario. Fue el baile con el que también gané mi primer premio, fue el baile con el que descubrí lo que era la danza, cuando descubrí que la danza era mi vida. También recuerdo mucho De Dolores, porque fue mi primera creación y era un pequeño guiño a mi abuela Dolores, que también amaba la danza.
Semana.com: Ahora se presenta con ‘Guerrero’. ¿Por qué será distinta a sus otras creaciones?
E.G.: Es un espectáculo en el que por primera vez subo a tres mujeres a actuar para que interpreten canciones durante una hora y media, sin salir de la escena. Es también un homenaje a la mujer que nos nos da la vida. Yo pienso en las madres, en las nanas, en las maestras, en las parejas. En esos vínculos que no se rompen. Es un homenaje a Sandra Sarzana, mi primera maestra de bail, a la maestra de mi natal Cádiz, Carmen Guerrero; a Aida Gómez, la mujer que me introdujo en la escena; a Eva Yerbabuena, a quien considero una de las bailaoras pilares del flamenco y también a Rocío Molina, otra gran bailarina.
Es que con las mujeres me ha ocurrido de todo, con ellas he experimentado el amor maternal, la academia, la amistad, el arte, las mejores discusiones, la risa, el llanto. La mujer ha representado un valor muy importante en mi carrera.
Semana.com: Por el canto y las expresiones que uno puede ver en los videos parece que su danza está marcada por el dolor…
E.G.: Sí y no. Hay momentos de dolor cuando una mujer da a luz a un bebé o cuando se desprende de un ser querido, o cuando se pierde una batalla, o cuando ven que su pareja las ha dejado por otra mujer quizá más joven o bonita. Pero en mi obra no hay solo dolor. Es una guerra de sentimientos, no una guerra contra la gente. Pienso que la mejor victoria es vencer sin competir. Es decir, vencer esas luchas internas, no vencer luchando contra el otro.
Semana.com: La crítica lo describe como un bailarín con toda la elegancia de lo tradicional, pero a la vez con una sofisticación contemporánea. ¿Está de acuerdo con eso?
E.G.: Cuando doy cursos le digo a los bailadores que no intenten imitar a nadie. Yo empecé a estudiar a los 13 años y me introduje aprendiendo los bailes tradicionales, danza clásica, folclórica y también contemporánea. Me fui enriqueciendo de otros artistas como bailarín, pero también vas buscando tu propio estilo. Es importante que miremos de dónde venimos. Pero no solo debemos quedarnos de que debe ser el flamenco de la taberna porque como todo en la vida, evoluciona.
Semana.com: Hay personas que afirman que para bailar o cantar flamenco tienes que ser español, que de otra manera no podrías...
E.G.: No, no creo que sea así. Si realmente a una persona le gusta, es apasionada, disciplinada, lo estudia, así sea de otro país, puede aprenderlo.
Semana.com: Algunos dicen que la guitarra es lo que saca lo mejor de usted…
E.G.: ¡Ah, la guitarra! Siempre escribo y luego me siento con el guitarrista Javier Ibáñez. Es como hablar contigo mismo a través de la música. Él sabe entenderme, sabe cuáles son los sonidos... Para mi la guitarra es el instrumento que hace que mi cuerpo sea capaz de moverse. Paco de Lucía decía que si uno llega a entenderla puede descubrir unas notas preciosas, que puede llegar a hacerte llorar. A mi me gusta repetir y repetir una tonada y un movimiento para que la gente pueda recordar esa misma armonía y para que a su vez esa armonía vuelva a vivir.
Semana.com: ¿En qué se debería fijar una persona que nunca haya ido a ver bailar y cantar flamenco?
E.G.: En nada. Lo mejor es que vayan y se sorprendan. No quiero predisponerlos. Cuando la persona nunca ha visto algo y lo ve por primera vez es de las sensaciones más bellas, porque vas virgen, con la mente limpia. Esa experiencia de la primera vez pasa solo una vez en la vida. Nada mejor que sentarse y decir “no sé qué va a pasar”. Me gusta pensar que el flamenco es como el teatro, que puedes ir a disfrutar sin ninguna pauta.
Fecha: Viernes 10 y sábado 11 de febrero, 7:30 p.m. Lugar: Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, calle 170 Nº 67-51 (Bogotá). Información y boletería en: www.primerafila.com.co.