Vida y cultura
“La cultura es tan común entre los animales que incluso los insectos y los peces la tienen”
El zoólogo Andrew Whiten, de la Universidad de St Andrews, señala que los aprendizajes se comparten entre los miembros de una misma especie en lo que constituye una suerte de tradición cultural.
Nuestras tradiciones culturales funcionan no solo como una forma de reconocer nuestra condición de seres humanos, sino también como una vía de transmisión de nuestros conocimientos.
Sin embargo, varios científicos cuestionan la idea de que la cultura es exclusiva del ser humano.
Uno de ellos es el zoólogo Andrew Whiten, de la Universidad de St Andrews, en Escocia, quien asegura que los animales tienen la capacidad de crear tradiciones culturales similares a las de los humanos.
En su estudio “El creciente alcance de la cultura animal”, publicado recientemente en la revista Science, Whiten señala que los animales pueden llegar a compartir conocimientos que se extienden en varios grupos de una misma especie.
Por eso, BBC Mundo quiso conversar con Whiten sobre su estudio y el alcance que tiene en términos de evolución, socialización y conservación de las especies.
Para empezar, tu premisa principal: ¿cómo saber que los animales tienen cultura como los humanos?
Podemos hablar de cultura dentro de las especies animales esencialmente porque hay patrones de comportamiento que se transmiten o se extienden de un individuo a otro individuo.
O sea, estamos hablando de que un animal aprende algo al escuchar o al ver hacer algo a otro animal de su misma especie y ese comportamiento se extiende por todo un grupo hasta que se convierte en una caracterización de esa especie.
Es como un tipo de tradición que además se pasa de generación en generación. Y es algo tan común que lo podemos ver incluso en los insectos y los peces.
Pero entonces, ¿cuál sería la diferencia entre la cultura creada por los humanos y la que señalas de los animales?
Bueno, hay varias diferencias entre la cultura de los humanos, que es extraordinariamente compleja y no se ve en ningún animal no humano. Eso hay que dejarlo claro.
No obstante, el punto importante aquí es en lo que nos parecemos: nosotros compartimos estos conocimientos fundamentales de la misma forma que los animales lo aprenden entre ellos.
Y lo que aprenden, lo comparten hasta que lo vuelven una característica de la especie.
Y eso es básicamente lo que nosotros los humanos definimos como cultura. El tema es que nuestra cultura es mucho más elaborada y diferente de muchas y diversas maneras.
Pero siempre se ha afirmado que los únicos capaces de crear cultura son los humanos...
Obviamente es posible definir qué es cultura si solo se refiere a los humanos.
Por ejemplo, si tomamos la enseñanza del idioma como parte de esa definición, eso excluye a los demás animales.
Pero cuando lo hacemos perdemos un punto de vista interesante desde una perspectiva más amplia de la evolución: el fenómeno del aprendizaje entre los miembros de la especie y el desarrollo de tradiciones es algo que está extendido, parte del comportamiento de los animales.
Así que lo que nosotros llamamos cultura, aunque es mucho más elaborada y complicada comparada con cualquier cosa que se ve entre los animales, no es algo que haya salido de la nada y se haya convertido en una muestra de la singularidad del ser humano como especie, sino que es una muestra de la evolución que ha partido de formas más simples que ocurrieron antes y que podemos ver en muchas especies
Hoy estamos haciendo arqueología animal. Eso era impensado hace unos 20 años
¿Y cómo podemos ver eso en especies actuales?
Es difícil saber por dónde comenzar a explicar esto, porque hay cientos de estudios científicos en los que se hace un reporte de creación cultural en muchas especies animales.
Hay uno en especial sobre este tema que estudió a los chimpancés. Por ejemplo, al juntar toda la información recolectada en los últimos 50 años, podemos señalar que se han hallado 39 tradiciones culturales dentro de los grupos de chimpancés a lo largo del continente africano.
Y dentro de esas tradiciones están diversos usos de herramientas, comportamientos sociales e incluso la forma en que se acicalan y se cortejan uno a otro.
Te doy un ejemplo claro: en África Occidental, los chimpancés utilizan martillos naturales para abrir el casco de las nueces, como pueden ser piezas de madera o de piedra.
Ese uso de herramientas se ha extendido por más de cuatro países en esta zona.
Sin embargo, no se ha extendido en países o regiones donde hay ese mismo tipo de piedras o madera que podrían ser utilizadas como herramientas, pero los chimpancés de esas zonas no las han descubierto o no han aprendido a utilizarlas.
Esto lo que señala es que se trata de una práctica cultural de los chimpancés en esa región particular de África.
Y si uno observa a un chimpancé durante el tiempo suficiente y pone atención en algunos de estos comportamientos distintivos, incluso se puede saber de dónde viene el chimpancé basándose en su perfil cultural.
Esto es lo que llamamos el “repertorio” del animal, su comportamiento cultural.
¿Hay otros ejemplos en animales no tan relacionados con los humanos?
Otro gran ejemplo se puede ver en algunas especies de pájaros.
Hay evidencia que ellos aprenden sus caminos migratorios no por un tema genético, sino porque lo aprenden de otros integrantes de su especie.
También aprenden sus cantos de los demás, y algunas de las técnicas para buscar comida.
Y esos estudios en pájaros se han replicado con peces. Ahora sabemos que los peces aprenden de otros peces las rutas por las que pueden migrar juntas a través de un arrecife de coral. Y ese tipo de comportamientos se convierten en tradiciones locales para estas especies.
También tenemos evidencia de que incluso los insectos aprenden comportamientos entre ellos.
Uno de esos ejemplos es cómo los machos copian la forma de aparearse con la hembra.
Los machos observan cuál es el modo en que una hembra acepta a determinado tipo de macho y los otros copian esta forma de comportarse para poder reproducirse.
Saber que los animales tienen y crean cultura nos puede ayudar a evitar su extinción
¿De qué especie de insectos estamos hablando?
Hay un estudio bastante completo sobre abejorros.
En él, los investigadores le enseñaron a un abejorro a hacer algo muy novedoso, como fue sacar una flor artificial tirándola con una cuerda de debajo de una manta, algo que por supuesto no haría naturalmente. Pero después de enseñarle, otros de su grupo lo vieron y adquirieron.
Y de nuevo, otros abejorros lo hicieron igual.
De todos modos, hay que aclarar que no se sabe cómo ocurre este proceso de aprendizaje o la habilidad de traspasar tradiciones.
Y hay otro factor muy importante, estos estudios se hacen en laboratorio, así que el paso siguiente sería determinar cómo esto ocurre en la naturaleza, en la vida silvestre.
Tampoco sabemos qué tan extendida está la creación de tradiciones culturales en la naturaleza.
Lo que sí hemos podido entender es cómo estas tradiciones se han compartido en las distintas especies de animales.
A veces ese traspaso duró décadas. En el caso de los chimpancés, quizá valga la pena mencionar, solo para completar la idea de las herramientas, que en las excavaciones arqueológicas que se han realizado en África se ha encontrado evidencia del tipo de herramientas de piedra que usan para romper las nueces que datan de unos 4.000 años.
Así que esa tradición se ha transmitido de generación en generación a lo largo de más de 4.000 años. Lo que quiero decir con esto es que ahora estamos haciendo arqueología de los animales, que antes no hacíamos.
En varios artículos señalas que es bastante difícil poder hacer este tipo de estudios...
Bueno, en muchos casos toma muchos años reunir información suficiente para llegar a estas conclusiones.
Un buen ejemplo de eso son las ballenas jorobadas en Gales.
Hace ya algunos años, dos ejemplares de estas ballenas fueron observados mostrando un comportamiento que llamamos “alimentación de cola”, que consiste en un movimiento hacían con sus colas en la superficie del mar para mover a sus presas de forma que les quedara más fácil tragárselas.
Pero los investigadores han seguido observando este comportamiento por años y lo han documentado en cientos de estudios que muestran que se iba replicando este comportamiento entre las otras ballenas jorobadas de esta región.
Se ha llegado a contar más de 600 ballenas jorobadas utilizando la técnica de “alimentación de cola”.
Este es un gran ejemplo de la extensión de la investigación científica que se necesita para poder rastrear algo en la naturaleza.
Los animales pueden crear sus propias culturas y aprender las tradiciones de sus padres al igual que los humanos
Indicas que hay una relación directa con temas evolutivos. ¿Qué nos dicen estos hallazgos de la teoría de la evolución?
Durante muchos años, esta teoría de la evolución se ha basado en la herencia. En la herencia genética.
Pero cuando hablamos de cultura, hablamos de otro tipo de herencia. Un sistema hereditario secundario.
Al aprender de otros podemos heredar sus comportamientos y, como ya sabemos, esa es la forma en que los humanos heredamos el lenguaje.
Nuestras creencias, nuestras formas de vestir, de comer, muchas veces vienen de nuestros padres y la cultura que los rodea. Ese es otro sistema hereditario.
Además, el comportamiento que se implementa de esta manera también puede evolucionar.
Podemos verlo con claridad en los humanos en asuntos como la arquitectura. La cultura evoluciona. Y en animales también ocurre este proceso, aunque por supuesto no tan complejo como podría verse en la forma que construimos edificios.
Pero los animales también pueden crear sus propias culturas y aprender las tradiciones de sus padres, al igual que los hacemos nosotros.
¿Por qué importan este tipo de estudios?
Hay implicaciones prácticas de lo que hemos descubierto.
Una tiene que ver con la conservación de los animales. Creo que muchas personas están preocupadas por el crítico descenso de la población animal en el mundo.
Por eso Naciones Unidas ha comenzado a reconocer la importancia de comprender esta dimensión de la vida de los animales para conservar la población natural.
Antes se hablaba de proteger la diversidad basándonos en la diversidad genética y ahora se reconoce que también debemos intentar conservar la diversidad cultural. Tal como probablemente deseamos hacer en el caso humano.
Y el aprendizaje social también se comienza a aplicar en casos de bienestar animal, por ejemplo, cuando los animales se crían en zoológicos. Pongamos que algunos de ellos quizá no tienen la experiencia para ser buenos padres, por ejemplo, entonces le podrían mostrar videos de otros animales de su especie que ha tenido experiencias de crianza para que aprendan ese comportamiento.