CULTURA
Las reclusas que llegaron al Festival Iberoamericano de Teatro
Tras cinco meses de ensayo, 14 internas de la cárcel Villa Cristina, de Armenia, se presentarán el 18 de marzo en uno de los festivales más importantes del continente.
La vida en el encierro hace casi indispensable encontrar formas para evadir la dura realidad. Sin embargo, no es fácil encontrar una actividad que distraiga y que a la vez forme y eduque. La actuación y el teatro suelen tener poderes curadores. La difícil tarea de ponerse en los zapatos de otro y verse a sí mismo desde afuera permite, por momentos, recibir aires de libertad.
Eso lograron 14 internas de la cárcel Villa Cristina de Armenia que durante cinco meses montaron la obra Nuestra Natacha. Estas mujeres encontraron en el teatro un espacio para la transformación personal y también sintieron que tienen una segunda oportunidad.
“Estamos totalmente convencidos que el teatro tiene un altísimo potencial de transformación personal, de resocialización y de permitir y generar nuevas oportunidades“, señaló Ana Mercedes Botero, directora de Innovación Social de CAF-banco de desarrollo de América Latina, institución organizadora de la iniciativa, en alianza con la Fundación Teatro Interno, de la actriz Johana Bahamón.
Nuestra Natacha, que relata la vida de otras mujeres que también estaban presas en un reformatorio de los años 40, ganó el II Festival de Teatro Carcelario que se realizó hasta el 4 de marzo en Armenia, Bogotá, Cúcuta, Itagüí, Jamundí y Montería. Ahora, como premio mayor, el grupo cuyabro se presentará el 18 de marzo en el marco del XV Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, uno de los eventos más importantes del mundo en este arte.
Pero las ganadoras no fueron solo las armenianas. Todas las compañías teatrales compuestas por personas privadas de su libertad que participaron de esta experiencia no podían esconder su emoción antes de salir a escena. Entre ellos estaba Jhon Jairo Medina Oquendo, interno del Establecimiento Penitenciario y Carcelario de Reclusión Especial y Pabellón Justicia y Paz de Itagüí, quien afirmó estar “feliz” de ser parte de la iniciativa.
“Ese afán de presentarle a la familia, como de esos pequeños espacios, esos rinconcitos que a uno le desconocen, entonces de verdad que me emociona, estoy muy contento”, señaló en medio de los ensayos. Jhon Jairo contó con el apoyo de su familia, que se mostró orgullosa y emocionada de verlo en el escenario.
Jara Medina, hija de Jhon Jairo, tuvo una de las mejores experiencias junto a su padre durante el tiempo que este ha estado privado de la libertad. “La obra de teatro nos da mucha alegría. Estamos muy orgullosos. Estaba súper nervioso, lloraba de la alegría de vernos ahí y finalmente lo logró. Cuando vi a mi papá actuando me sentí feliz de verlo en otro ámbito. Nos reímos, sentimos mucha felicidad”, dijo
De esta forma, el arte se convierte en un instrumento terapéutico y que contribuye a la transformación personal, la resocialización y la inclusión social de las personas privadas de libertad.
Esta experiencia es parte de los esfuerzos de la división de Innovación Social de CAF, que se propone contribuir con la creación de soluciones sostenibles a los problemas sociales de la región, en línea con la misión central del organismo de aportar iniciativas concretas para el desarrollo.
Nuestra Natacha, elegida ganadora por un jurado calificador, se presentará este viernes 18 de marzo a las 11 de la mañana en el Teatro Nacional Fanny Mikey de Bogotá, en una función que transmitirá aires de libertad y esperanza.