La nueva meca del arte

A pesar de las múltiples demoras, el año entrante Abu Dhabi, uno los Emiratos Árabes Unidos,  podrá cumplir el sueño de convertirse en una de las capitales mundiales del arte. Las razones sobran: a comienzos de 2015 se inaugurará el Louvre de Abu Dhabi –cuyo nombre, solo por estar asociado con el museo francés, le costó 525 millones de dólares.  Y poco después le seguirán el Museo Británico de Abu Dhabi –que se llamará Zayed National Museum- y el Guggenheim. Los tres estarán ubicados en el nuevo distrito del arte, Saadiyat, una lujosa isla frente al Golfo Pérsico.

Con un presupuesto para cultura que supera de lejos al de los demás países, Abu Dhabi se empeñó en construir este proyecto que en principio debía costar unos 27.000 millones de dólares. El emirato contrató a los arquitectos más famosos del mundo y dejó que su imaginación volara. El resultado son varios edificios únicos cuyo lujo y complejidad –dicen los expertos- nunca antes se había alcanzado.
 
La idea detrás de semejantes proyectos no solo es de Abu Dhabi. Otros emiratos y países árabes,  además de incentivar el turismo, apuestan por mostrar otra imagen de Oriente Medio, una que enseñe  que allí no todo es petróleo y que no todo son problemas originados por el fanatismo religioso. En ese propósito también acuden al deporte: Catar hará un mundial de fútbol en 2022 y el de atletismo en 2019, Abu Dhabi y Baréin este año organizaron circuitos de Fórmula Uno y varias empresas o jeques son dueños de equipos de fútbol europeos o patrocinadores de este y otros deportes.

Tienen la plata para hacer lo que quieran. Y en el mundo del arte ya hay un antecedente. La jequesa Mayassa, considerada la mujer más poderosa en el mundo del arte,  hizo posible, en 2008, la apertura del Museo de Arte Islámico de Doha, así como del Museo de Arte Moderno Árabe en 2010 y la próxima reapertura del Museo de Catar. Así las cosas, Abu Dhabi no se podía quedar atrás.