Cultura
Esta es la oración más poderosa para fortalecer el amor propio
Es importante depositar la fe en las intenciones personales.
El día a día de una persona se ve condicionado por las emociones, actividades y pensamientos que aparecen. Puede existir una variante en el estado de ánimo y en los comportamientos, llevando a que la perspectiva de vida sea distinta.
Uno de los temas que más se ha comentado en la parte interior del ser humano es la del amor propio, el cual no es sencillo de lograr a raíz de inseguridades, complejos y malas percepciones que hay en cada uno. En la actualidad es cuando más se habla de este detalle, pues es lo que permite que las personas puedan disfrutarse y conocerse plenamente en distintos ámbitos.
Según se conoce, el amor propio es considerado un conjunto de emociones y predisposiciones cognitivas que una persona hace de sí mismo.
De igual manera, este asunto es relevante para la construcción personal, logrando un balance interno y así no caer en prácticas dañinas. No obstante, además de reconocer las imperfecciones y lo que está mal; este término se utiliza para generar conciencia de que algo está causando daño y dar prioridad a las necesidades personales que posee.
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La oración es un buen refugio para conectar con la parte espiritual, dejando de lado los miedos, temores y angustias que pueden perjudicar la estabilidad emocional.
Por eso, el portal Unidos en oración compartió unas palabras que servirán para generar un bienestar interno y una conexión con Dios.
Oración para el amor propio
Querido Padre lleno de amor y de bondad, un día nuevo se levanta en mi vida y te doy gracias por ello. Tú conoces mi corazón, Señor, sabes el amor que hay en mí para ti, Dios omnipotente, para mis seres queridos, e incluso, el amor que hay para mí mismo. Tú conoces mis heridas y mis dificultades, es por ello que hoy me postro ante tu Santa presencia.
Permíteme encontrar un refugio en tu corazón, Señor, permíteme encontrar en ti la razón de mi vida y de mi amor. Tú me hiciste a tu imagen y semejanza, es por ello que soy un ser humano único y especial, pero bien sabes que no siempre me siento así, que a veces mi amor propio parece esfumarse y me siento solo, vacío y sin valor, olvidándome de que soy importante porque provengo de ti.
Quiero pedirte en este día, mi Dios precioso, que me ayudes a amarme a mí mismo tal y como soy, con mi manera de ser, de pensar y de actuar, que me ayudes a querer mi físico, mi rostro, mi cuerpo y cada parte de mí, pues aunque sé que ante los ojos del mundo no pueda ser perfecto, sé que para ti lo soy porque tú me has creado con mucho amor.
Ayúdame a valorar mi cuerpo, que es el templo que tú me regalaste, a amar cada espacio que hay en mí, a saber y reconocer que soy importante, que soy especial, que aunque haya muchas personas alrededor mío, yo sigo siendo una persona única, pues no hay nadie como yo. Ayúdame a entender, Señor bendito, que si tú me amas por lo que soy, debo amarme yo también.
No dejes que los comentarios malintencionados me desanimen y me hagan creer que no soy especial. Ayúdame a hacer oídos sordos, de las palabras necias, de los insultos de aquellas personas que solo quieren verme herido y con sufrimientos a cuestas. Por favor, mi Dios, ayúdame a ser fuerte con mi propio amor, pues si aprendo a querer mi cuerpo, mi mente, mi alma y mi corazón, seré capaz de valorarlo, respetarlo y sobre todo, de defenderlo.
No permitas que me hunda en mis propios pensamientos, Señor, en pensamientos negativos de odio hacia mí mismo, porque eso no es de ti. Ayúdame a valorarme a mí mismo, a amarme tal y como soy, pues de esa manera seré capaz de amar de a los demás, seré capaz de amar a mi prójimo e imponer el respeto que mi vida realmente se merece.
Santo Padre celestial, ayúdame a crecer en el amor hacia mí mismo, que jamás vuelva a pensar que no valgo la pena, que soy poca cosa o que existen mucho mejores personas que yo. Ayúdame a ser feliz con la persona que soy, que pueda ser fuerte e independiente, que pueda aceptarme completamente y amarme de la misma forma en que tú lo haces.
Que las opiniones de los otros no me afecten, mi Dios, pues he de saber que solo importa lo que tú pienses de mí, porque eres el que me juzga, pero también el que me muestra el camino que debo seguir, el que guía mis pasos y está conmigo constantemente. Toma mi corazón, Señor, y llénalo de perdón, de perdón conmigo mismo, pues muchas veces me vi limitándome a mí mismo por no saberme amar.
Limpia mi mente de esos pensamientos recriminadores, de esos pensamientos llenos de odio, de vergüenza y humillación para conmigo mismo. No permitas que mi mente vuelva a caer en aquel agujero de pensamientos que no me llenan, sino más bien, me hacen sentir mal.
Señor mío, bendito, que estos cambios en mis pensamientos, en mis sentimientos y en mi forma de sentir mi amor propio, puedan influir en mi manera de amar a mi prójimo, en mi forma de respetarlo y de darle el lugar que se merece con la dignidad humana de la que tú nos has dotado.
Mi precioso Dios, qué bonito es sentir que tú trabajas en mi vida, que tú pones tu amor en mi corazón y que ahora puedo ser una nueva persona, llena de amor por sí misma, por el prójimo y por todas las criaturas de tu Creación maravillosa. Gracias por darme esa dicha, mi Dios y gracias porque me das una nueva oportunidad para ser feliz conmigo mismo.
Me quedo contigo, Señor mío, porque sé que me escuchas, porque sé que estás conmigo guiando mis pasos y enseñándome a amarme a mí mismo. Gracias porque eres bueno, porque tu misericordia es grande y porque día a día me regalas la oportunidad de salir adelante siendo quien soy. Todo esto te lo pido y agradezco, en el precioso nombre de Jesús, Amén.