Entre líneas, el cineasta danés dejó entrever el miedo que invade a la mayoría de adictos: la realidad. Después de rehabilitarse, es natural que los consumidores teman afrontar la realidad sin los estímulos con los que la evadían antes. Lars Von Trier, el polémico director de cine danés, no es ajeno a este miedo. En una entrevista con el diario Politiken aseguró que necesitaba estimularse con drogas para escribir sus películas y que, ahora que las ha dejado, teme no ser capaz de seguir haciéndolo. Von Trier sostiene que el alcohol es “la mejor droga del mundo” y que la ha usado regularmente “contra los miedos estúpidos que surgen todo el tiempo”, porque funciona con “exactitud”, aunque a largo plazo “lo hace de forma negativa, por desgracia”. El cineasta confesó su miedo a que las películas del futuro no fueran suficientemente buenas, o por lo menos igualmente buenas, a las anteriores. “No sé si podré hacer más películas, y eso me atormenta.Porque qué voy hacer conmigo si no puedo”, se preguntó con algo de angustia. Von Trier lleva tres meses sin beber y asiste ahora a reuniones de AlcohólicosAnónimos, pero le preocupan los posibles efectos de la sobriedad sobre su capacidad creativa. “Ninguna expresión creativa con valor artístico ha sido creada nunca por exalcohólicos o exdrogadictos. No hay Jimmy Hendrix sin heroína o Rolling Stones sin borracheras”, afirmó. Su adicción a la bebida comenzó con Breaking the Waves (1996) y, a partir de entonces recurrió a un cóctel de una botella diaria de vodka y ‘una droga euforizante’ para escribir. El cineasta confiesa, por ejemplo, que Dogville (2003) fue escrita en doce días bajo un estado de euforia continuo que le permitía acceder a un “mundo paralelo”, donde las ideas surgían con fluidez y se sentía seguro al tomar decisiones. Nymphomaniac (2013), su última película, fue la primera que escribió sobrio y le costó un año y medio hacerlo. “Está claro que el mundo paralelo cuesta, pero recibí también muchas alegrías. Todos los artistas que he admirado han consumido todo tipo de drogas”, agregó. El creador de películas como Dancer in the Dark no concedía entrevistas desde que en mayo del 2011, cuando se vio envuelto en un escándalo durante la presentación de Melancholia, al justificar algunos actos de Hitler. La organización del Festival de Cannes, el mismo festival que lo llevó a la cima del cine europeo, lo declaró persona 'non grata'. La polémica rueda de prensa que desató el escándalo fue la primera que daba sobrio y eso hizo que se sintiese inseguro y que no se expresara con claridad, explicó en su momento. El director danés aparece sentado, desnudo de cintura para arriba y con la cabeza y la cara afeitadas, en la portada de Politiken, uno de los periódicos más importantes en Dinamarca. A pesar de sus dudas creativas, Von Trier admite que está estudiando la idea de rodar una serie de televisión en inglés, titulada The House that Jack Built (La casa que construyó Jack). Con la próxima producción se sabrá si el polémico y original director confirma o no su hipótesis.