CINE
La favorita: más que una comedia grotesca
El director griego Yorgos Lanthimos continúa desmontando géneros conocidos, esta vez usando como punto de partida las relaciones entre una reina y dos de sus damas de compañía.
Título original: The Favourite
País: Inglaterra
Director: Yorgos Lanthimos
Guion: Deborah Davis, Tony McNamara
Actores: Emma Stone, Olivia Colman, Rachel Weisz
Duración: 119 min
Una de las primeras escenas de esta película condensa a la perfección su sensibilidad. Es el siglo XVIII y una muchacha (Emma Stone) llega a la corte de la reina Anne de Inglaterra (Olivia Colman), se tira del carruaje para evitar el acoso de otro pasajero y termina en el piso, untada de un barro apestoso. “La gente caga en las calles por acá. Lo llaman ‘comentario político’”, le dice la sirvienta que la recibe antes de hacerla pasar, sucia y maloliente, ante la reina y lady Marlborough (Rachel Weisz), prima de la muchacha.
¿Cómo definir, entonces, esa sensibilidad? Cruel, oscuramente cómica, sin un rastro de empatía hacia nadie. Los ricos son venales; los pobres, mezquinos, el poder se maneja despiadada y utilitariamente, y el lema implícito de todas las interacciones es comer o ser comido.
Cruel, oscuramente cómica, sin un rastro de empatía hacia nadie. Los ricos son venales; los pobres, mezquinos, el poder se maneja despiadada y utilitariamente.
Resulta ser, en síntesis, la clase de fantasía que algún adolescente deprimido pero audaz podría hacerse sobre la vida de los adultos. Pero una de las peculiaridades acá es que no luce para nada como una fantasía adolescente. Es más, se ve totalmente adulta, como si fuera una de esas producciones prestigiosas, con mansiones, caballos y sirvientes, que tienden a cosechar cada año media docena de premios Óscar (de hecho, esta tiene 10 nominaciones, entre las que están mejor película, director, actriz y actriz de reparto).
Es un caramelo emponzoñado como los que suele hacer el director griego Yorgos Lanthimos (Canino, La langosta) desde que tiene acceso a actores de renombre, dándole giros absurdos a géneros conocidos en un intento por transmitir su nihilismo radical camuflado tras estos rostros famosos, confiables y carismáticos.
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El tema central en todos estos experimentos es el mismo: el desbalance de poder. Y la conclusión es la misma: la humanidad apesta (caigan o no en el fango sus personajes). En La favorita, el tema se dibuja en la relación entre las tres mujeres de la escena del comienzo: la reina, que oscila entre el desvalimiento y la tiranía; su dama de compañía, que le habla con sinceridad y desparpajo, y esta recién llegada, que busca superar a como dé lugar su condición (su padre la perdió a los 15 años en un juego de cartas), todo esto en el marco de la guerra entre Inglaterra y Francia que genera tensiones en la corte.
Los placeres que ofrece esta disección de las ansias de poder vienen, en buena medida, del contraste con esas otras películas de nobles que han sido sanitizados e idealizados hasta perder cualquier rastro de humanidad.
Aunque el asunto es que acá todo se sitúa en el extremo opuesto y da la sensación de estar no corrigiendo una ceguera sino replicándola en otro polo. Más que entender mejor los mecanismos de las relaciones humanas, con sus complejidades y matices, estamos ante una caricatura grotesca que recuerda lo que el psicoanalista Carl Jung comentaba sobre la fijación con la sexualidad del psicoanálisis freudiano: “Que el repollo prospera en el estiércol es algo que siempre he dado por sentado. Honestamente, no veo ninguna percepción iluminadora en semejante idea”.
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La favorita da risa, sí, pero la risa corta y más bien amarga de quien ve comprobado su prejuicio de que no hay más que bajeza en el mundo.
Trailer subtitulado