Cine

“La drogadicción y la oración son universales”: Cédric Kahn, director de ‘El creyente’

El joven protagonista de esta película francesa, estrenada en 2018 en su país y que llega ahora a Colombia, se llevó los máximos honores en el Festival de Cine de Berlín por cargar el peso de un relato sobre un retiro religioso de desintoxicación que logra su cometido de maneras inesperadas. El director habló con nosotros sobre su proceso.

25 de noviembre de 2021
'El creyente' de Cédric Kahn
'El creyente' de Cédric Kahn es una película en la que la naturaleza ocupa un espacio particular. | Foto: ©Carole Bethuel - Les films du Worso

Nunca habrá certeza. Al protagonista de esta historia, ¿lo salva la amistad, lo salva el amor, lo salva la religión? Más parecen las dos primeras, canalizadas a través de la última, pero es una mezcla circunstancial de las tres. Queda claro que no es una sola la fuerza emocional la que opera en ese hombre en el que Thomas (Anthony Bajon) se transforma. Porque al principio, al llegar a ese retiro en las montañas, el joven más parecía un tigre herido cerca del precipicio.

Del director Cédric Kahn ya se proyectó ‘Feliz cumpleaños’ en las pantallas de Colombia, en 2019, una cinta tragicómica que aborda los efectos de la locura en las dinámicas familiares protagonizada por Catherine Deneuve. Ahora llega a cines de Colombia ‘El creyente’, su película justamente anterior, y en esta aborda un tono y un tema más bien distintos. Aquí miramos a otro tipo de familia, la que ofrecen los lugares de desintoxicación y tratamiento de adicciones a través de trabajo y acompañamiento constante. Se habla de perdición, de fe, y de maneras (genuinas o impostadas) de creer en lo que puede salvarnos.

El peso de la cinta lo carga en gran parte el protagonista Thomas, interpretado por Anthony Bajon, un actor hasta ese punto desconocido. Gracias a este exigente papel, Bajon ganó el Oso de Plata en Berlín a Mejor actor y, desde entonces, pasó de ser nominado como Mejor actor joven promesa a Mejor actor promesa en Francia en los premios Cesar, que celebran el cine de su país. Su techo parece lejos, su rostro parecemos destinados a seguir viendo.

¿Es ‘El creyente’ una clase de religión? No lo es, lejos de eso, así como tampoco es un ataque a la misma. Lo que sí ofrece esta película es una mirada matizada, sin respuestas totales, sobre cómo se desenvuelve el regreso de un joven de lo que parece un destino perdido y de sus motivaciones para lograrlo. Sobre la cinta hablamos con el director Cédric Kahn. Esto nos dijo.

SEMANA: ¿Cómo surgió su interés por la relación de la religión y la fe con las terapias de desintoxicación de adicción a la droga?

Cédric Kahn: Alguien me contó su experiencia religiosa después de haber trabajado con toxicómanos. Luego hablé con una joven que había investigado el tema, pero fue después de años de investigar y hablar con adictos recuperados a través de la terapia ligada a la religión, que encontré la historia para el guion. Yo me defino como agnóstico y al principio pasé por todas esas etapas del personaje joven que no cree, pero al conocer todas las historias fue cuando realmente entendí que había una historia que contar y es el tema de la fe. La religión, con su misión de ayudar al prójimo, ha sido un vehículo para que estas personas que están en situación de autodestrucción se apoyen en la fe y encuentren su confianza y una salida. Pero me interesa la fe en un sentido más amplio que el que le da la religión, la religión católica en particular.

SEMANA: ¿Cree que este mecanismo es válido también para otras adicciones menos satanizadas y de pronto más globalizadas como la adicción al trabajo, más cuando ‘trabajar’, es una de las herramientas en estas terapias?

C.K.: Bueno pues, en la comunidad en la que he estado, tratan todo tipo de adicciones, al alcohol, a los juegos de azar, a la pornografía, muchos alcohólicos por lo que he visto. La adicción al trabajo es más complicada porque es una adicción sin sustancia, si pensamos bien la gente siempre es adicta a algo, la adicción al trabajo es muy tolerada, se dice que son personas extraordinarias, y entregadas, creo que hay muy pocas personas que analizan eso como un problema. Existe la adicción a las drogas, a los somníferos, a veces incluso las relaciones románticas pueden ser adictivas, de hecho, el problema es la dependencia. Estar enamorado es genial, pero ser dependiente es un problema, creo que todo el mundo tiene algún tipo de adicción. Lo que sería genial para mí, es que la gente perciba en la película que las drogas son la metáfora de todas las adicciones y que la religión como la metáfora del apaciguamiento y la búsqueda del apaciguamiento y que cada uno lo pueda aplicar a su propia adicción y a su propia religión.

'El creyente' de Cédric Kahn
'El creyente' nos presenta a Thomas, un joven inestable que se va dejando permear por la amistad, la camaradería. | Foto: ©Carole Bethuel - Les films du Worso

SEMANA: Solidaridad y amistad son temas que surgen y hasta se perciben como el centro del mensaje de la película. ¿Los identificó como herramientas tras la investigación o es un mensaje personal suyo, como director?

C.K.: De hecho, fuimos con los guionistas a visitar la comunidad. Los pilares para acabar con las drogas son la oración, el trabajo, la vida comunitaria y el testimonio, testificar es muy importante para poder contar tu historia. Hablando con estos jóvenes, observándolos, noté que la vida comunitaria era muy importante. La adicción a las drogas es una experiencia muy solitaria, encierra, aísla del mundo. Uno tiene que aprender a reconstruir las relaciones y a tener confianza en los demás, es muy importante. Es tan importante que cuando hice la película dudé si llamarla La Prière (Oración) o Amitié (Amistad). Entonces, sí, creo que la amistad y la vida comunitaria son una grande parte de la terapia de recuperación. Además, cuando hablamos con ellos -porque hablan mucho de la vida de su vida después de la terapia, de lo que llaman la vida del exterior- realmente uno de sus mayores miedos es encontrarse solos y tener que afrontar las drogas y la tentación solos.

SEMANA: La relación con la naturaleza, los retos que ésta impone al personaje, parecen ser vitales para su recuperación. Incluso la naturaleza se eleva como otro personaje ¿Cree que este tipo de procesos deben darse en estos espacios naturales para ser exitosos?

C.K.: Sí, claro, y he visto otras experiencias, sacerdotes que llevan a los drogadictos a pescar, o a obras de construcción y luego más allá de la religión también hay muchos centros de rehabilitación o centros de terapia psiquiátrica que están en el campo, en espacios naturales. Así que el contacto con la naturaleza da muy buenos resultados. Se teorizó sobre por qué la naturaleza te permite reconectarte con las estaciones, el paso del tiempo, el frío, el calor… tiene cosas reales y luego eso es por la fragilidad psicológica pero también la meditación y la búsqueda de la espiritualidad. Todas estas prácticas se realizan mucho más fácilmente en la naturaleza. Aquí la naturaleza se vuelve una metáfora de Dios.

'El creyente' de Cédric Kahn
El hombre despojado de todo excepto de quienes lo acompañan a no caer. | Foto: ©Carole Bethuel - Les films du Worso

SEMANA: Director y guionista de nuevo, ¿ha pensado en intervenir solo como director o guionista?

C.K.: Siempre dirijo lo que escribo y siempre escribo lo que dirijo. Me han ofrecido guiones ya escritos, y aunque los encuentro interesantes, no los acepto. De hecho, para mí es una continuidad en la que me sumerjo en la escritura y luego en el rodaje. Tengo muchas preguntas a la hora de escribir que se contestan al momento de grabar. Y luego viene la edición, y la mezcla de sonido y todo eso es una continuidad. De hecho, lo que me fascina es seguir toda la cadena de producción. No es solo escribir y dirigir, todo lo demás, es como una artesanía. Sería muy extraño para mí escribir un guion y entregárselo a otra persona, es como mi hijo.

SEMANA: No conocíamos a Anthony Bajon, su rol fue reconocido con el Oso de Plata en Berlín. ¿Cómo lo encontró y cómo se dio el proceso de construcción del personaje?

C.K.: No hubo un proceso de selección especial para él. Buscamos al grupo de jóvenes, y nos dijimos que el protagonista llegaría entre el grupo. A todos les pedimos la misma prueba: un pedacito de testimonio y una oración, eso era todo. Y así miré un poco su sinceridad o su capacidad para hacer que la gente crea en la oración; también su capacidad para hacer que la gente crea en una historia difícil. Con estas dos cosas me pude dar cuenta de que Anthony tenía el perfil para protagonizar. Logró una actuación real, de actor. Nunca había fumado un cigarrillo en su vida, y creo que fumó un cigarrillo por primera vez para la película, y mucho menos había hecho drogas o sabía algo de la religión. Todo fue un descubrimiento para él, y podemos decir que su personaje surgió de su talento actoral, él logró hacernos creer en esta historia.

SEMANA: ¿Es más fácil dirigir a actores naturales o experimentados?

C.K.: No hay reglas. Algunos actores muy experimentados tienen la capacidad de encontrar la frescura, mientras algunos actores menos experimentados están muy abarrotados y tienen dificultad para dejarse dirigir. Entre aficionados y profesionales uno no es necesariamente más complicado. Ahora, por otro lado, me encanta explorar. La idea de filmar un rostro que casi nunca se ha filmado antes me resulta muy agradable.

SEMANA: La película ha sido premiada y muy bien recibida por la crítica. ¿Cuál ha sido la clave?

C.K.: La historia es bastante universal, como un western que sigue a un vaquero solitario que llega, está solo, toca la puerta, pide ayuda, y comienza su vida. La historia es tan sencilla que es fácil de recibir en todas partes. Quizás en países de tradición católica hubo más interés por la película. Cuando presenté la película en Berlín, hice mucha prensa internacional y fue increíble porque recibí comentarios de gente de Australia, que me hablaban de sectas en su país, mientras otros hablaban de lugares de meditación en Japón. Cada uno trató de encontrar el vínculo con su propia cultura. Obviamente, la drogadicción, que también es un problema psicológico muy fuerte, y la oración, que es una búsqueda de apaciguamiento, son cosas universales. Por eso la película viaja con facilidad.

'El creyente' de Cédric Kahn
La dulzura y sabiduría de una monja se sopesan con su a veces inesperada violencia, que parece solo a veces justificarse. | Foto: ©Carole Bethuel - Les films du Worso

SEMANA: Colombia es un país católico, ¿imagina cómo será recibida?

C.K.: No conozco Colombia, pero fui a Brasil a presentar una película, y fue mi primera vez en América Latina. Presenté mucho la película en Francia frente a una audiencia católica, una audiencia antirreligiosa, y noté que había tolerancia e intolerancia en ambos lados. Encontré que había católicos muy abiertos, muy liberales que aceptaban que mostráramos la religión así, de una manera positiva pero también de una manera severa y difícil. En los cines también hablé con adictos que venían a ver la película y me contaban cosas de sus vidas y sus paralelos con esta historia. Espero que la gente se sienta conmovida, que no juzguen, sino más bien que sean generosos y que les provoque emoción.

SEMANA: Estrenó esta película hace unos años, y ahora que hemos tenido globalmente un cambio de percepción de la vida tras la pandemia, ¿el poder de su mensaje se mantiene? ¿Le haría algún cambio si tuviera la oportunidad?

C.K.: Hice la película antes, y sería injusto para mí hacer una conexión, pero este confinamiento global fue como una experiencia espiritual para todos. Tuvimos que detener nuestro ritmo de vida, nuestras actividades, tuvimos que sentarnos, todos juntos y aislarnos, así que obviamente tuvimos que buscar recursos dentro de nosotros mismos. No sé si puedo forzar la analogía con las drogas y la oración, pero creo que buscar un poco de espiritualidad en nuestras vidas no hace daño. La vida material es muy invasiva, esto se refleja en los problemas ecológicos. Si fuéramos un poco más desapegado del vida material y más enfocados en una vida espiritual, el planeta estaría mejor.

'El creyente' de Cédric Kahn
El tema de la fe es fuerte en 'El creyente', pero la idea del amor posible termina por ser el motor fundamental del cambio. | Foto: ©Carole Bethuel - Les films du Worso