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Lift To Experience son Andy “The Boy” Young, Joshua “Texas” Pearson y Josh “The Bear” Browning Foto tomada de facebook.com/lifttoexperience

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Las travesías sonoras y proféticas de Lift To Experience

Hijo de pastor, filósofo de espíritu y músico por vocación, el texano Josh T. Pearson conversó con Semana.com sobre la mística de remezclar un doble álbum conceptual 20 años después y reclamarlo actual.

Alejandro Pérez y Andrés Soto
16 de mayo de 2017

Semana.com: Su trabajo es desconocido aquí en Colombia. Cuéntenos qué implica Lift To Experience, cómo nació, los interludios y, ahora, con semejante regreso.

Josh T.Pearson.: El grupo nació en Denton, Texas, a finales de los años noventa. Comenzamos a proyectarnos metidos de lleno en bandas de shoegaze, música psicodélica, todo tipo de jazz, hip hop, e indie, y lo asumimos como proyecto de arte desde el cual relatar una historia. Con ese ímpetu grabamos una versión inicial que no logró ser lo que debía ser. Era bastante buena pero no perfecta. Nos dedicamos a preparar las canciones, ingeniar los arreglos, pulirlo. Así fue que brotaron sus colores y lo registramos en 1999.

Tardé para encontrar sello disquero. Nadie quería tocar este doble disco conceptual de una banda que apenas se había escuchado. Pero dimos con Bella Union casi en quiebra, sin tener con qué pagarme el vuelo para acompañar el proceso, ni destinar recursos a la grabación, propusieron mezclarlo en September Sound. Al no tener más ofertas, accedimos, y se lanzó en 2001.

Ahora nos complace reeditarlo como queríamos pues fue desafortunado en aquel entonces no haberle hecho justicia a su esencia punk rock.

Foto tomada de: https://www.facebook.com/cubbystardust

Semana.com: Otra vuelta de tuerca, 20 años después, fiel a su concepción originaria, eso no sucede a menudo...

J.T.P.: Realmente no, y es gratificante. Trabajamos superduro en esa maldita cosa. A la luz de lo que sonaba dos décadas atrás, con su resonancia en vivo, resulta una oportunidad tremenda. Aunque no despegó en Norteamérica se conseguía importado, como uno de esos clásicos del under.

Semana.com: Sobradas referencias cristianas y elementos particulares inspiraron el proceso creativo de Texas Jerusalem Crossroads. ¿Lo propulsó el advenimiento del Apocalipsis? y con el paso del tiempo, ¿el mensaje languidece o se robustece?  

J.T.P.: Es oportuno que el universo permita que resurja ahora. Navegamos aguas cristianas turbulentas, tuvimos una niñez evangélica o pentecostal, crecimos con la tradición de “El Infierno es real y el Juicio está a la vuelta de la esquina”.

Además, sortearse la vida en plena edad moderna te reta. Si vas a un centro educativo tienes que lidiar con dilemas posmodernos. Antes de entregarme a la música, estudié filosofía en la universidad y allá reflexioné sobre estos asuntos. Para mí, de todas formas, fue crucial no sacrificar nada por popularidad o atención.  

Mis dos compañeros vienen de profundo trasfondo sureño, aquel del Cinturón de la Biblia. El padre de Josh es un pastor bautista, el mío un predicador pentecostal (aunque de mi madre se separó cuando jóvenes). Es un legado común, y cargábamos con la responsabilidad de incorporar esos motifs en nuestro arte para visibilizar su trascender, a pesar de las barreras ideológicas o la intolerancia que merodean en las personas.

Desde Denton reverbera una triada de potencia musical, espiritual y experimental / Foto tomada de: facebook.com/lifttoexperience

Tenemos de ese fanatismo en Norteamérica, y decepciona. Aunque recuerdo que en la Europa poscristiana existían personas más abiertas, o por lo menos así era en su momento. Puede que estos temas polaricen a otra gente, pero el buen arte causa tal efecto: confronta asuntos internos y la intolerancia inherente que todos tenemos. Por eso guardo la esperanza de que resulte más relevante en estos tiempos, de lo que por ese entonces. Esa fue la intención.

Diseño de arte  por Pen & Pixel / Foto tomada de facebook.com/lifttoexperience

Semana.com: Ha mencionado la muerte de David Bowie como detonante para reaccionar, animarse de nuevo...

J.T.P.: Con mi manager, un amigo cercano, conversamos al respecto durante Meltdown. Yo no me sentía entusiasmado, quería remezclar el álbum primero y tantear la demanda, pero alguien me dijo: “¡David Bowie acaba de morir, quizás no se te presente otra oportunidad!".

Estamos tan comprometidos con el arte y su pureza que fuimos en contra de la lógica popular. No vivimos de esto, es complejo que les paguen a tres personas y puedan dejar su trabajo cotidiano para reunirse a ensayar unas semanas antes, y luego irse a tocar en vivo. Además, los costos de organizar conciertos suben al tratarse de un show único.  Así que todo esto, lo de Bowie y la muerte de Lemmy Kilmister, me hizo pensar: `mierda, solo estamos acá por un segundo y luego nos vamos, sea cual sea el siguiente viaje´.

Luego de 15 años, regreso contundente de Lift To Experience con ocasión del Meltdown (Londres, Junio 10 de 2016) / Fotografía por Conor Masterson Photography & Film tomada de facebook.com/lifttoexperience

La idea era dejarlo en una nota alta, porque la primera vez hubo demasiada tragedia. Nos desmoronamos como grupo, la compañera del bajista murió de una sobredosis de drogas y tuvimos que cancelar el tour, regresar con el rabo entre las piernas y lidiar con el dolor de realidades y circunstancias. Así tratamos de trascender el sufrimiento como seres humanos. Vivimos esa época sin saber si volveríamos a tocar juntos.

Hemos accedido a pocos conciertos pues conlleva dilemas: es un lío, no te pagan y te esfuerzas mucho. Resulta costoso. El bajista tiene un hijo, además de asuntos de vida normales, pero cuando llega la posibilidad, pensamos: ‘Espera, ¿quién tiene este chance? Es muy especial tocar estas canciones de nuevo‘. Nuestro próximo show será mañana, ensayamos y quise disfrutar de la oportunidad. Nos alegra mucho que se configure así, por sí mismo.

Semana.com: ¿Tiene su álbum un impacto mayor con la cruzada de Trump, tomando en cuenta cómo su Presidencia embiste la atmósfera sociopolítica?

J.T.P.: Hay círculos evangélicos que aluden, del Libro de las Revelaciones o Apocalipsis de San Juan, a la última trompeta como la ‘Trumpetada‘ (risas). Nos aproximamos a tiempos sugestivos, de ideologías que se harán específicas cuando, en los próximos 15 años, la gente escoja si incorporar o no máquinas en sus cuerpos. Preferirse parte de la Bestia dentro del sistema, en simbiosis como un organismo vivo, todo conectado más de lo que lo está ahora, o quedar rezagada. Y ahí es donde creo que será más interesante.

Tenemos poco tiempo. El asunto de los hologramas recrudecerá y no sabremos distinguir entre este mundo y el siguiente, virtual u obsoleto. La atracción por sistemas de creencias me envuelve en una edad dorada que terminó 50 años atrás, justo antes de este amanecer o lo que a las edades oscuras representó internet.

Espero que el álbum cause un mayor impacto sonoro; si políticamente se torna más intrigante, definitivamente accionaremos alguna banda sonora que responda al momento. Hay trabajo interesante por hacer. Llevo componiendo los últimos 15 años, y pienso que podemos plasmar cosas divertidas con ese bagaje.

En celebración a los 40 años de la icónica compañía de música independiente Rough Trade con un one-off show memorable / Foto tomada de facebook.com/joshtpearson

Semana.com: Estas percepciones sobre epifanía religiosa e interconectividad, ¿las encuentra a través de su música, tocando en vivo, escuchando gospel?

J.T.P.: Crecer de niño en los ochenta (estoy por cumplir 43 años) me brindó perspectiva sobre los giros actuales. Tener en la palma de tu mano la biblioteca más grande del mundo y acceso instantáneo a datos que hubieran demorado años en compilarse representa un despertar. Y todavía no alcanzamos a procesar el giro.

Con respecto a mi formación pentecostal, cada servicio era un intento de trascender, tocar a Dios y entrar en aquel espacio sacro vital de una interacción relevante con personas, para comunicarnos recíprocamente. Porque la divinidad emana de una preocupación amorosa, quiere que expandamos en lo que resulte de esta esfera para evolucionar espiritualmente y comprender.

Algo me ocurrió a los 19 años. Sentí que Dios abandonó mi cuerpo y durante ocho meses traté de recuperarlo. La música suplió ese vacío. Creo que la introspección en cada persona es el más grandioso horizonte para explorar y aventurarse, es algo que ni la ciencia ni la tecnología han podido suplantar.

Al menos todavía tenemos la opción de tomar ese viaje interno, sin mediación ni control a las maneras de conocimiento, cuya tentación es casi imposible resistir cuando avanzan y se fortalecen. El círculo se completa al tomar ‘esa’ manzana y tener un saber total sobre el bien y el mal. Lo dice el Libro de Génesis, transitarse hacia divinidades y no habrá más separación, es la muerte de la tragedia.

Reencuentro espontáneo en Dan´s Silverleaf (Denton, 2012) / Foto tomada de https://www.facebook.com/cubbystardust

Semana.com: ¿Se ha adentrado en las entrañas de la locura? ¿Qué ha vivido durante estas experiencias?

J.T.P.: Lo hice durante una década, justo después de volver de un tour. Necesitaba replegarme un rato. Así que me mudé al interior del desierto alto, en Texas, en la mitad de la nada. En ese viaje interno permanecí casi encerrado en casa, desconectado de amistades y familia. Confronté la locura, encaré lo que necesitaba de ella y me satisfizo mirarla a los ojos. Tardé casi nueve meses en retornar, algo que logré con ayuda de un amigo que me cuidó de vuelta a la salud, después de caminar por ahí solo. Como romántico, ese viaje interno fue el último que me quedaba por explorar. De tal modo que sí, es muy importante hacerlo. Hay que ir con mucha cautela hacia la buena noche, porque puede realmente crepitar sin avisar.

Fotografía por Thomy Keat (París, Febrero 2011) / Foto tomada de: facebook.com/joshtpearson

Semana.com: ¿Cómo acoger tecnologías que convoquen mecanismos híbridos, innovación y experimentación para transgredir los límites en composición musical de relatar historias?

J.T.P.: Ando un poco fuera del circuito, y no sé si alguien ya está haciéndolo, pero definitivamente habrá Realidad Virtual (vr), con la cual explorar. Musicalmente será como entrar en una catedral. Cada cuarto al que ingreses tendrá diferentes canciones, sonidos y secciones. Será expansiva, con capítulos, como un videojuego que integra creación y composición. Cuando las personas tomen el juego se tornará divertido, con la música como una herramienta de influencia; pero no sé, creo que ya existe un caso de composición de guion musical con inteligencia artificial, o algo así. Y si se consideran los avances, tenderá a asustar más y más en los próximos 15 años. Que la gente no se percate ya dejó de ser broma, los robots en verdad impondrán su código y decidirán quiénes sobrevivirán. La humanidad, como resultado de ser un problema, tenderá a eliminarse por ser plaga de inconveniencia emocional que se lastima a sí misma, para instaurarse un sistema eficiente que opere en paz. Pero no lo sé…

Preparativos a la grabación de las sesiones en vivo para el famoso show de Bernard Lenoir‘s ‘C‘est Lenoir‘ / Foto tomada de: https://www.facebook.com/cubbystardust

 

Apartes de la entrevista con Josh T. Pearson:

 

Un cartel rotundo de referentes en comunión con Lift To Experience durante la edición 2017 de Green Man