Oraciones
La poderosa oración a la Virgen María para pedir misericordia por los pecadores
Los creyentes acuden a la oración para buscar refugio y ayuda ante situaciones complicadas.
Las oraciones representan mucho más que un simple texto que se recita en eventos religiosos. Para los creyentes, estas palabras tienen poder y configuran un canal para comunicarse con Dios y sus Santos.
La religión católica agrupa un amplio listado de oraciones enfocadas en múltiples peticiones por parte de los más devotos. Una de ellas aborda puntualmente la misericordia, disposición por la que muchas personas suelen orar.
De acuerdo con la tradición católica, la hora de la misericordia es las 3:00 p. m., orientada por el momento del día en que habría muerto Jesús en la cruz. Aunque no hay una hora exacta para dicho suceso, los estudiosos de la biblia sugieren que habría sido durante dicho rango.
Ante la importancia que la crucifixión tiene para la religión católica, así como los eventos previos y posteriores (pasión y resurrección de Cristo, respectivamente), los creyentes concentran toda su fe en oraciones encaminadas a pedir por la misericordia del Señor.
A continuación, una oración a la Virgen María, madre de Jesús, para pedir misericordia por los pecadores.
Esta oración se compone de tres decenas, es decir, la parte principal debe repetirse 30 veces. En los intermedios, se recita otro verso y, al final, viene un complemento especial.
Al comienzo de cada decena se recitan las siguientes líneas:
“María, madre de la gracia y madre de la misericordia, protégenos de los enemigos y acógenos en la hora de la muerte”.
Cada decena se compone de las siguientes palabras:
“Dios te salve Reina, madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Sea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
En cada cuenta de la decena se repite: “María, madre de la Misericordia, alcánzanos la misericordia de tu Hijo”.
Una vez se hayan completado las tres decenas, la oración concluye de la siguiente manera:
“Madre misericordiosísima, nos abres tus brazos y tiendes las manos llenas de toda clase de gracias y dones. Tu corazón de madre desea colmarnos de todo lo que necesitamos. Animados por tu bondad, nos dirigimos a ti con confianza, oh síguenos, oh Madre, todo lo que necesitamos y, ante todo, haz con tu poderosa intercesión que guardemos la pureza y la inocencia, que cuidemos con fidelidad y perseverancia el amor de niños hacia ti y que llevemos en nuestros corazones la imagen del Corazón de tu Hijo. Que este Corazón nos proteja, guíe y lleve a la luz eterna. Amén”.