Cultura
Esta es la manera correcta de hacer la oración de Magnificat
Esta oración es conocida como el famoso cántico a la Virgen María, una plegaria de alabanza y gratitud
La oración del Magnificat es una expresión de fe profundamente arraigada en la tradición cristiana que se basa en las palabras de la Virgen María registradas en el Evangelio de Lucas, capítulo 1, versículos 46 al 55. Esta oración, también conocida como el Cántico de María, es una plegaria de alabanza y gratitud hacia Dios por sus maravillosas obras y es un componente fundamental de la liturgia y la devoción cristiana. A continuación, se presenta la manera correcta de hacer la oración del Magnificat, su significado y su importancia en la vida espiritual de los creyentes.
El Magnificat en la escritura
El Magnificat se encuentra en el Evangelio de Lucas, específicamente en el capítulo 1, versículos 46 al 55. Estas palabras son pronunciadas por María, la madre de Jesús, después de que Isabel, la madre de Juan el Bautista, reconoce la importancia de María como la madre del Salvador. El texto bíblico dice:
“Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva; porque he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí y santo es su nombre.” (Lucas 1:46-49)
El Magnificat continúa con María alabando a Dios por su misericordia, su justicia y su fidelidad, y por su promesa de exaltar a los humildes y derrocar a los poderosos. Esta oración encarna un espíritu de alabanza y gratitud por las bendiciones divinas.
“Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos. Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos”.
La importancia del Magnificat
El Magnificat es una de las oraciones más significativas en la liturgia cristiana y es especialmente relevante en la tradición católica, donde se recita diariamente en el Oficio de Vísperas o las Horas Canónicas. Su importancia radica en varios aspectos:
- Alabanza y gratitud: el Magnificat es un acto de alabanza y gratitud a Dios por Sus obras en la vida de María y, por extensión, en la vida de todos los creyentes. Es un recordatorio de la importancia de reconocer y agradecer las bendiciones divinas.
- Testimonio de humildad: en estas palabras, María muestra su humildad al aceptar su papel en el plan divino con humildad y sumisión. Su ejemplo de servidumbre y obediencia a Dios es un modelo para los cristianos.
- Justicia y compasión: el Magnificat resalta el compromiso de Dios con la justicia y la compasión, en particular hacia los oprimidos y necesitados. Esta oración llama a los creyentes a reflexionar sobre su responsabilidad en la búsqueda de la justicia y el cuidado de los menos afortunados.
- Empoderamiento de los humildes: el Magnificat destaca la exaltación de los humildes y la caída de los poderosos. Esto lleva a la reflexión sobre la igualdad y la dignidad de todos los seres humanos a los ojos de Dios.
La oración del Magnificat se puede hacer de varias maneras, ya sea en una configuración litúrgica formal o en la devoción personal. Aquí se describe la manera correcta de hacer esta oración:
- Preparación: antes de comenzar, es importante encontrar un lugar tranquilo y sereno donde el creyente pueda concentrarse y abrir su corazón a la alabanza y la adoración.
- Invocación: tradicionalmente, el Magnificat comienza con la invocación “Mi alma glorifica al Señor”. Esta frase establece la intención de alabar a Dios y centrarse en Él.
- Recitación: luego, se recitan las palabras del Magnificat tal como se encuentran en el Evangelio de Lucas (Lucas 1:46-55). Pueden recitarse en voz alta o en silencio, según la preferencia del creyente.
- Reflexión: después de recitar el Magnificat, es útil tomarse un momento para reflexionar sobre sus palabras y considerar su significado en la vida