Cine
Estreno en la Cinemateca: “El segundo entierro de Alejandrino”
La casa del cine en el centro de la ciudad proyecta este mes el documental de Raúl Soto, que nació en el seno de la comunidad Emberá Eyabida y relata un amor que trasciende tiempo, espacio y el plano de los sueños.
La pandemia demoró su llegada a la ciudad capital, también forzó la cancelación del FICCI 2020 en el cual tenía pactado su estreno, pero ‘El segundo entierro de Alejandrino’ ya se vio en Cartagena, en otros teatros del país, y este mes al fin llega a Bogotá.
No es exagerado decir que la cinta del antioqueño Raúl Soto no pasa desapercibida donde se le exhibe. Ha participado en más de diez festivales y recibió, entre otros, el Premio Especial del Jurado ‘Mayahuel’ al Largometraje Iberoamericano Documental del Festival Internacional de Cine en Guadalajara de 2020, el Premio lengua el Festival Internacional de Cine y las Artes Indígenas en Wallmapu en Chile, en 2021, y el Premio a mejor película Latinoamericana en el Festival Latinoamericano de las lenguas originarias en Perú, también este año.
En palabra de su director
El segundo entierro de Alejandrino es un documental que tiene la particularidad de estar cobijado por un impresionante suceso que hace que todo en uno se estremezca. Sin embargo, trabajamos para ir más allá de lo que fue la anécdota y buscamos que nos cautivaran las sensaciones que despierta el significado que tiene la muerte en las comunidades de origen y en nosotros mismos.
Para mí fue muy importante trascender los hechos, preguntar una y otra vez hasta conocer que el trasfondo de aquello que sucedió en aquel apartado lugar del mundo, estuvo sostenido por una historia de amor tejida durante años entre los chamanes Teresa Bailarín, desde la dimensión de la vida y Alejandrino Carupia, desde la dimensión de la muerte. Relación que se se ató por los sueños que tuvo (y aún sostiene) Teresa con su esposo Alejandrino y que determinaron cada una de las acciones que emprendió ella, su familia y la comunidad para cumplir con los deseos del chamán basados en su propia cosmovisión.
La construcción cercana e íntima de este documental que observa un mundo aparte, lleno de amor y de humanidad, se inició cuando fuimos acogidos como hermanos menores por los Embera, en un generoso gesto de fraternidad. Esta afinidad nos permitió ser de ellos, sentirnos en ellos, mimetizarnos y estar cerca de las decisiones y acciones que se tomaban para solucionar un singular problema que los afectaba y ponía en peligro el fino equilibrio que existe entre las dimensiones de la vida y de la muerte.
Más información en la página de la Cinemateca de Bogotá.