Teatro
“Gaia”: el teatro lanza un grito de esperanza
“Este montaje significó volver a mis raíces, repensarme y comenzar de nuevo,” dijo Alejandra Borrero. El 7 de diciembre la conocida actriz estará presentando “Gaia, el árbol de los favores”, una obra transmedia que reflexiona sobre nuestra humanidad.
Para alegría de los amantes del teatro, Casa E vuelve a presentar una obra, Gaia, el árbol de los favores, dirigida por Alejandra Borrero y por el actor español Rafa Taibo. Este último la describe como “una reflexión y un grito que sale de la garganta. Es una llamada que nace de Alejandra Borrero y que es más que necesaria en este momento tan dramático y trágico que atravesamos como especie. Una llamada de atención para que despertemos a esta nueva realidad y nos tendamos la mano el uno al otro, es la única manera para salir de esta situación”.
Participan los artistas del laboratorio creativo de Casa Borrero, la cantautora Marta Gómez -a quien Arcadia entrevistó en octubre de 2020 para hablar sobre el pasado y el presente de los ritmos andinos colombianos-, y la cantaora María Mulata, cuyos cantos y composiciones son como un viaje por las regiones y culturas de Colombia.
La obra podrá verse gratuitamente el 7 de diciembre a las 7pm a través del Facebook de Casa E.
Sinopsis
Gaia es el espíritu del viaje hacia adentro de nosotros mismos. Su recorrido comienza desde el universo, cruza la mirada de una niña, se sumerge en su sueño trascendiendo a una nueva dimensión, donde agarra a seres humanos desprevenidos por una pandemia que ningún poderoso o medio pudo predecir. Su fuerza tiene el poder para llevarlos a todos a tomar las mismas decisiones, sin percatarse ninguno de estas coincidencias.
Su voz está en el canto de las mujeres y en las palabras de su diario, es un grito de esperanza para perder el miedo a habitar nuestra propia casa, a ver al otro través de nuestro espejo, a escucharnos, a darnos la mano y sembrar con la naturaleza. El espíritu de Gaia invade el alma de las personas en silencio, ayuda a cada uno a ver un nuevo amanecer; a disfrutar el olor del café de la mañana; a desprenderse de la idea de estar vestidos como modelos de revistas, y a caminar menos de cinco pasos para llegar al trabajo, escogiendo por séptima vez en la semana la misma camisa.
Los humanos desorientados por la pérdida del poder sobre sí mismos, aún no entienden la presencia de Gaia, empiezan sus dispositivos tecnológicos a fallar, entran en un estado de estrés y de crisis, no logran articular frases con sentido, discuten con sus aparatos electrónicos. En medio de una soledad profunda sus miedos se agudizan, sufren ataques de ira, los invade el miedo, extrañan los afectos de sus seres queridos, no soportan el tedio de la nueva rutina, e intentan cambiarla pero la noche y el silencio les invade esta pesadilla.
Un nuevo día muestra el despertar en varios cuartos desde diferentes países, parecen ser otras personas a las que fueron el día anterior, se vislumbra un halo de esperanza hasta que un dedo meñique se choca con la esquina de una cama, cortando la señal y llevando todo a negro, al parecer Gaia ha desaparecido por completo. Pero, ahora, vemos su energía en resistencia en un plano social, un grupo de barras bravas de equipos opuestos de fútbol junto a ciudadanos con pensamientos políticos polarizados comparten un mismo espacio, descubren tener más creencias y situaciones comunes de lo imaginado, y comparten algunos favores.
Gaia revela lo común y simple, comienza a irse de esta dimensión pero antes observa cómo algunas familias comparten la mesa, otros en medio de la naturaleza se toman selfies, la soledad se ha terminado. Regresa a su dimensión anterior, al abrir los ojos está compartiendo la mesa y sus familiares dejan algunas semillas sobre la mesa, ella las recoge y siembra. Su espíritu se transforma con el nacimiento del árbol de los favores.