CULTURA
Harry Potter, datos que pocos conocen sobre las estrellas de la saga
Varios de quienes hicieron parte de la famosa serie fílmica de novelas fantásticas han sufrido de adicciones, malos comportamientos o trastornos de salud.
La saga de películas Harry Potter, basada en las novelas escritas por la autora británica J. K. Rowling, relata las aventuras y adversidades que debe afrontar un joven aprendiz de magia y hechicería conocido como Harry Potter, quien es el protagonista de la historia, junto a sus amigos Hermione Granger y Ron Weasley. Los tres personajes son interpretados por los actores Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint, en su orden.
El éxito de las cintas lanzó a la fama a los artistas, quienes durante los 10 años que duró el rodaje de los ocho filmes disfrutaron del triunfo de esta historia entre los amantes de la fantasía. Aunque la mayoría supo cómo manejar su popularidad en el mundo del espectáculo y partir de allí para forjar una carrera exitosa, uno de ellos no encontró ese punto de equilibrio, mientras que otros traían de tiempo atrás problemas personales o de salud que les impidieron ascender en su estrellato.
En el caso de Daniel Radcliffe, entró al mundo de las cámaras y el reconocimiento con tan solo 12 años de edad, lo que en parte provocó que no pudiera darle un buen manejo a la veneración de sus fans, cayó en el alcoholismo tiempo después de darse a conocer.
“En mi caso, la forma más rápida de olvidar que estaba siendo analizado en todo momento por todo el mundo era estar muy borracho. Y cuando estás borracho, piensas: ‘Oh, la gente me mira aún más, pero es porque estoy tan borracho, así que tal vez debería beber más para ignorarlos aún más. No hay forma de salir de eso cuando empiezas a ser tan joven”, contó el protagonista de Harry Potter hace dos años de acuerdo con lo relatado por el periódico global El País.
El actor, que en la actualidad tiene 31 años, logró superar su adicción “después de algunos años y varios intentos (...) Me desperté una mañana después de una larga noche y me dije: ‘No está bien”, indicó el artista frente a su dependencia. Expresó entonces que ahora que salió de la depresión y el caos que estaba viviendo, se siente mucho más tranquilo y feliz. Además, resaltó que, pese a lo ocurrido, nunca ha dejado de amar su trabajo ni su participación en la saga que lo llevó al reconocimiento mundial.
Con respecto a Rupert Grint, quien interpretó al amigo incondicional de Harry Potter, Ron Weasley, a diferencia de sus otros dos compañeros que formaban el famoso trío de amigos y magos, no ha tenido tanta trascendencia en el campo de la actuación luego de su participación en estos filmes. No obstante, no pasa desapercibido por sus incontables fans, que aún ven en él al auténtico Ron.
Según le explicó el actor recientemente al Sunday Times, se siente “eternamente agradecido con los seguidores de Harry Potter” y nunca se niega a las peticiones de los mismos, como hacerse un selfi. A pesar de ello, siente que a veces extraña el anonimato. “Al menos el encierro me permitió utilizar una mascarilla”, indicó.
El artista señaló que desde poco tiempo después de los primeros días de rodaje comenzó a padecer de insomnio. “Siempre he tenido una extraña fobia al sueño. Cuando era niño aprendí que la principal causa de muerte en mi familia era mientras se dormía. El miedo estaba arraigado en mí, así que siempre me acostaba ridículamente tarde y rara vez me despertaba antes del mediodía”, le contó al mismo medio señalando que esta situación incrementó durante la grabación de la saga.
Pese a esto y luego de los años, Grint ahora es padre y esta fue, al parecer, la cura para su mal, dado que explica que desde que su hija nació sus problemas de sueño desaparecieron, milagro que al parecer solo el amor de un padre hacia su hija pudo conjurar.
Otra de las famosas que ha estado en el ojo del huracán público, aunque no directamente por el éxito de la saga y sí mucho después, fue la autora y creadora de las mismas novelas, J. K. Rowling.
El año pasado, la escritora fue noticia por comentarios que hizo en las redes sociales y por los cuales muchos la señalaron de discriminar a las personas transgénero o de género no binario. Tal fue la reacción del público que cientos de personas la calificaron con el término TERF (siglas de trans-exclusionary radical feminist), con el que se describe a las feministas radicales que excluyen a las personas transexuales de su movimiento.
Meses después de este hecho, en septiembre, Rowling volvió a generar polémica por el mismo concepto, dado a que en Troubled Blood, su más reciente novela, el villano es un asesino en serie que se viste de mujer para cometer sus crímenes, lo que muchos califican como un nuevo ataque de la escritora hacia esta comunidad.
Según señala el diario El País de América, este tipo de acusaciones contra J. K. Rowling no son nuevas, dado que en años anteriores había dado de qué hablar por defender a Maya Forstater, una investigadora que comentó a través de sus redes sociales que las mujeres transgénero no pueden cambiar su sexo biológico.
Al igual que ellos, parte del electo de la famosa saga ha sufrido de varias situaciones que muchos de sus seguidores lamentan.
Tal es el caso de Alan Rickman, quien interpretó al profesor Severus Snape, uno de los villanos más recordados de la historia. El actor falleció en 2016 a causa de un cáncer. Por su lado, Robbie Coltrane, quien le dio vida a Rubeus Hagrid, uno de los personajes más queridos por el público, apareció en 2019 en una silla de ruedas y reveló que padece de osteoartritis, una enfermedad que afecta una de sus rodillas.
También, Jamie Wayllet, después de su participación en Harry Potter como Vincent Crabbe, se ha visto envuelto en varios problemas, entre ellos posesión de drogas y participación en disturbios en Londres, situaciones que llevaron a que el actor fuera condenado en 2012 a dos años de prisión.
Finalmente, Richard Harris, el director de la escuela de Hogwarts de Magia y Hechicería Albus Dumbledore, tras haber estado varios años retirado por su adicción al alcohol, regresó al cine con nuevas esperanzas de forjar un mejor futuro profesional y personal, pero falleció en octubre de 2002, un mes antes de la segunda entrega de la saga de Harry Potter.