Dos de las prácticas más comunes en la religión son la católica y cristiana. De hecho, en países de América Latina, la religión cristiana ha sido la más popular y países como Colombia cuentan con una gran mayoría de personas que se autoconsideran como creyentes de Dios.

Por lo que, la oración se convierte en el método para lograr entablar una comunicación con el todopoderoso, permitiendo una conexión directa entre su Hijo Jesucristo, Dios y sus creyentes. En especial, es parte fundamental en la vida para reconfortar, reavivar la fe, y sentir apoyo o sensación de fortaleza ante las decisiones difíciles de la vida.

La oración se convierte en el método para lograr entablar una comunicación con el Todopoderoso. | Foto: Getty Images

Afortunadamente, existen distintas oraciones, las cuales van dirigidas hacia diferentes fines o figuras, como por ejemplo Jesucristo. Esta oración se hace con el fin de buscar atraer buenas noticias a la vida de cada persona, encontrando una ayuda en la vida espiritual.

Las Sagradas Escrituras también pueden usarse en una oración. | Foto: Getty Images

Oración para atraer buenas noticias

Alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi Socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.

Tú, oh Creador, eres nuestro socorro; en tiempos de oscuridad, eres el sol que alumbra nuestro camino; en esos momentos de sed espiritual que debilitan nuestro espíritu, tú vienes a nosotros cuál lluvia refrescante y vivificadora, y renuevas nuestro espíritu marchito.

Algunos creyentes prenden velas mientras oran. | Foto: Getty Images

Si Dios es con nosotros, ¿Quién contra nosotros? ¿De quién temeremos si tú estás entre nosotros? Tu mirada está siempre sobre nosotros y conoces nuestras luchas y agonías antes que nosotros las experimentemos. ¡Y te compadeces de tu pueblo!

Enséñanos cómo ser discípulos y discípulas fieles y a confiar plenamente en ti. Ayúdanos a crecer en la fe, en esa que quizás todavía está débil, necesita madurar en ti, hasta que tu voluntad y la nuestra sean una. En el nombre de Jesucristo, quien creció en gracia y sabiduría delante de ti. Amén.