La duquesa

Otra cuidadosa producción que documenta las mezquindades que gobernaban la vida privada de la nobleza de Inglaterra. **1/2 (aceptable)

Ricardo Silva Romero
4 de enero de 2009
La duquesa de Devonshire (Keira Knightley) se enfrentará a las injusticias del siglo XVIII como una valiente mujer del siglo XX

Título original: The Duchess.

Año de estreno: 2008.

Dirección: Saul Dibb.
 
Actores: Keira Knightley, Ralph Fiennes, Charlotte Rampling, Dominic Cooper, Hayley Atwell.

Son los últimos años del siglo XVIII en Inglaterra. Pero la popular Georgiana Cavendish, duquesa de Devonshire antes de cumplir los 18, se comporta igual que una valiente mujer del siglo XX: como lo hará su célebre descendiente, la sosa princesa Diana de Gales, no se resigna a tener un esposo taciturno que la trate como una posesión, sospecha que el sexo no sólo sirve para procrear y comparte las ideas revolucionarias (igualdad, libertad, fraternidad) que están cambiando el mundo poco a poco. La duquesa vive fuera de su tiempo: eso es. Y la realidad la aplastará porque aún no ha llegado ese momento de la historia en el que una esposa tendrá derecho a ser algo diferente a una "prisionera en su propia casa".

La duquesa es otra de esas cuidadosas producciones de la BBC que documentan las mezquindades, las trampas, las frustraciones que gobernaban la vida privada de la nobleza británica. A pesar de que pasa en vano, como pasan las hojas de esas biografías cursis de la triste Lady Di, cierto público se rendirá, con todo el derecho, a su reconstrucción de la época, a su fotografía preciosista y a su música de cámara. Si se ve con espíritu crítico, sin embargo, solamente quedarán en pie las actuaciones contenidas de sus dos protagonistas. Quedará, en especial, la mirada cansada, los gestos incómodos, las reacciones inesperadas con que Ralph Fiennes ha compuesto a ese duque que vive su propia prisión: la del marido que, a fuerza de soportar las miradas de reojo de tanta aristocracia, se ha condenado a sí mismo a ser un hombre práctico.