Periodismo
Las salas de redacción: Jorge Cardona y Jineth Bedoya miran al retrovisor para proyectar el futuro
La tertulia ‘El resurgir de las salas de redacción’ miró con nostalgia a las caóticas redacciones del pasado, destacó la importancia de integrar nuevas maneras de narrar e invitó a retomar la práctica de hablar con la gente y estar en la calle.
En el marco del día del periodista en Colombia, que se celebra el 9 de febrero, el Círculo de Periodistas de Bogotá preparó una serie de eventos y charlas virtuales. Entre estas, una resultó bastante especial por el peso de sus invitados y el tema en cuestión: El resurgir de las salas de redacción. Moderado por José Vicente Arismendi, el conversatorio le dio voz a Jineth Bedoya, subdirectora de El Tiempo, y a Jorge Cardona, editor general de El Espectador.
Bedoya recordó con nostalgia su paso por El Espectador, con salas de redacción de 300 periodistas, jornadas laborales sin horario fijo de salida, y una adrenalina diaria centrada en el cierre del periódico. Y en el lugar todo ese proceso se mezclaba con el olor del cigarrillo y del café. Bedoya, en últimas, recordó la aventura diaria que era lograr armar el impreso.
Del otro lado, Jorge Cardona evocó sus épocas de Alerta Bogotá, antes de entrar al Espectador, y describió cómo el ajetreo venía acompañado del sonido de las máquinas de escribir y los radios a todo volumen en diferentes emisoras. “El alma del periodismo son las salas de redacción” concluyó Cardona.
¿Quiebre generacional o mutuo aprendizaje?
En un periódico impreso, los periodistas no competían con sus colegas, luchaban contra el tiempo, y la hora de cierre era el clímax del día. Hoy en día “el cierre” no puede ser más distinto. Esa constante descarga de adrenalina que solía ser protagonista ya no existe más con la llegada de la virtualidad.
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En las redacciones y las salas de redacción quienes solían escribir con máquinas ahora trabajan junto con periodistas más jóvenes que poseen nuevas formas de comunicar y distintas herramientas para hacerlo
Pero no se trata de añorar por añorar, porque el oficio sigue mutando día a día. La brecha generacional entre quienes vivieron esas redacciones del pasado y quienes ocupan las de hoy, que suele verse como un factor de división, debe verse como un espacio de convivencia y aprendizaje. En las redacciones y las salas de redacción quienes solían escribir con máquinas ahora trabajan junto con periodistas más jóvenes que poseen nuevas formas de comunicar y distintas herramientas para hacerlo. La relación entre distintas generaciones tiene todo para ser fructífera y recíproca, si eso se quiere.
Competir para mejorar
Después de la reportería, los periodistas llegan a las salas a debatir las noticias y comienza la controversia: un 50% de la sala estará de acuerdo, el otro 50% refutará el tema. “El periodismo es trabajo en equipo, no individual” dice Cardona.
Desde los comentarios de la misma sala de redacción hasta el trabajo de los colegas en otros medios, es la sana competencia la que hace al periodismo grande y lo lleva a mejorar. Eso aclara Bedoya, quien añade que el periodista debe fijarse en los grandes medios pero también en los independientes. La competencia sirve como un recordatorio de que no hay que relajarse. Más cuando, hoy en día, cualquiera con un dispositivo móvil a la mano puede hacer circular una noticia.
Las patitas en la calle...
La pandemia obligó al periodista a trabajar desde la casa, pero, aún así, el trabajo de campo hoy es casi inexistente por el aislamiento y porque esa costumbre se ha perdido en las redacciones. Cardona y Bedoya recordaron su adrenalina y la de sus colegas. Para ellos, ser periodista consistía en buscar chivas, entender el porqué del conflicto armado en Colombia y hacerlo desde los ríos del Caguán, estar en el puerto de Buenaventura, hablar con la gente, estar en la calle. La falta de contacto con la realidad, aleja el compromiso con la responsabilidad social.
La falta de contacto con la realidad, aleja el compromiso con la responsabilidad social.
Por eso, en El resurgir de las salas de redacción quedó una invitación: volver a la calle, a los territorios olvidados que más que nunca necesitan periodistas que expresen, denuncien y visibilicen lo que ocurre. Pero esto no ocurrirá “hasta que los periodistas no recuperen sus posibilidades y capacidades de acceder a la información” dice Cardona.
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