ARTE
Egon Schiele, demasiado osado
La vida y obra de este artista sigue generando polémica y censura 100 años después de muerto. En algunos países de Europa aún se sonrojan con sus pinturas.
Le bastaron apenas 28 años para convertirse en un artista icónico, fundamental, de obras perdurables, como siempre pregonó: “El arte no puede ser moderno, el arte es eterno”. Este año Austria conmemorará a lo grande los 100 años de su muerte prematura, y muchos desde ya quieren contar detalles de su vida o ahondar en su enorme talento.
Uno de ellos, el realizador Dieter Berner, escarbó en lo más profundo de la vida y creación del pintor austriaco, nacido el 12 de junio de 1890. Su película, Egon Schiele, la muerte y la doncella, explora los últimos días del artista, contagiado por la llamada gripa española, una pandemia que mató en 1918 a más de 20 millones de personas, sobre todo en Europa.
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La cinta (que se estrena este mes en Colombia) desarrolla especialmente los últimos diez años de vida de este expresionista cuando con sus obras sacó de casillas a la apacible Viena. Mujeres desnudas –siempre en posiciones inusuales–, la muerte, el dolor y sus dramáticos autorretratos, entre otros, dinamitaron el conservadurismo de la sociedad en la que le correspondió vivir. Solo otro artista austriaco, Gustav Klimt, consideraba excepcional la estética de Schiele. Los dos más tarde se encontrarían en la Secesión, un movimiento que rechazaba los parámetros de la academia.
“Queríamos destacar –dice Berner– aspectos de la vida de Schiele que ayudaran a comprenderlo mejor, sus obras y lo que lo impulsó a pintar. Pero en la película les damos relevancia a la sexualidad y a las insólitas relaciones con sus mujeres y sus modelos”.
Schiele vivió poco, pero creó muchísimo. Pintó más de 300 cuadros y realizó cerca de 3.000 dibujos y acuarelas, un profuso quehacer calificado por algunos como erótico, pero para otros no más que pornografía, pedofilia o inmoralidad.
Esa percepción creció por su relación con Gertie, su hermana menor, a la que retrató desnuda cuando ella tenía 12 años y él, 16. La historia dice que alguna vez la llevó a Trieste (Italia) y la encerró en un hotel. Y en otra ocasión su padre rompió una puerta de su casa porque los dos se habían enclaustrado: adentro Gertie retozaba desnuda en una cama al lado de su hermano.
Semejante relación terminó cuando Klimt le presentó a Wally Neuzil, también muy joven, con la que tendría una fuerte relación, muchas veces tormentosa. La periodista de la BBC Kimberley Bradley, que indagó sobre quién era realmente esta mujer, dice que entre los dos “hubo una alianza muy sexual, altamente espiritual y artísticamente transformadora”.
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No en vano ella se convirtió en su gran musa, la modelo de Retrato de Wally (1912), una de las pinturas más representativas del austriaco y tal vez la más controvertida. Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis la confiscaron a la judía Lea Bondi, en 1939, y después del conflicto el Museo Leopold de Viena y los familiares de Bondi se trenzaron en una disputa por su posesión. La institución les pagó 14,9 millones para que renunciaran a cualquier derecho sobre el cuadro.
Schiele vivió siempre asociado al escándalo. En 1912 lo arrestaron en Neulengbach, cerca de Viena, por el supuesto rapto de una adolescente. Pero aunque la Justicia nada le comprobó, fue condenado a 24 días de prisión porque sus dibujos eran demasiado explícitos sexualmente y corrompían a los niños.
Los críticos dicen que es difícil encontrar un artista más obsesionado con su imagen que Schiele. Basta contar y apreciar sus considerables autorretratos en los que, como sus modelos, aparece en posiciones infrecuentes (a veces grotescas) o en actitudes provocadoras.
En el Museo Leopold, que exhibe gran parte de su obra, las descripciones y análisis de sus autorretratos hacen énfasis en que Schiele no tiene paralelo en la historia del arte occidental, y en que sus dibujos muestran una visión intensa y casi atemorizante de sí. “Verse a uno mismo permite entender lo que pasa en la mente”, habría dicho el artista.
“No ha influido muy positivamente en el arte posterior al ser malentendido porque no se le ha prestado una atención suficiente a su gramática”, afirmó a la agencia EFE Carla Carmona, doctora en filosofía y autora de ensayos sobre la obra de Schiele.
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Su obra, como la de otros tantos, genera posiciones encontradas. El curador y crítico de arte Jaime Cerón dice: “A mí Schiele no me resulta demasiado excepcional, pero quienes opinan que sí lo hacen por la forma como relaciona la manera de pintar con una idea del cuerpo, que toma la forma de las emociones de quien es representado. Un rasgo común a todo el expresionismo”.
Hoy se equivocan quienes creen que a casi un siglo de su muerte su obra no sufre la censura. Además de películas (como la de Berner), teatro y uno que otro libro, la Oficina de Turismo de Viena planeó una serie de eventos conmemorativos en Europa, pero estos ya comenzaron mal: pinturas como Parada desnuda con medias desafiantes (1914) iba a estar en pancartas en diferentes ciudades de Alemania e Inglaterra para promocionar la ocasión. Sin embargo, estos países no las aceptaron en los espacios públicos porque las figuras muestran sus genitales. Los afiches de la campaña también quedaron bloqueados en Facebook.
La nueva publicidad cubre las partes sexuales de la mujer y la acompaña con una frase: “Lo sentimos. Tiene 100 años, pero sigue siendo demasiado osada”. Todo está dicho.
Para saber más de él
• Una novela gráfica
Egon Schiele, vivir y morir (2014), del francés Xavier Coste, aborda originalmente la vida del artista austriaco. El autor del cómic enfoca su trabajo en los desafíos que encaró el pintor en su época, en su genialidad, en sus excentricidades y en sus miedos. Además de este, varios libros tratan su obra. Uno de ellos, editado por Taschen, Egon Schiele. La obra completa (1909-1918), reúne ilustraciones, dibujos, pinturas y acuarelas.
• Otras películas
Exzesse (1981) recrea su lado más oscuro, su relación con el alcohol, sus problemas con la pornografía y los tórridos romances con sus mujeres. También existe un documental relacionado: Retrato de Wally (2013), sobre el famoso cuadro y su musa.
• Dónde apreciarlo
El Museo Leopold, en Viena, nació en 2001 con la colección privada de Rudolf y Elisabeth Leopold. Hoy alberga el mayor número de obras en el mundo de Egon Schiele, unas 220.
• Así escribía
Escritos 1909-1918, de La Micro Ediciones, reúne sus manifiestos, breves cartas y poemas. Otra forma de acercarse a un hombre que amó tanto la vida como la muerte.