Festival musical
Estéreo Picnic 2024: los momentos épicos y memorables, las tendencias musicales y el ‘ranking’ de presentaciones
Cuatro días de música, interacción, activaciones, amistad y baile cerraron por todo lo alto y dejaron varias memorias imborrables que aquí resaltamos. Compartimos también nuestro ranking de conciertos presenciados.
Un festival como el FEP vive de la música, pero se alimenta de las muchas cosas que pasan alrededor de la misma, de la actitud y la manera con la que se entrega, del sonido y de la interacción de los artistas con el público. Porque la magia se da sumando todos estos factores y otros tantos más, incluyendo a la suerte.
En ese orden de ideas, aprovechando nuestra presencia en el terreno, compilamos observaciones sobre lo presenciado y sobre los momentos inolvidables que tuvieron lugar del 21 al 24 de marzo de marzo, en el Parque Simón Bolívar de Bogotá, en una enorme y muy cómoda edición del Festival Estéreo Picnic en 2024.
Para la posteridad
A los inolvidables que han partido, recordarlos: Fue un gran momento en el que Fred Durst de Limp Bizkit le pidió a DJ Lethal lanzar una canción romántica para invitar a la gente a un baile lento, y este respondió con “Careless Whisper” de George Michael. No fue coincidencia, porque vino después del cover que su banda hace de “Faith”, del excelente cantante británico, fallecido muy pronto, en 2016.
Al muy recordado Taylor Hawkins, el enorme baterista de Foo Fighters, se le rindió tributo. Sucedió en el marco del festival, en su edición 2022, que Hawkins se despidió prematuramente de este mundo, mucho más pronto de lo que todos hubiéramos querido.
“Untarse de pueblo”, una renovada pasión en FEP 2024: En esta edición del festival la interacción (muy) cercana con el público fue una tendencia notable y bienvenida. Fueron varios los artistas que escogieron saltarse la barda e inmiscuirse en la turba feliz. Que esta tendencia recurrente en esta edición (año 14 del FEP, edición 13).
Estas muchas interacciones se cuentan las de Jared Leto, que le costó su cachucha naranja, la Wim Butler y la de Régine Chassagne de Arcade Fire, también a M.I.A. y a Dillom arrojándose de espaldas, a Thomas Mars de Phoenix caminar entre los mortales y elevarse como el ave.
Por otro lado, en Arcade Fire y en The Offspring, sus integrantes animaron al público bogotano a cantar, y no un tarareo sencillo, le pidieron a Bogotá melodías exigentes, y el público reaccionó con un gran oído e inusual afinación. Noodles, de The Offspring, declaró que este, el último concierto de la gira que concluyeron, había sido el mejor. ¿Verdad o mentira? No importa, tocaron como si así fuera e interactuaron entre ellos y con la audiencia con mucha gracia y admiración.
Homenaje para un “Preso de la salsa”: Fruko y su bajo, liderando Fruko y sus Tesos en el FEP, representó a una leyenda de la salsa nacional recibiendo el reconocimiento que merece hace tiempo, con la ovación que se ha ganado por la gran música que ha entregado por años.
La mezcla de géneros, el triunfo de la música: Este FEP fue particularmente rockero, lo cual a mí siempre me atraerá poderosamente. Recuerdo que la primera vez que fui, en 2014, cuando pude pagar dos días, fue obligado por el brutal cartel: tocaron NIN, PIXIES, RHCP, entre otros. Esta edición 2024 fue reminiscente de esa dosis de rock, con enormes bandas de Nu Metal, del Indie, del Punk, del progresivo y muchos más colores y tonos del género.
Sin embargo, el festival es especial por engranar una parrilla de géneros admirablemente y vivir esa variedad es maravilloso. En 2024 hubo espacio para un reggaetón que no me llama a mí pero sí a decenas de miles, que merecen tenerlo como opción y ver a alguien que le mete las ganas (como se asegura sucedió con FEID).
Hubo lugar para el jazz de vena improvisadora con Anamaría Oramas, para la pulsante música del Pacífico, con tumbao y gracia, con Verito Asprilla. Aparecieron los sonidos Grupo Frontera, que miles cantaron a todo pulmón.
Hubo presencia de rap colombiano, con Selene y La Etnnia, y tronó la particular y vibrante música de M.I.A.. Aparecieron cantautores como Lucas Hill y Kevin Kaarl, así como un fenómeno hiperactual del pop y del rhythm and blues como SZA. Y figuraron un crooner vanguardista como Sam Smith y una propuesta única de deep perreo como la de Arca; en ambos casos, crean arte que no oculta su fuerza de creación y de representación.
Lea nuestras crónicas de los cuatro días del FEP 2024
¡Apréndase la letra!, o invierta la dinámica: La invitación de 30 Seconds to Mars a Manuel Medrano no salió tan bien como se esperaba, pues le pillaron a Medrano el comprimido com las letras (algo parecido a lo que le sucedió a Catalina García cuando subió a acompañar a Alci Acosta el año pasado).
Más allá de esto, lo que sí salió bien fue que las bandas invitaran a alguna otra agrupación o músico a cantar una canción del invitado. Morat se unió al Grupo Frontera a cantar “No se va”, y salió muy bien librado. También fue un éxito la versión de Arcade Fire de “Fuego” en la que Li Saumet cantó en nombre de Bomba Estéreo.
Cantantes y performance grandiosas: Sam Smith con su música y SZA y su masivo talento, mostraron el rango de sus voces, pero sus espectáculos fueron mucho más que solo un despliegue de tremendas voces. En ambos casos, esa voz única lideró un esfuerzo que engranó los talentos de decenas de músicos, bailarines, coreógrafos, diseñadores de vestuario y escenógrafos. Y es impresionante verlo todo cuajar como lo hace.
Ferxxo Droniman: Feid sacó los drones para efectos espectaculares, y estos fueron usados para armar en los cielos figuras bien particulares, entre ellas sus gafas y una bandera de Colombia con una estética reminiscente de los puestos de souvenirs colombianos en el aeropuerto. Personaje en el piso y personaje en el aire, el hombre que llevó ‘mor‘ al mundo entero.
Espectáculos visuales, estética y armonía: Desde el primer concierto, de Lucas Hill, el jueves 22, el festival mostró grandes despliegues visuales. No solo a nivel de espectacularidad, también a nivel estético, en armonía con el espíritu de la música y del artista. Lo de Okraa fue genial también, en música de primer nivel y en en su presentación visual de primer nivel.
A gran escala, lo de Who Made Who fue imponente, con un set que elevó a sus tres integrantes en cuasi naves espaciales, con un juego con la pantalla increíble que jugaba con una especie de cocuyo elevado en tres dimensiones y que entregaba unos reflejos increíbles.
Y Arcade Fire no hace lo más espectacular, pero todo lo que hace lo hace espectacular y cuidadosamente. Su disposición en escena, las visuales que escoge, todo suma a ese júbilo de concierto que entrega. Placebo mostró cosas interesantes en su set de ánimo intencionalmente contenido, con figuras que parecían derretirse en color arena y con contrastes de alta luz en colores púrpuras, violetas, rojizos y verdes.
En el turno nocturno, electrónica excepcional: En la carpa Colsubsidio, en el Escenario CeraVe y en el Escenario Adidas hubo música electrónica fantástica. Overmono fue maravilloso, cautivante en sus tonos y en sus mezclas. Floating Points y Four Tet, nombres grandes, no decepcionaron. The Blessed Madonna también mostró todos sus colores y prendió el sábado desde temprano.
El cambio de horario de ZHU sirvió para poder verlo después de Limp Bizkit, una fortuna, considerando que fue un gran concierto que se esperaba perdido en el sacrificio.
En el gran formato, lo que entregó Who Made Who, con un espectáculo híbrido entre la banda en vivo y la electrónica, fue asombroso; y, cerrando el festival, los franceses de The Blaze fueron de lo contemplativo al estallido de manera magistral. Se hace necesario destacar también a Black Coffee, quién puso a la África negra en el centro de la pantalla y de la sonoridad con su mezcla hipnótica y poderosa.
“Naciones Unidas”: El Salvador, Perú, Panamá, México, Ecuador, Guatemala, Bolivia, Paraguay… gente de todo el continente vino a vivir la edición más cómoda y fácil del FEP, y de la música y experiencia increíble que ofreció.
King Gizzard & the Lizard Wizard: Un tren de muchísimos matices de rock, la banda australiana va de lo funky y “sensaciosuave” a lo psicodélico a lo más pesado y crujiente, todo en minutos y con fluidez. Y cuando entra en modo Overdrive, es indetenible. Después de 30 minutos, cuando su cantante Stu Mackenzie dijo “Pongámonos pesados”, lanzaron una ataque musical que dejó boquiabierta a mucha gente que no se esperaba ese nivel de descarga. Otros, como yo, casi caemos desmayados ante tal voltaje y virtud, poderosamente hermosos.
Chamanes de lluvia: Un secreto a voces dice que el festival apela a chamanes para espantar a la lluvia de su evento magnum opus. Cierto o no, más allá de un cielo usualmente encapotado, hubo ratos de sol y ratos de poderosa luz de luna, que lució cada vez más llena con el paso de los días.
En el FEP 2024 solo llovió antes del inicio de la música, porque, casi por acuerdo cósmico, terminó justo cuando empezó a cantar Lucas Hill, a las 4:30pm del jueves 22. Aparte, cayeron unas ligeras gotas por 10 minutos antes de The Offspring, el domingo 24, mientras una tormenta eléctrica bordeaba el Simón. El clima fue un verdadero milagro que potenció el disfrute y que le sirve al Parque Simón Bolívar a no quedar maltratado.
Ranking de conciertos
Porque no se puede estar en todas partes al mismo tiempo, este escalafón se limita a los conciertos que pude ver, o totalmente o en mitad de su gran desarrollo.
Los excelentes
Arcade Fire, King Gizzard & the Lizard Wizard, Overmono, Phoenix (lea pronto nuestra entrevista con ellos, previa a su fantástico concierto), Who Made Who, Limp Bizkit, The Offspring.
Los buenísimos
Future Islands, The Blaze, Black Coffee.
Los muy buenos
ZHU, Okraa, La Etnnia, Verito Asprilla, Lucas Hill y BUHA 2030.
Los OK (muy bien tocados, pero de los que esperaba otra energía...)
Placebo, Floating Points.