Cine
Historia hablada de ‘Air: la historia detrás del logo’ en la voz de sus protagonistas
Ben Affleck vuelve a trabajar con Matt Damon y, junto con Viola Davis, Marlon Wayans, Chris Tucker y Chris Messina, entregan un cuento de la vida real que mezcla familia, visión de negocio y deporte. La historia gira en torno al mejor basquetbolista de todos los tiempos y a los icónicos zapatos con los que él y Nike patearon el tablero y aún reinan.
Hasta Michael Jordan, el basquetbolista más grande de la historia, aprendió que no podía tomar todos los tiros decisivos. En contadas ocasiones, en el momento definitivo de partidos cruciales que lo llevaron a seis títulos de la NBA con los Bulls de Chicago (en todos, el jugador más valioso), esta gacela humana mezclada con tigre cedió el balón y ganó, confiando en tipos como John Paxson y Steve Kerr, triunfó al ceder el control (así fuera por segundos).
Ante la apretada marca de los rivales que lo sabían indetenible y ante el peso de cimentar su legado en un marco de equipo, el nacido en Carolina del Norte dio muestras de la visión total que lo hizo letal en la cancha e inmortal por fuera de ella. Cuando le tocó terminar por su cuenta los partidos, lo hizo, y de qué manera. Cuando le tocó pasar el balón, también. Jordan no perdió nunca unas finales.
En el curso de la historia, en miles de partidos deportivos y en millones de pujas empresariales por el contrato codiciado del momento, la visión lo es todo. En el caso de uno de los socios vitalicios de Jordan, Nike, una marca que desde los noventa es tan famosa como Mickey Mouse y que generó 28 mil millones de dólares en ganancias en 2022 (duplicando a Adidas, su competidor más cercano), esa visión no vino de parte de su fundador Phil Knight. Y, por lo visto en la película Air: La historia detrás del logo, parece que el jefe y fundador de la marca del chulito no teme revelárselo al mundo de la manera más entretenida posible, por medio de una gran película de Hollywood.
Como tantos otros empresarios de Occidente, Knight se ha aprovechado por años de la mano de obra explotada de Oriente, pero “empata” con donaciones a fundaciones de caridad. La película menciona en un rápido cuadro la parte de la caridad. Pero bueno, esa es otra película. Y esta es la película que es, una muy entretenida y muy bien lograda en su propia ley.
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En 1984, Nike ya era una marca reconocida de zapatos de atletismo y de running, y cotizaba en bolsa; Knight ya conducía un flamante Porsche, pero no se le cruzaba por la cabeza ser el titán solitario en la cima del mercado que es hoy. En ese tiempo, que recrea con gran detalle y atmósfera la película, ese honor se lo disputaban Adidas y Converse, que pisaban fuerte en el mercado y parecían indestronables. En ese tiempo, contaban con Magic Johnson y con Larry Bird, las figuras principales de la NBA (una liga que después de décadas de sufrimientos comenzaba a hacerse global y a generar dinero y tracción.
¿Qué cambió el panorama? Sonny Vaccaro, un visionario barrigón contratado por Phil Knight, encargado de potenciar la división de baloncesto de su marca, que hasta ese punto parecía un rotundo fracaso y destinada a desaparecer. Contra la lógica del mercado y lo que el mismo Knight y otros le indicaban, siguiendo su intuición y su vena de apostador, Vaccaro, cual kamikaze, se lo jugó todo por firmar una figura crucial.
En honor a la verdad del momento y como testimonio de la visión de Vaccaro, ni siquiera después anotar la cesta crucial en la final de baloncesto universitario de 1982 y alzarse como muy joven campeón, los equipos de la NBA no consideraban a Jordan el más promisorio de los prospectos. El más grande fue escogido de tercero por los Bulls. Por eso Vaccaro es uno de los protagonistas principales de esta historia, por eso lo interpreta Matt Damon en esta película dirigida con personalidad por Ben Affleck (que también interpreta a Phil Knight) y que se estrena en el país.
¿Es entretenida la historia de cómo unos tipos en una empresa de zapatos convencen a una figura deportiva y a sus padres a firmar con ellos y cambiar la historia del branding deportivo que hoy se toma por sentada? En los muchos matices que ofrece, sí. Es nada menos que cautivante. La decisión de no darle a Michael Jordan un papel específico, ya que su figura es la definitiva, resulta acertada pues le permite brillar a ese círculo de personas que cocinaron junto con él la decisión histórica que marcó un improbable matrimonio entre empresa y deporte, entre zapato y figura, entre producto y prestigio vitalicio. Entonces, si bien Michael Jordan tiene todo que ver, a la vez nada no tiene nada que ver aquí, su camino habla solo y justifica el cuento.
Vaccaro era básicamente un scout de talentos reclutado por Knight para ampliar la operación de la marca, gracias a su influencia en el escenario basquetbolístico colegial y universitario. Pero cuantificar sus aportes a la compañía se hacía complejo cuando el buque parecía naufragar. En este cuento de aventura empresarial, lo emocionante es el tira y afloje entre Vaccaro y su decisión de ir por lo imposible: el gran pez. Pero brillan una serie de dinámicas, entre la empresa y su competencia, entre la empresa y el agente de Jordan, un tiburón llamado David Falk (Chris Messina).
Lo improbable de cómo sucedió todo se hace más fascinante ahora que se conocen las consecuencias: ventas anuales de 4.000 millones de dólares anuales del zapato Air Jordan, de las cuales el deportista recibe 60 millones, porque, como nadie antes, Jordan negoció un porcentaje de las ventas. o mejor, su madre...
En ese punto vale anotar una de las peticiones de Jordan para dar luz verde a que se contara esta historia. Le pidió a Affleck que en el rol de su madre Deloris contratara a Viola Davis. Affleck lo hizo, reclutando a una de las mejores actrices del presente, ganadora del Óscar, quien hizo parte del proyecto por la fuerza e importancia misma de su personaje. Fue Deloris Jordan, antes que Falk, la que determinó que Nike pudiera sentarse en la mesa con su hijo. Sin Deloris no hay pitch, sin pitch no hay Air Jordans, sin Air Jordans no hay contrato. Y ¡qué momento de la historia empresarial fue ese pitch! Cambió un mercado radicalmente de manera arriesgada, incluso apelando a inspirada improvisación cuando se hizo necesario, porque si algo quería Jordan era ponerse unos Adidas, como sus ídolos, como toda la gente cool en los ochenta.
Otra capa fantástica de la película es la que refleja el diseño y la hechura del zapato en sí. Es corta pero inspirada y crucial y pone en el centro al genio intuitivo del diseñador de calzado Peter Moore, encargado también, poco después de diseñar ese logo que aún marca el zapato, reconocible instantáneamente. Además, es un fenómeno cultural masivo con impacto en subculturas enteras, en el coleccionismo, y una curaduría detrás de muchas facetas.
Si se vivió en los años noventa, se recuerdan los posters de Jordan con esa icónica imagen de el saltando desde la línea del tiro libre en esa clavada icónica que lo hizo campeón del torneo de clavadas de 1987. Se recuerdan el comercial con Spike Lee de la agencia Wieden+Kennedy, se recuerdan sus comerciales para Gatorade y su “I want to be like Mike”. La película evoca todo eso, lo hilvana para contar el cuento con gracia.
Tuvimos la oportunidad de escuchar en primera fila a sus protagonistas sobre esta historia, y compartimos lo más interesante que dijeron sobre el proceso.
Jason Bateman - director, guionista, actor en ’Ozark’, ‘Arrested Development’- sobre qué lo atrajo al proyecto…
Fueron Ben y Matt. El tema resonaba conmigo y con la gente de mi edad, los que teníamos 15, 16 años cuando Jordan llegó a la NBA (y llegó con esos zapatos), todo eso atrae a un fanático deportivo como yo, pero sobre todo fue la gente. Es lo que te atrae a estos proyectos. Trabajas unas 12 horas al día con ellos en el set, pasas más tiempo con ellos que en casa, ¿sabes? También influyó la muy buena escritura que hay en esta película. Ellos hicieron la parte más dura.
Ben Affleck - director, guionista, actor - sobre congregar a su familia fílmica y qué lo atrajo de esta historia...
Este es un grupo con el que en su mayoría he trabajado varias veces, y los conozco y los respeto, Damon, Jason, Matt, Chris Messina... los adoro y los admiro. Y aquí sumo a dos personas con las que siempre quise trabajar. Era una meta de vida trabajar con Viola Davis, también con Chris Tucker, quien puede atestiguar lo mucho que lo he perseguido para hacer algo juntos. Él llegó con su experiencia y armó este personaje del reverendo, “eres una voz, eres experiencia, eres una perspectiva”, le dije, porque esta película sería un fracaso si solo salía de mi voz y perspectiva. Así que les abrí la cancha, todos sumaron su ojo de cinematografía. Se sintió como “caminar en aire”.
Ben Affleck - sobre Viola Davis y sobre ensamblar equipo, como si fuera un “coach/director técnico” (responde con gracia y deferencia)...
No entendí bien la película hasta tener la suerte de hablar con Michael Jordan. No diré que es mi amigo, pero nos hemos cruzado varias veces y pasado algo de tiempo que él seguramente ya olvidó. Le pregunté si podía ir a verlo y contarle lo que tenía en mente, por respeto a él, a su familia, por lo que es, lo que significa. Sería tonto no hacerlo, porque si bien él no está como tal en la película, está involucrado, su nombre y su presencia se invocan en cada momento. Si él me decía que no lo hiciera, no había película. Y eso era lo que esperaba, no había por qué creer lo contrario, no se trataba de “La historia de Michael Jordan”.
Pero me topé con alguien que aceptó la propuesta con mucha gracia. Le dije que no se trataba de un recuento histórico, porque no había manera de rastrear todas las llamadas e interacciones; le dije que esto era una fábula, una narrativa simple, una historia inspiradora, y que me tomaría mis libertades para hacerla de 1 hora y 40 minutos, pero que no quería omitir lo que para él fuera fundamental o cierto. Y le pedí que me lo compartiera, porque sería palabra santa para mí. Michael no impuso ninguna narrativa, sí habló de personas que significaron mucho en esos momentos fueran incluidos: George Ravelling (Marlon Wayans en la película, y él me ayudó a investigar al personaje tremendo que es ya verificar una historia increíble sobre el discurso de Martin Luther King), a Howard White (Chris Tucker), quien fue integral en ese tiempo y en acercar a Michael y a su familia a Nike.
Le pregunté sobre su padre. En ese momento, mi historia todavía era sobre Michael, con él expresando a Nike “este soy yo y esto es lo que merezco”. Sus padres no eran una parte integral. Michael me dijo que su padre tenía la mejor personalidad del mundo, y creo que Julius lo hizo muy bien. Entonces me dijo que, si de él hubiera dependido, no hubiera ido a la reunión con Nike, habría firmado los derechos a sus tenis de por vida con Adidas si le daban el Mercedes Benz rojo que tanto codiciaba. Mi madre me dijo que fuera.
Y vi cómo hablaba de su madre, la estima inmensa con la que se refería a ella. Este es un tipo intimidante, es como estar con un Dios del Olimpo, y nunca lo vi como esa vez hablando de su madre, lleno de adoración, respeto y amor. Y me impactó, y pensé “qué tonto no haberlo visto antes”. Pero en ese instante lo supe, esta es la historia, y es una historia hermosa. Es una historia sobre Deloris Jordan y lo que representa para Michael y lo emblemática que es de lo que tantas madres representan para tantos atletas o figuras del entretenimiento, a quienes en la juventud se les lanza en un mundo de fama y dinero. Y ante eso, vemos que la gente toma rutas distintas, y exige muchísima guía. Pensé que era brillante el giro, ella era la protagonista, hermoso.
Le pregunté de manera casual, siempre un error, quién se le ocurría para el papel. “Tiene que ser Viola Davis”. Que es como armar un partido de básquet y que te exijan que aparezca Michael Jordan. Muy típico de él. Tenía que ser lo mejor. Y tratamos de crear este personaje digno de Viola. De paso, el que ella dijera que sí había otra ambición como director: “lo logré como director si alguien como Viola está en mi película”. Quizás fui yo, o quizás fue que dije “¡Michael Jordan quiere que interpretes a su madre!”
Ben Affleck sobre Chris Tucker y su ánimo de trabajar con él...
El humor es la forma más elevada de inteligencia. La gente como Chris es la más inteligente e interesante que puedes conocer, que encuentran el gozo y la risa en la vida tienen una magia de la que me quiero rodear. Y si l hago reír de vez en cuando, siento un orgullo secreto.
Chris Tucker sobre sus colegas...
Hay mucho humor en este cuarto, todos estos tipos son espectaculares.
Viola Davis sobre Deloris Jordan y el reto de que MJ la quisiera como su madre...
No recibí una llamada que me dijera “Michael te quiere interpretando a su madre”, pero el mensaje fue llegando de todas formas. Es halagador y a la vez me lleva a una dinámica de síndrome del impostor, a preguntarme “¿sí pertenezco a esto?”.
Es bueno sentirse querida, necesitada, pero luego viene lo difícil, meterse en el personaje. Y si ves videos de Deloris Jordan, te das cuenta de que ella es un estudio en neutralidad zen. Esa mujer es muy muy firme y callada. Yo imagino que incluso cuando se enoja mucho, sigue estable. Es ella, neutralidad zen. Me pregunto si juga al póker, sería muy buena.
Encarnar ese espíritu fue un reto, porque yo soy de las mujeres que carga un peso extra y lo hace saber, soy rimbombante. Entonces, fue a la vez retador, halagador, y un enorme gusto trabajar con Matt y Ben y estos actores geniales. Mi marido Julius (Tennon, quien en ‘Air’ interpreta a su marido James Jordan) y yo aún hablamos de ese rodaje, fue de nuestras grandes experiencias en un set.
Matt Damon, sobre dejar jugar a los actores y la motivación de contar la historia con este grupo...
Todo el impulso empezó con el guion de Alex Convery (’The Blacklist’). Y además, todos aquí son cineastas. Viola en ‘The Woman King’, actriz y productora, Marlon y Chris son guionistas además de ser actores, Jason Bateman es director , productor, actor. Y nos apoyamos mucho en nuestros actores, Ben y yo, es parte de nuestro proceso desde ‘Good Will Hunting’ hasta hoy. Aprovecha lo que traen tus actores, pensamos, porque el actor está en el momento, el actor sabe...
Viola Davis sobre la dinámica tranquila pero protectora de pareja entre marido y mujer que interpreta en pantalla con su marido Julius Tennon...
Esa dinámica que ves es la dinámica que tenemos en la vida real. Desde que nos conocimos, él me dijo: “Si llegas tarde a la casa, no sales de ese carro hasta que la puerta esté cerrada, y si algo pasa te pones a pitar y salgo con el bate de béisbol y ahuyento al que sea”. Y pité una vez, por accidente, a las 3 de la mañana, y antes de contar hasta tres Julius estaba ya en la puerta listo con el bate. Supe que me casaría con él —ríe—.
Matthew Maher sobre Peter Moore y qué tan profundo fue al investigar a este diseñador de calzado deportivo...
Extrañamente, Peter Moore murió hace poco, una semana antes de que se me ofreciera este papel. Leí mucho y vi documentales sobre su camino. Lo que me impactó, viéndolo, viendo sus diseños y sus ideas, que eran tan asombrosos y adelantados a su tiempo, es que hablaba de eso como un tipo cualquiera. “Y vimos que había mucho rojo, y decidimos dejarlo así”, decía con normalidad. Y suena como los atletas cuando hablan sobre lo que hacen. “Seguimos dándole, y lo hicimos”, dicen, normalizando todas estas gestas maravillosas y su virtud.
Un genio no suele ser lo más expresivo, o el mejor, hablando sobre eso en lo que es genial. Así que fue duro. Por eso decidí no quedarme en su mente, quedarme con el genio que existía en la página del guion, con ese que atraviesa su crisis de edad mediana también. Y algo que queda claro en su documental es que es un colaborador brillante. No fue receloso con sus ideas, la idea era más grande que él, y lo sabía. Esas escenas en las que colaboran en resolver el problema me atrajeron mucho, esas de creación. Y así es un poco trabajar en las películas, entre gente tan buena en lo que hace, resolver colectivamente las cuestiones y los problemas. Así abordé mi camino.
Alex Convery sobre el guion (y de dónde vino, porque no es un bebé de los ochentas)...
Soy un chico de la zona de Chicago, donde los Bulls y Michael Jordan se hicieron inmortales. Me topé con la historia durante la pandemia, mientras veía la serie documental ‘The Last Dance’. Había un clip de 5 minutos sobre Nike y cómo se había materializado el Air Jordan. En este punto de mi carrera quería escribir algo que se hiciera notar. Y si pones el nombre de Michael Jordan en la frase explicativa, “Esta es la película sobre cómo Nike consiguió a MJ”, tiene ese golpe. Llama la atención.
Pero, en el fondo, sigue tratándose de los personajes. ¿Quienes son los motores de la historia? Encontramos a Sonny Vaccaro (Matt Damon) y a Deloris Jordan (Viola Davis), y Deloris era el factor que llevaba esta película a otro lado, que la hacía más que la película sobre un zapato y Michael Jordan. Ahí encontramos los elementos humanos en esta película, que considero “pequeña-enorme”. Es solo una película sobre un trato de negocios, a lo largo de una semana, pero es enorme porque es Nike y Jordan. De cien personas que consultes en la calle, 10 sabrán quién es Michael y qué es Nike. Siento que es más que sólo una película sobre un zapato deportivo.
Matt Damon sobre su Sonny Vaccaro, la intención y los personajes...
Yo parto de lo que Alex escribió, de lo que está en la página. Con Sonny y con la mayoría de personajes, tratábamos de captar el espíritu y el de este tiempo. No necesitábamos “quién dijo qué en qué momento exacto”, necesitábamos recrear lo que sucedía desde el campo de Nike. Y todos los que lo vivieron y nos hablaron lo recrean con enorme nostalgia. Y eso queríamos transmitir, y recordar que Nike era un competidor que nadie esperaba que triunfara. Y es muy raro pensar hoy en Nike de esa manera. Eso eran antes de sellar este trato, unos renegados. Los personajes tienen en general una energía infecciosa y eso se sentía desde la página. El guion es excepcional.
Viola Davis, sobre Affleck y el sueño de dirigirla (”definitivamente no se sintió así al dirigirme a mí” dice Damon)...
El tema de trabajar con Ben, es que confías en él. Y eso no es poco, porque en nuestra profesión, con honestidad lo digo, muchas veces la gente no sabe lo que hace. Y no lo digo por querer atacar a nadie. Muchas veces se ven los resultados pero no el camino, y es el camino, el proceso, donde puedes ver la artesanía. La gente que sabe lo hace, que arma lo que quiere contar, que sabe lo que ve en la cámara y lo que quiere, que reconoce lo que no funciona, que mide cuánto de algo... Y en cuarenta años de carrera he confiado en gente que no ha respondido. Y sí necesitas de esa ayuda, a veces. Y confié en él, en lo que veía, en su proceso y en sus elecciones. Y confié en que me escogió por una razón, porque eso es lo que la escuela de actuación te saca a batazos, cualquier sentido de salud mental. Se trató de confianza.
Matt Damon sobre esta película que atrae a seguidores de deportes pero que es muchísimo más que eso, sobre porqué ir a verla...
Llevaré a mis niños a la première, creo que funciona perfecto. Es una de esas películas que toca a todo el mundo, una de esas “feelgood movies”, eso es. Uno deja el teatro con un ánimo extra en el paso. Ahora, si no les cae bien Viola Davis, ni yo, ni Ben, ni Michael Jordan, quizás no deberían verla —ríe—. Hablando en serio, no es una película de deportes estrictamente, pero a los aficionados les va a gustar la mirada detrás del velo que ofrece. Creo que sorprenderá a mucha gente, por el rol de Viola y por cómo se toma la película.
Marlon Wayans concluye...
Es una película que te hace sentirte bien. Es una historia sobre los sueños que todos tenemos y que la gente nos dice que no debemos tener y que no vamos a conseguir. Pero Sonny Vaccaro hizo esto suceder, y mira todo lo icónico que generó esa firma de Jordan con Nike a este zapato, a esta marca, a esta cosa que impacta la cultura popular hasta el día de hoy. Es una película poderosa que empieza de algo pequeño, una persona con una idea y un sentimiento en sus entrañas de que sabe lo que tiene que hacer y lo hace suceder. Aquí, todos tuvimos algo así, esa sensación y esa inspiración sobre lo que queríamos hacer de nuestras vidas, contra la corriente de gente diciéndonos que no. Y lo hicimos suceder, día tras día.