ENTREVISTA

“Imposible no ser feminista en un mundo tan violento”

La boliviana Magela Baudoin, ganadora del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, habló con Semana.com sobre su posición frente a “lo femenino”.

27 de abril de 2016
| Foto: Carlos Julio Martí­nez / SEMANA

A finales del año pasado, esta escritora inundó a los medios de comunicación colombianos. Su libro, La composición de la sal (2014), ganó el Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez. Un reconocimiento que la hizo visible como una de las voces literarias más interesantes de la región.

Semana.com: ¿Cree que existe la “literatura femenina”?

Magela Baudoin: Un par de definiciones de partida, para que no quepa duda: uno, soy feminista, porque es imposible no serlo en un mundo tan violento e indecente con las mujeres. Dos, no creo en “lo femenino” como una categoría literaria, más allá de que yo tenga una fe enorme en las mujeres.

Semana.com: Entonces, ¿qué es lo que existe?

M. B.: Comprendo que hay en esa definición de la literatura “femenina” un fenómeno comercial, de mercado, que sin embargo es ciego y sordo a las diferencias, a las búsquedas creativas y a las estéticas particulares de las escritoras, que suele empaquetar (generalizar) la literatura escrita por mujeres como algo del ámbito de lo “introspectivo-subjetivo” y “menor”, y que está en estantes separados en algunas librerías, casi como una curiosidad.

Semana.com: Un clisé más…

M. B.: Lo que quiero decir es que el género no es una categoría que defina para mí la literatura. Yo escribo desde mi condición de mujer, sí, pero también de migrante, de madre y es probable que mi insomnio crónico tenga mucho más que ver en mi literatura que mi sexo.

Semana.com: ¿Qué están haciendo hoy las escritoras latinoamericanas?

M. B.: Varias  piezas deslumbrantes de América Latina son escritas por mujeres y muestra que lo único que no es casual es el enorme trabajo y la búsqueda que hay detrás. Algo interesante está ocurriendo en nuestra literatura en términos de exploración de una realidad que resulta insuficiente para ser narrada y que abre posibilidades y fisuras en el lenguaje, en los cuerpos de los personajes, en ese margen que hoy no solo habla del dolor o de la carencia, sino que se convierte en una cuerda floja entre la razón y lo inexplicable, o entre las insondables posibilidades de la conciencia y sus espejismos.

Semana.com: ¿Cómo llegó al mundo editorial?

M. B.: Soy una escritora tardía y una lectora temprana. No por mérito propio, sino porque los libros siempre estuvieron en casa. Trabajo con disciplina para no traicionar este acto de fe que es la escritura. Pero puedo decir que la suerte, ese azar indescifrable, ha acompañado mi salida del clóset, con mis tres libros. A eso se le llama estrella, ¿no? Prefiero no creerme nada demasiado.