| Foto: Archivo particular

CULTURA

Tres testimonios sobre el machismo en el Hay Festivalito

Este evento cumple diez años llevando la cultura y la literatura a los barrios más vulnerables de Cartagena.

29 de enero de 2016

En el Hay Festivalito Comunitario –un evento alterno al Hay Festival, que se inauguró este jueves en la vereda Membrillal de Cartagena– los niños y jóvenes son quienes hacen el cubrimiento periodístico de los eventos: quienes entrevistan a los escritores, a los cantantes, y hasta a las figuras políticas, que recorren los barrios más vulnerables de la ciudad para llevar su arte, su obra y su conocimiento a esa otra Cartagena menos romántica y más real, que la que encierra la ciudad amurallada.

Pero también en este festivalito los niños y jóvenes se suben a la tarima y se convierten en entrevistados, como Blanca Luz Manyoma (24 años, indígena embera del Chocó), Heilyn Paola Ayola (17 años, de Clemencia, Bolívar) y Belkis Mairena Klinger (17 años, de Tumaco), quienes se sentaron a hablar con la periodista Marianne Ponsford –directora del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe– sobre un tema profundo y complejo: los asuntos pendientes de los derechos de las niñas.

“Existe una falsa idea de que las niñas somos más débiles y que los niños son más valientes y pueden cuidarse solos”, se quejó Heilyn, quien proviene de una zona en la que grupos delincuenciales dictan el “toque de queda”: sólo hasta las 9 de la noche los pobladores tienen permiso de caminar libremente por sus calles. ¿Cómo combatir ese machismo tan arraigado? La respuesta de Heylin es contundente: “Hay que capacitar a los profesores, educarlos en el tema de igualdad de género. Ellos tienen la idea de que las mujeres somos más obedientes, que somos las que cumplimos las leyes, y a los hombres les exigen menos”. Y su compañera de escenario, Belkis, la apoya: “Lo que vale no es ser hombre o mujer sino la inteligencia; pero sobre todo, la manera en que se utiliza esa inteligencia”.

Blanca Luz Manyoma es la gobernadora de un resguardo indígena en el Alto Baudó, donde a los 12 años las niñas ya son aptas para casarse y las familias empiezan la búsqueda del futuro marido. Blanca sueña con tener una fundación donde puedan refugiarse esas niñas que no quieren contraer matrimonio ni convertir en madres a sus cortos 12 años. En su comunidad, reitera Blanca, el machismo es un problema aún más profundo que el que padece el resto del país. “Estás siempre bajo el mando de los hombres. Ellos son los que toman las decisiones. Nosotras no podemos decidir, por ejemplo, que no queremos tener hijos, y mucho menos que queremos planificar, porque eso significa o que te estás buscando a otro o que ya no quieres a tu esposo”.

Blanca Luz, Heilyn Ayola y Belkis, son tres agentes de cambio capacitadas por la Fundación Plan, que le están dando a sus comunidades la oportunidad de soñar con una sociedad más justa. Ese, también, ha sido el objetivo del Hay Festivalito en los diez años que está cumpliendo. “Nuestro logro más concreto ha sido la transformación de muchos niños –dice Gabriela Bucher, presidenta ejecutiva de la Fundación Plan–: están los reporteritos contándoles a sus comunidades lo que sucede en el Hay Festivalito desde su visión del mundo y entrenándose en el arte del periodismo. Están los que descubrieron la posibilidad de la literatura y se han vuelto lectores bastante más voraces que el promedio de la población colombiana, y también quienes descubrieron  la escritura. Eso ya los hace unas personas diferentes a las que habrían sido sin este esfuerzo de llevar el festival a los barrios de Cartagena”.