LA RESPUESTA DE GISCARD
"Dos franceses sobre tres", un libro del ex presidente Giscard que desata polémica
El ex presidente francés Valery Giscard D'Estaing ha publicado en estos días un libro polémico y político: "Dos franceses sobre tres", Escrito "lejos del poder, en la soledad y la reflexión", el adversario de Mitterrand traza las líneas de un nuevo programa político que "concilie la generosidad y la eficacia" y que responda, como lo indica el título, a las aspiraciones de "Dos franceses sobre tres". El antiguo jefe de Estado analiza los motivos que determinaron su fracaso: "El gusto tradicional de los franceses por el cambio, los efectos de la crisis económica, la presión ideológica acumulada desde 1968" y la división de su mayoría presidencial. ¿La derrota lo sorprendió? No, confiesa el ex mandatario galo. "Percibí, por primera vez, la probabilidad del fracaso (en otoño de 1980 NDLR) en la biblioteca de los apartamentos privados del Eliseo.
En esos meses, prosigue, Francia había entrado en un sicodrama" debido al brusco aumento del desempleo, al segundo choque petrolero y a la guerra Irán-Irak.
En ese sentido, Giscard D'Estaing no cree que el cambio operado en 1981 haya estado ligado únicamente con la elección presidencial sino que representó, más bien, "el punto de llegada de una evolución subterránea" que había observado durante su septenio y que él quería "orientar" en vez de "reprimir". "Ante esos cambios, escribe el ex presidente, la verdadera cuestión no era saber si podía ganar las elecciones sino si Francia estaría en condiciones de ser gobernada de manera racional, justa y evolutiva, con el apoyo de una mayoría de su población (.. .) para saberlo, el único medio era tratar de convencer". No haberlo logrado es su único remordimiento desde que abandonó "los palacios nacionales".
Persuadido de que Francia es un modelo universal y tiene una "vocación universal que creo única", el antiguo jefe de Estado recuerda los sucesos de su septenio y responde a los que le critican haber aceptado una reunión con Brezhnev, en Varsovia, justo después de la invasión soviética en Afganistán, revelando que estuvieron "varias veces al borde de la ruptura en razón de la sequedad de las conversaciones".
Giscard D'Estaing no cuestiona la legitimidad del actual gobierno. Pero está convencido de que la "experiencia" de Mitterrand se aleja, sobre tres planos. Uno, "la singularidad del lenguaje". El ex presidente no admite que se hable de "antiguo régimen" ¿Por qué hacerlo, pregunta, si las instituciones son las mismas? ¿Por qué calificar de "antiguo régimen" una administración que no empleó métodos expeditivos contenidos en la constitución como "las ordenanzas", por ejemplo, a las cuales ha recurrido el actual gobierno para hacer votar algunos de sus proyectos sin pasar por el Parlamento? Dos, "la voluntad de transformar la sociedad francesa según un modelo conforme a la ideología socialista y comunista". Tres, el empleo corriente, según el ex mandatario, del adjetivo "irreversible". "Lo que una mayoría escogió hacer, recuerda Giscard al actual gobierno, otra podrá deshacer o modificar". "Reversible" será, pues, según él, la nacionalización de la enseñanza, las nacionalizaciones de grupos industriales y del sector bancario, las leyes de tipo fiscal y económico etc...
"Tradicionalista-reformador", según sus propios términos, el antiguo jefe de Estado propone modificar las instituciones de la Quinta República creada por el general De Gaulle en 1958: limitar a dos veces consecutivas el mandato presidencial y reducir su duración de 7 a 6 años, utilizar el referendum para consultar a los franceses sobre eventuales cambios en la representación política o sobre algunos "temas de sociedad". Sugiere, igualmente, poner fin al monopolio del Estado sobre la información (el Estado debería conservar únicamente una cadena de radio y de TV) y -olvidando que durante su administración la presión fiscal había pasado de 33 a 42.5%- estabilizar el conjunto de impuestos alrededor de 40%. ¿Su solución? La política fiscal. Según Giscard D'Estaing, los franceses deberían decidir qué parte del ingreso producido y ganado debe quedar entre sus manos y qué parte debe ir al Estado. Su propuesta "menos Estado, mejor Estado", no deja, sin embargo, ninguna duda sobre sus preferencias.
Giscard D'Estaing cree que la adhesión de los socialistas y de los comunistas a las instituciones que tanto habían combatido y el "fracaso del socialismo estatal " han desbloqueado a la sociedad francesa y abierto todas las perspectivas para que opte por un "modelo liberal". ¿Utópico? No, responde el ex presidente galo mientras enumera los temas sobre los cuales hay, sostiene, un claro consenso en Francia: actitud antipobreza, antisexista, antiviolencia, antiracista, antiestatal, profamiliar, proempresa, etc...
Europeo convencido, el ex número uno francés propone tres remedios: "Hacer sentir Europa a todos sus habitantes" como "constituyendo un espacio único", considerar que la personalidad europea debe incluir "la unidad de modo de vida y de actitud cultural" y "percibir de manera común el problema de la seguridad".
"Dos franceses sobre tres" permite al ex presidente Giscard D'Estaing ocupar de nuevo la escena política y recordar a su antiguo primer ministro, Raymond Barre, y al jefe gaullista, Jacques Chirac, que en la carrera hacia la presidencia, en 1968, el sigue considerándose como el favorito.
José Hernández, corresponsal de SEMANA en Paris.