Cultura
Estos son los pecados que se deben evitar para buscar la salvación de Dios
Según la religión católica, una vez que el ser humano fallece, accede al purgatorio.
La religión forma parte de la vida del ser humano, muchas personas de hecho consideran incluso que esta es el centro de su manera de pensar, actuar o discernir ante la sociedad. A medida que avanzan los años, estas han evolucionado de manera puntual, dando paso a que muchos de estos cultos se transformen, o incluso se formen nuevos.
Dentro de esta serie de creencias, es bastante común que el ser humano posea ciertos paradigmas frente al desarrollo de las acciones que se presentan a su alrededor, sin embargo, uno de los temas con mayor debate en el mundo religioso, es la muerte.
Alrededor de los territorios globales, muchas personas poseen distintas creencias respecto al terreno al que se ve trasladado el ser humano a partir de su fallecimiento, siendo este un ejemplo que varía de acuerdo con las creencias o los cultos de los cuales se es creyente, generando así distintos pensamientos o convicciones, como lo puede ser por ejemplo, la creencia en la reencarnación, o en la existencia del paraíso, como un plano divino donde el ser humano llega una vez fallece.
En el caso puntal de la religión católica, se cree en la existencia del purgatorio, una instancia en la cual el ser humano accede al fallecer, y en el cual espera que se puedan condonar sus pecados, para así poder purificar su alma y llegar al cielo.
Esta creencia ha generado un peso de conciencia importante en la sociedad respecto a su forma de actuar, con el fin de poder acceder al perdón de sus pecados una vez que su vida termine.
En muchos de estos casos, se cree en la gracia de Dios, y en el perdón de esta deidad ante todos los pecados, sin embargo, dentro de la religión, se establecen algunos pecados que deben ser evitados en la mayor medida posible, para así poder facilitar la estancia en el purgatorio.
¿Cuáles son estos pecados?
En muchos casos, estos reciben el nombre de pecados capitales, ya que producen como consecuencia otro tipo de daños en la sociedad, como por ejemplo, vicios u otros pecados de manera consecuente, siendo de por sí los pecados un acto de carácter personal, de los cuales, el ser humano se hace responsable durante la vida, y tras su fallecimiento.
De esta forma, se resalta que a partir de eludir estos actos, la sociedad se puede desarrollar en un entorno positivo, y sano, lo que dé paso a que el ser humano pueda ser perdonado durante su estancia en el purgatorio.