CULTURA

Fin de ‘Pasión de gavilanes’: 10 razones para extrañarla

La novela, que se volvió a pasar por televisión en la cuarentena, emitió su último capítulo este martes en la noche. Las redes estallaron en comentarios. “Las noches no serán iguales”. Estas son las razones de su éxito.

3 de febrero de 2021
Protagonistas de Pasión de gavilanes. Foto: Montaje. | Foto: Montaje

Cuando la telenovela Pasión de gavilanes se estrenó, en octubre de 2003, fue en uno de los grandes éxitos de la televisión colombiana. Tenía todos los ingredientes para serlo: la sensualidad del Oeste, humor en casi todas las escenas, una trama compleja donde aparecían la justicia y la venganza, y, además, una constante tensión entre los protagonistas.

Sin embargo, desde que apareció en el catálogo de Netflix hace algunos años y, sobre todo, con el reestreno que hizo el Canal Caracol a principios de julio, su éxito revivió con una fuerza que pocos esperaban. En medio de la cuarentena, actores y actrices como Jorge Cao, Danna García y Zharick León recordaron su participación en la telenovela. Además, ya hay algunos fanáticos que se han dedicado a hacer cuentas para saber la fecha exacta en la que se emitiría por televisión abierta el capítulo final de la telenovela.

Pero, ¿por qué diecisiete años después de su estreno aún esta historia está vigente? Ómar Rincón, crítico de televisión e investigador de medios, habló con SEMANA cuando la novela comenzó a emitirse nuevamente. El experto comentó que esta trama, además de ser pionera en muchos aspectos narrativos y estéticos, logró recuperar la esencia de las historias clásicas latinoamericanas y mezclarlo con elementos profundamente populares: Pasión de gavilanes “junta lo bueno del melodrama, lo bueno de la estética y se atreve a desnudar a los hombres, algo que en su momento fue toda una innovación”.

Estas son algunas de las claves de su éxito.

1. Es un espejo de la cultura

“No hay nada tan universal como ser local”, dice Rincón. “La cultura popular puede narrar cualquier cosa universalmente”. Al ofrecer un melodrama, donde varios personajes de culturas y condiciones sociales diferentes se encuentran y chocan entre ellos, está contando una historia universal. Sin embargo, al darle elementos estéticos profundamente populares –como la música– logra acercarse no solo a públicos latinos, sino también de otras partes del mundo, como República Checa y Polonia.

2. Representa el ‘sueño latinoamericano’

Pasión de gavilanes inauguró un género que marcó la televisión latinoamericana: el de las narcoseries. Aunque Rincón deja claro que esta no es considerada una narconovela, sí defiende que “es la primera telenovela de esa serie porque representa el sueño perfecto del dinero en la cultura popular: ser una persona urbanita, educada, pero tener un Range Rover, un BMW y una finca para exhibir el poder”. Ese deseo, que se remata con el bar Alcalá, la cantina donde se canta música mexicana, sintetiza muchos imaginarios del éxito económico en elementos mucho más cercanos que los clichés de Hollywood.

3. Está escrita por uno de los grandes de la televisión colombiana

Julio Jiménez, el creador de esta telenovela, es uno de los escritores más exitosos de telenovelas colombianas. En los años ochenta se ganó el apodo de “el Hitchcock colombiano” por sus telenovelas de suspenso y misterio, que explotaban al máximo la psicología de los personajes. Luego, en los años noventa, escribió novelas muy recordadas como La potra zaina y Yo amo a Paquita Gallego.

4. Es el ‘remake’ de otra gran historia

Rincón explica que Pasión de gavilanes no es 100 % original, sino que surge de una telenovela previa, que había escrito el mismo Julio Jiménez en 1994. “A Las aguas mansas, que es genial, le había ido mal porque le tocó pelearse con Café y perdió”, dice, recordando la telenovela que estaba ambientada en los tiempos del Bogotazo, “pero Julio Jiménez logró rehacer la historia con Pasión de gavilanes y además le dio una serie de innovaciones fascinantes”.

Las aguas mansas‘

5. Logra dividir un héroe en seis personajes poderosos

Una de estas innovaciones narrativas está en la construcción del héroe de la historia. Rincón afirma que cualquier héroe o heroína complejo incluye tres personalidades: una llena de conflictos internos, otra divertida y “buena onda” y una tercera que es impositiva y autoritaria. En Pasión de gavilanes, “la primera personalidad son Mario y Danna García; la segunda son Brown y Natasha Klaus, y la tercera son Paola Rey y Baptiste”, dice Rincón. “Ahí el romance es triple y se puede avanzar en la sofisticación de la historia”.

6. La telenovela sexualiza a los hombres

La segunda gran innovación es que Pasión de gavilanes, por primera vez, se atreve a sexualizar a los personajes masculinos. “Esto es algo que se debió haber descubierto hace años”, dice Rincón. “Y es que la telenovela era un género para mujeres, pero siempre se desnudaban las mujeres y no los hombres”. Acá sucede lo contrario: los hermanos Reyes Guerrero –interpretados por Mario Cimarro, Michel Brown y Juan Alfonso Baptista– pasan casi todo el tiempo en cámara con el torso descubierto o con camisetas sin mangas. Eso, según Rincón, es la base de una estética que ha estado siempre presente en las telenovelas posteriores.

7. Los personajes femeninos demuestran su deseo

Jimena, interpretada por Paola Rey, es una mujer que expresa sin miedo su lado sexual, sin ser ella misma sexualizada en exceso. Sin embargo, Rincón aclara que esto no pasaba con Norma, interpretada por Danna García, ni con Sara, interpretada por Natasha Klauss, quienes se ajustaban a otros modelos: el de la pureza y el de la empresaria.

8. Leandro, el embajador LGBT

Aunque es importante la presencia de personajes homosexuales en la telenovela, como Leandro, interpretado por Sebastián Boscán, Rincón hace una afirmación crítica: “La entrada del hombre gay en la telenovela colombiana es un acto machista”, dice, y explica que ese personaje, presente en otras telenovelas como Café o Betty la fea, siempre es masculino. “Hoy no se puede hablar de una telenovela que no tenga un hombre gay, pero es más un cliché para ganar público: nunca hemos visto un personaje homosexual femenino”.

9. Los personajes secundarios son tan importantes como los principales

Rosario Montes, la cantante interpretada por Zharick León, ocupa un papel importante y crea una historia paralela a la historia principal que tiene como escenario el bar Alcalá. Este elemento es característico de las novelas exitosas colombianas. Rincón pone el ejemplo del ‘cuartel’ en la telenovela Betty la fea, de Fernando Gaitán. “Los personajes secundarios que son protagonistas sin ser parte de los héroes son muy propios de las telenovelas colombianas”.

10. La música es la clave

‘¿Quién es ese hombre?‘. El coro del tema principal lo pueden tararear personas que no tienen interés alguno en la telenovela. La canción Fiera inquieta, interpretada por Ángela Chadid –porque Zharick León hace ‘playback’ en las escenas donde canta la canción en el bar– fue un verdadero éxito en las emisoras populares. Pasión de gavilanes “es la última telenovela en la que la música fue realmente importante”, dice Rincón. “Este es un ejemplo de telenovela clásica en la que se componía música popular que realmente triunfaba en lo popular”.

El capítulo final

Con 138 capítulos, la telenovela original duró casi un año en ser emitida completamente. La historia de las familias Elizondo y Reyes y de la cantante Rosario Montes acompañó a Colombia entre octubre de 2003 y septiembre de 2004.

Sin embargo, después de su regreso a principios de julio, se han emitido ya 43 capítulos, lo que llevaría a pensar que, si el Canal Caracol continúa emitiendo el programa con la misma frecuencia que ha tenido hasta ahora, la fiesta que ocurre en la hacienda cuando se resuelven todas las historias ocurriría en noviembre.