Cultura
Foro Colombia 2021: protagonistas de la cultura analizan cómo podría ser la reactivación del sector
Invitados por Foros Semana, el Ministro de Cultura, Felipe Buitrago, la directora de Ocesa Colombia, Luz Ángela Castro, y el conocido director y productor de cine Harold Trompetero, intercambiaron ideas sobre la mejor manera de reactivar el sector cultura.
La pregunta central a debatir, sin duda lleva meses rondándole la cabeza a los trabajadores del sector cultura: ¿cómo será la reactivación después de la crisis generada por el coronavirus?
El interrogante daba pie para formular otros que dan luces sobre cómo comenzar a responder: ¿qué parte del sector se afectó más por la pandemia? ¿Han sido suficientes los incentivos creados por el gobierno? ¿Qué papel están jugando los artistas y las empresas privadas en la reactivación de la cultura? ¿Qué está faltando?
El ministro de Cultura, Felipe Buitrago, explicó su visión del panorama de 2020: “la creatividad no paró. Lo que se afectó drásticamente fue el consumo de lo hogares,” dijo. Este último representaba más del 60 por ciento de los ingresos anuales del sector cultura del país, alrededor de los 23 billones de pesos. La pandemia y las cuarentenas llevaron a los colombianos a acercarse a la cultura de manera diferente. En vez de ir a cine, a teatro, a conciertos, a museos y a galerías, las personas se quedaron en casa y disfrutaron de espectáculos culturales a través de internet. La gran mayoría eran gratuitos. Eso desplomó los ingresos del sector.
Las cifras son impresionantes. En 2019, el ingreso de la taquilla de cine fue de 73 millones de pesos; en 2020, de alrededor de 7 millones. Y, como explicó Harold Trompetero durante el debate, la gran preocupación de la industria cinematográfica nacional, es que esa es la fuente de financiación del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, motor principal de ese sector.
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El ministro de Cultura explicó que en 2020 el gobierno “logró movilizar alrededor de medio billón de pesos, casi tres veces el presupuesto anual del Ministerio de Cultura.” Pero no fue suficiente. Además, la informalidad que caracteriza a la industria cultural dificultó enormemente responder de manera efectiva a las necesidades de los artistas y gestores culturales.
“Hoy falta recuperar entre 80.000 y 100.000 empleos, que equivalen a entre el 16 y el 20 por ciento del empleo del sector,” dijo.
Luz Ángela Castro contó cómo ellos, que estaban al frente de muchos de los grandes espectáculos de música y de artes escénicas del país, habían ido adaptándose a las circunstancias. Cumpliendo con las medidas de bioseguridad, comenzaron realizando autoconciertos y terminaron organizado lo que llamaron “Parches a cielo abierto.”
“Pero seguimos buscando salidas para toda la cadena de conexión,” dijo Castro. La tecnología es ahora una herramienta indispensable para la realización de eventos culturales, pero la virtualidad ha aumentado significativamente la competencia, y ahora hay una amplia oferta de espectáculos gratuitos.
“Dista mucho de ser un negocio rentable frente a los estándares que teníamos antes. Solíamos hablar de eventos de miles de personas; ahora son cientos -si nos va bien-, y el precio de la boleta es de máximo 15 dólares, de acuerdo con los estándares internacionales.” Y añadió: “el problema es tener que enfrentar esta situación por más tiempo. Salir de aquí requiere trabajo en conjunto.”
“Desde mi perspectiva, lo que veo es algo muy malo y algo muy bueno,” comenzó diciendo Harold Trompetero. Ante las limitaciones generadas por la pandemia, la creatividad de los artistas se disparó. Él, por ejemplo, grabó con celulares la primera película filmada en pandemia, El Baño, y con el apoyo de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura logró tramitar todos los sellos y certificados necesarios en tiempo récord.
Esa misma explosión de creatividad se está viendo en otras artes, dijo.
“El gran interrogante es: ¿qué se viene a futuro?, porque los ahorros y los fondos se están acabando. Yo veo que la luz al final del túnel es CoCrea, una iniciativa para aplicar en otras áreas de la cultura, el modelo que se utilizó en el cine durante mucho tiempo -gracias a la Ley 814-” y que ha sido muy exitoso.
El ministro afirmó que ellos “siguen con el plan integral de reactivación y fortaleciendo planes de financiación.” Y añadió: “parte importante de la reactivación es que las personas naturales y las empresas tengan acceso al sector financiero. También estamos impulsando decididamente todos los mecanismos de incentivos fiscales para la inversión y donación a proyectos del sector cultura; trayendo una cantidad importante de inversiones extranjeras, y trabajando articuladamente con los territorios.”
“Ya tenemos los protocolos de bioseguridad para todas las cosas,” dijo, y eso hace más fácil el proceso de reactivación. “Seguiremos con los mecanismos de apoyo y activando lo que se puede, y la próxima semana anunciaremos ajustes a los programas,” dijo.
“Desde el ministerio tenemos este año el mejor presupuesto de nuestra historia, y ya comenzamos a poner en práctica lo aprendido el año pasado. Para ayudar a resolver el problema de la informalidad, por ejemplo, tenemos una plataforma de registro que se llama Soy Cultura, que además quedó contemplada dentro de la Ley Reactivarte.”
Para Luz Ángela Castro la búsqueda de soluciones y la construcción de futuro ha sido un trabajo en equipo. Han unido esfuerzos para sacar adelante a toda la cadena de trabajadores que organizan los grandes espectáculos culturales: los artistas, los productores, las empresas de logística, los que venden la boletería...etc.
Para ella, no se puede pensar en cómo era la industria antes del Covid. “Tuvimos que hacer cambios estructurales importantes. Tenemos cero ingresos. Si nos va bien, la facturación es del 10 por ciento de lo que era antes.”
Para salir adelante, Castro considera necesario mejorar la comunicación y desmitificar que los eventos culturales generan contagio. “Hay estudios claros que muestran que no es así, si la gente cumple con las reglas de bioseguridad. En Europa se han hecho pruebas exitosas,” dijo.
Tanto para ella como para Trompetero, las medidas tienen que ser consecuentes: si los aviones pueden volar llenos, deberían poderse hacer eventos culturales cumpliendo con las medidas de bioseguridad.
Al gobierno le pidió que tuviera en cuenta que las medidas generales que están implementando, no sirven para todos. Por ejemplo, el aforo limitado hace imposible volver a abrir muchos negocios porque así no son rentables. “El gobierno debe ser asertivo en lo que comunica, y escuchar a los actores del sector en el momento de generar restricciones, reglamentaciones o protocolos.”
Trompetero, por su parte, afirmó que falta creatividad para construir el futuro. Dijo que las circunstancias obligan a los artistas y gestores culturales a ser creativos también en lo financiero, y resaltó las herramientas de financiación disponibles que él considera importantes:
“Los fondos, como el FDC y CoCrea, son claves para la reactivación. CoCrea tiene para este año $517.000 millones de pesos en certificados tributarios para proyectos culturales. Mi socio y yo estamos estructurando un proyecto para ayudar a otras empresas de economía creativa a conectarse con grandes empresas del país, interesadas en adquirir títulos tributarios como los que generan la Ley 814 y la 617. La idea es que los títulos no se queden empantanados sino que se puedan negociar. Esa es parte de la labor creativa que tenemos,” dijo.
Antes de terminar el debate, y pensando en que, como dijo Trompetero, especialmente ahora hay que aprender a ser creativo con los recursos disponibles, el ministro de Cultura explicó Ley Reactivarte:
Tiene seis componentes importantes:
1)El registro único Soy Cultura: es clave para poder saber dónde están y cuáles son las necesidades de los creadores, y servirles mejor.
2) Foncultura: no teníamos un fondo así. A corto plazo nos da la posibilidad de trabajar más articuladamente con los entes territoriales, y con otras entidades del gobierno, y ejecutar recursos de emergencia para el sector cultura con más flexibilidad.
Este año o el próximo, esperamos encontrar una fuente de financiación permanente para engrandecer el fondo y darle una nueva dinámica a la financiación cultural.
3) El 20 por ciento de los recursos de la estampilla Pro cultura -que es el mecanismo de financiación más importante que tienen los departamentos y municipios- hoy se va para FONPET a llenar un vacío pensional. Muchos departamentos y municipios ya han cumplido con la obligación y les devolvimos el 20 por ciento de esos recursos, que equivalen a entre 80 y 90 mil millones de pesos anuales.
4) La retención en la fuente era muy alta para las actividades culturales. Normalmente era del 10 u el 11 por ciento, como forma de ir abonando a lo que se tiene que pagar de impuesto. Se bajó la retención al cuatro por ciento, lo que le inyecta liquidez al sector por 311 mil millones de pesos. Eso beneficia a personas naturales, empresas y mipymes.
5) Los recursos de la Ley de Espectáculos Públicos ya no irán sólo para infraestructura. Parte de ellos será destinada a ayudar a financiar la programación y las actividades culturales.
6) La ley nos da facultades nuevas para trabajar más de la mano con el sector financiero en el diseño de mecanismos de crédito que le sirvan mejor al sector. Antes no teníamos esas facultades y se han hecho necesarias.
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