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Libro 'Vale la pena pensarlo', de Carlos Raúl Yepes
Libro 'Vale la pena pensarlo', de Carlos Raúl Yepes | Foto: SEMANA

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Lea aquí el adelanto de ‘Vale la pena pensarlo’, el libro de Carlos Raúl Yepes

El expresidente de Bancolombia dice que su texto es “el fruto de muchos años de aprendizajes, experiencias, alegrías y tristezas”.

Redacción Semana
14 de agosto de 2024

Introducción

Vale la pena pensarlo. Siempre vale la pena hacerlo. Todo hay que pensarlo, sobre todo los temas que nos preocupan, inquietan y perturban. También aquellos temas que nos motivan, entusiasman e ilusionan. Vale la pena pensarlo es un libro de conversaciones inacabadas sobre asuntos que requieren debate, contradicción y ampliación. Muchas son conversaciones que no queremos tener, que evitamos o simplemente ignoramos porque les tememos.

Otras, por el contrario, son conversaciones que necesitamos para aprender. Este libro es el fruto de muchos años de aprendizajes, experiencias, alegrías y tristezas. Mi deseo es compartir una forma de ver la vida; una mirada que es producto de lecturas, de la construcción a través de textos que nos animan a creer, que nos dan esperanza y nos llevan a transformaciones trascendentes. Hay muchas formas de escribir. Aquí lo que he querido es imaginar, pensar, opinar e investigar. Les propongo recorridos por entre múltiples textos; plantear varias tesis e hipótesis, interpretar, parafrasear, citar de manera libre, relatar o consignar en crónicas. Este libro tiene un poco de todo eso.

Porque cuando escribimos un libro, además de transmitir ideas, queremos compartir sueños e ideales. En mi caso, todo empezó con rayones y líneas en una servilleta. Primero planeamos y soñamos. Luego escribimos y compartimos. Se empieza y se termina por el autor. Pero el libro sigue en el lector —como explicó el filósofo alemán Hans-Georg Gadamer—, en una fusión de horizontes: lo que piensa el que lo escribe y lo que interpreta el que lee, y piensa el libro de nuevo. Por eso, este libro lo he pensado como una colección de reseñas breves, libres y, a veces más extensa, de los libros y autores. Recojo su escritura, sus preocupaciones e inquietudes, pero también las soluciones que proponen. Están los que hablan de situaciones difíciles que fueron resueltas gracias a un ejercicio de discernimiento. Algunos son autores conocidos e influyentes, otros no lo son tanto. Autores que, en últimas, llegaron a mis manos y he tenido la fortuna de leer. Es el encuentro de mi pensamiento y el de otros. El saber y la experiencia como un grato ejercicio espiritual. En términos de los franceses Pierre Hadot y Michel Foucault, es como una libreta de apuntes que tiene la finalidad de que sus notas se utilicen para edificar y constituir mejores personas y una mejor sociedad. Creo que así lo pudieron haber esbozado en sus obras autores como Fernando Savater, en La aventura de pensar; Mario Vargas Llosa, en La llamada de la tribu; Jostein Gaarder, en El mundo de Sofía o Alejandro Gaviria, en Siquiera tenemos las palabras.

En ese recorrido de lecturas, este libro intenta ser un aporte y es a veces una descripción de fenómenos actuales que nos invitan a pensar en el futuro. Un homenaje. Una paráfrasis. Un hipertexto. Porque autores serios, interesantes y visionarios ya lo están pensando. Eso nos abre un camino para entender la vida actual, nos ayuda a configurarla y reconfigurarla. Se trata entonces de contar historias con seriedad a través de un lenguaje accesible. Anécdotas y diálogos que nos antecedieron. Porque un libro, también, es una mesa de juego en la que nos juntamos los amigos; en la que conversamos, exponemos, proponemos y nos divertimos.

Esta mesa en la que estamos —el libro que el lector tiene en las manos— es recopilación y opinión, reflexión y proposición; es encuentro con otros libros y otros pensamientos. Un libro que propongo como una minibiblioteca que aporta a la vida, nos da luces y sentido y que para cada lector se convierte en el camino de búsqueda y entendimiento. Una estantería en la que apilamos los trabajos extraordinarios de autores como el gran racionalista Baruch Spinoza o los filósofos clásicos contemporáneos Michel Foucault o Pierre Hadot. Un pequeño anaquel en el que guardamos a pensadores como Michael Sandel, Martha Nussbaum, Josep Maria Esquirol, Hartmut Rosa, Peter Bieri o las filósofas españolas Victoria Camps y Adela Cortina.

Un catálogo personal en el que están el historiador Yuval Noah Harari, el abogado y experto en ciencia política Mauricio García Villegas, el novelista George Orwell, el neurólogo psiquiatra Viktor Frankl, el teólogo Leonardo Boff o los psicólogos Daniel Kahneman y Daniel Goleman. Un encuentro con el experto en educación Ken Robinson, con el fundador del movimiento del capitalismo consciente Raj Sisodia, con el monje budista francés Matthieu Ricard, o con los expertos en liderazgo Jorge Yarce, Álvaro González Alorda, Ken Blanchard, Chris Lowney o Fred Kofman, entre muchos otros que nos enriquecerán y nos pondrán a pensar. Si hay ideas valiosas que ya otros nos han dicho ¿por qué no compartirlas y seguir la conversación?, ¿por qué no reflexionar?, ¿por qué no buscar un espacio y un tiempo para volver sobre lo aprendido y avanzar? Ese es el poder de los libros. Por eso, nos han marcado y nos orientan. Es la fuerza del aprendizaje y la experiencia.

Es el terreno de la libertad que es todo libro, como lo propone la escritora Irene Vallejo en su maravilloso libro El infinito en un junco:

Salvo excepciones, los lectores antiguos no tenían la libertad de la que tú disfrutas para leer a tu gusto las ideas o las fantasías escritas en los textos, para pararte a pensar o a soñar despierto cuando quieras, para elegir y ocultar lo que eliges, para interrumpir o abandonar, para crear tus propios universos. Esta libertad individual, la tuya, es una conquista del pensamiento independiente frente al pensamiento tutelado y se ha logrado paso a paso a lo largo del tiempo.

Este es entonces un libro con muchos libros adentro en el que no se pretende que haya una última palabra y menos una verdad revelada. Lo que se busca es que los temas se mantengan vigentes —relevantes, pertinentes, actuales— y se aborden sin pasión, pero con decisión, con argumentos, rigor, honestidad y seriedad. La idea central es que en Vale la pena pensarlo quiero sembrar una semilla que se riegue todos los días y que se enriquezca a partir de las diferentes posturas que tengamos frente a los temas propuestos.

Pongo sobre la mesa artículos, documentos y libros que he leído; investigaciones en las que he participado, mensajes que he recibido y hasta videos que he visto. Quiero dar cuenta de lo que he pensado y de lo que otros dicen y nos cuentan. Temas con los que podemos identificarnos o diferir. Se trata es de contarle al lector que hay personas y autores que nos hablan y ese decir puede ser de nuestro interés. Termino esta introducción e inicia el viaje. Considero oportuno regresar a la escritora española Irene Vallejo, que tanto nos enseña desde su dedicación, vocación y amor por los libros: «Toda biblioteca es un viaje. Todo libro es un pasaporte sin caducidad». Un pasaporte a un lugar maravilloso que ahora mismo vamos a recorrer: el mundo de los libros que ocurre cada vez abrimos uno y navegamos en él:

Hablemos por un momento de ti que lees estas líneas. Ahora mismo con el libro abierto entre las manos, te dedicas a una actividad misteriosa e inquietante, aunque la costumbre te impide asombrarte por lo que haces. Piénsalo bien. Estás en silencio, recorriendo con la vista hileras de letras que tienen sentido para ti y te comunican ideas independientes del mundo que te rodea ahora mismo. Te has retirado, por decirlo así, a una habitación interior donde te hablan personas ausentes.

*Con autorización de Penguin Random House

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