CINE COLOMBIANO
La ley de la guerra: 'Monos', de Alejandro Landes
'Monos', del director colombo-ecuatoriano Alejandro Landes, ofrece una abrumadora metáfora de la adolescencia en la guerra. Aplaudida en el mundo, muchos críticos la consideran la favorita para representar a Colombia en los Premios Óscar. El 15 de agosto debuta en salas del país.
En Monos, la ley es la guerra. Una ley ineludible, con su rigor y crudeza. El nuevo largometraje del director colombo-ecuatoriano Alejandro Landes retoma el gran asunto del cine colombiano –el conflicto y los efectos de la guerra sobre los cuerpos– para construir una apabullante metáfora de la condición humana ante el poder, la violencia y las consecuencias de intentar escapar a sus normas.
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Los Monos, un clan de jóvenes, trabaja para la Organización, un grupo armado al margen de la ley. Su misión es cuidar de una extranjera que permanece secuestrada, y solo tienen contacto con los máximos comandantes por medio de un radioteléfono y de un implacable delegado. En ese marco, sobre el grupo de jóvenes de alias genéricos (Patagrande, Rambo, Leidi, Sueca, Pitufo, Lobo, Perro y Bum Bum), va estallando una delirante trama de autoridad, pasiones fulgurantes y disciplina. Ante la ausencia de la supervisión adulta, otras leyes comienzan a regir sus relaciones humanas, su vida sexual y sus conductas sociales.
La película sigue a los Monos, un escuadrón de jóvenes que debe cuidar de una secuestrada.
“La película está teñida de la vida y fuerza de la adolescencia, una época que todos vivimos. Te cambia la voz, te cambia el cuerpo, despierta el deseo. Estás lleno de contradicciones. Quieres pertenecer, pero quieres estar solo. La cinta hace que dialoguen esos tránsitos internos de los personajes con las cosas externas: el entorno, la guerra y el paisaje”, le explicó Landes a SEMANA. “Por la forma como está hecha, esto es algo que podría pasar en el patio de un colegio: las dinámicas sociales, el juego de relaciones y alianzas. Pero la película las presenta en una situación que, aunque parece fabulesca o alegórica, mira las cosas desde lo más primitivo”.
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El opresivo régimen de control al que se somete el escuadrón incrusta en esos cuerpos jerarquías nuevas, autoridades paralelas, y una guerra anónima y universal. Cuando les encargan cuidar una vaca y no lo hacen, en su rebeldía solo quedan la anarquía y la confrontación. Así, una ficción inevitablemente anclada a los relatos sobre el conflicto armado colombiano –pero que suspende todo tiempo histórico– va construyendo un universo narrativo de cuerpos deshumanizados y personajes sin pasado ni futuro que viven solo una cosa: el rigor de la fuerza. En palabras de Landes: “Con el equipo trabajamos para crear algo atemporal. Teníamos una idea de crear una especie de sueño despierto, como decía Luis Buñuel. La película, más que nada, te toca el subconsciente. Es como un sueño que te queda días después dando vueltas y que no logras descifrar”.
En esa línea, el día de la proyección inaugural de la película en el Festival Internacional de Cine de Cartagena (Ficci), el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga apuntó que en Monos “la guerra es como un juego de roles o, en el peor de los casos, una pesadilla de la que ellos –y nosotros los espectadores– no tardaremos en despertar, con algunos moretones y un vago recuerdo de incomodidad”. De la misma forma, Andrés Suárez, realizador y asistente de Programación de la nueva Cinemateca de Bogotá, concluyó que la película construye el mensaje de que “en la guerra sí hay un orden, uno solo posible, el de la misma guerra, y en él las libertades privadas y la capacidad de pensarse como individuo se suspenden indefinidamente”.
El filme de Landes ha sido uno de los más importantes acontecimientos cinematográficos del país. Su primer empujón le llegó en enero, cuando ganó el premio mayor del Transilvania International Film Festival (TIFF), el reputado festival de cine de Rumania. El jurado reconoció “su poder hipnótico a través de una narrativa minimalista, un elenco comprometido y un relato libre de sentimentalismos sobre los jóvenes con armas”. Más adelante, en el Festival de Sundance, Monos ganó el premio especial del jurado en la categoría World Cinema Dramatic Competition. Tras el aplauso sostenido de la crítica estadounidense, se estrenó en la sección Panorama de la 69 Berlinale; la invitaron como central piece de la prestigiosa muestra New Directors/New Films (organizada anualmente por la Film Society of Lincoln Center y el MoMA en Nueva York); y se quedó con el premio del público en el Ficci.
Monos es el segundo largometraje de ficción del colombo-ecuatoriano Alejandro Landes. Con Porfirio, su anterior cinta, ya había llegado a Cannes en 2011.
Por su retrato del descenso del grupo a la selva, y el desenfrenado y anárquico ambiente que traza, Peter Bradshaw, crítico de The Guardian, escribió que ese “poderosamente tenso y profundamente desquiciado ‘thriller’” había sido lo mejor que había visto en Berlín este año. La comparó incluso con la célebre Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola, las adaptaciones cinematográficas de El señor de las moscas, de William Golding, y El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra. “La diferencia es que en ‘Monos’ la guerra está situada en un contexto completamente distinto, a través de una forma de contar muy osada. Esta es una cinta que vives con la piel. No es una película de razón, sino de estómago: hay mucha emoción en las actuaciones, que dibujan ese ambiente entre paraíso e infierno, entre erotismo y muerte”, piensa Landes. “Además, el filme fluye como un río: empieza por un páramo, donde nace el agua, y fluye mientras el agua se va volviendo más turbia, hasta terminar en los caudales de la selva”.
Su gran factura y su amplia resonancia en los espectadores resultaron de un intenso trabajo con un equipo de realización de altísimo nivel. Entre ellos se destacan la compositora Mica Levi, nominada al Óscar como mejor sonido por Jackie (2016); Jasper Wolf y Peter Zuccarini en la fotografía; el montajista Yorgos Mavropsaridis, quien editó también The Favourite (2018); y el actor de Disney Channel Moisés Arias.
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Por esto, según ciertos críticos, Monos es la cinta favorita para representar a Colombia en los Óscar por su astucia y majestuosidad técnica, por lo novedoso de su manera de hablar del conflicto y los jóvenes en la guerra, así como por el diseño visual y sonoro que dibuja un universo asfixiante y por momentos alucinante. Su estreno en Colombia tendrá lugar el 15 de agosto.
“Creo que la buena recepción que ha tenido la película tiene que ver con la resonancia que tiene en este mundo, que está viviendo momentos de altísima polarización. Hay una bruma de guerra, y el filme hace preguntas elementales sobre quiénes somos como especie o quiénes queremos ser”, concluye Landes. “Este es un retrato que va mucho más allá: tiene algo onírico, fantasmagórico, que coquetea con el cine de acción y de terror. Ojalá que ese sueño despierto que es ‘Monos’ perfore a los espectadores cuando llegue a las salas de cine en Colombia: que perfore sus prejuicios, polarizaciones e ideologías”.