Cultura
Lecturas y Santo Evangelio del domingo 24 de septiembre, Día del Señor
La importancia del domingo para los católicos se remonta a 2 mil años de tradiciones.
Con la llegada del día domingo, proclamado como el Día del Señor, millones de católicos alrededor del mundo disponen su alma y corazón para ir a misa, en donde el encuentro con Dios se realiza de una manera muy poderosa al relatar varios versículos de la Biblia, escuchar con atención las palabras del sacerdote, participar de la comunión, pedir perdón, estrechar la paz con el prójimo, y regresar a casa con la enseñanza de la palabra.
El domingo, considerado como el primer día de la semana por los fieles cristianos es un día dedicado a agradecer a Dios por todo lo concedido durante la semana pasada, y asimismo, orar para la protección física y espiritual en el ciclo que inicia, dejando atrás todo tipo de angustias, rencor, pecado y obras que no agradan al Padre.
Para que la conexión con Dios sea especial en este día, estas son las lecturas con las que cada fiel se puede acercar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en este domingo, el último de septiembre:
- Primera lectura
Lectura del libro de Isaías
Lo más leído
Is 55, 6-9
“Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis caminos, dice el Señor. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus pensamientos’'.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
- Salmo responsorial
Sal 144
R/. “Cerca está el Señor de los que lo invocan”.
“Día tras día, te bendeciré, Dios mío y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor y merece toda alabanza, es incalculable su grandeza”. R/.
“El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas”. R/.
“El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente”. R/.
- Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses
Fil 1, 20-24. 27
“Hermanos: Ya sea por mi vida, ya sea por mi muerte, Cristo será glorificado en mí. Porque para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. Pero si el continuar viviendo en este mundo me permite trabajar todavía con fruto, no sabría yo qué elegir.
Me hacen fuerza ambas cosas: por una parte, el deseo de morir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; y por la otra, el de permanecer en vida, porque esto es necesario para el bien de ustedes. Por lo que a ustedes toca, lleven una vida digna del Evangelio de Cristo”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
- Santo Evangelio
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo
Mt 20, 1-16
“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo’. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo.
Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía a otros que estaban en la plaza y les dijo: ‘¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?’ Ellos le respondieron: ‘Porque nadie nos ha contratado’. Él les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña’.
Al atardecer, el dueño de la viña dijo a su administrador: ‘Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros’. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.
Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: ‘Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor’.
Pero él respondió a uno de ellos: ‘Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?
’De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos’”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
La necesidad de alimentar el alma con la palabra
Cada una de las lecturas contiene una dosis especial de historia, adoración e interpretación. Debido a que Jesús de Nazaret fue judío, es importante adentrarse en el contexto del Antiguo Testamento y entender cada palabra que Dios exponía ante los israelitas, por tal motivo la primera lectura realiza esa función en los fieles que celebran la misa.
Por su parte, el Salmo invita a la comunidad a alzar una alabanza hacia Dios, demostrando el fervor y el agradecimiento hacia Él y su obra creadora. De igual manera, la segunda lectura tiene su razón de ser en dar a conocer los mensajes que los apóstoles le dejaron al mundo tras las enseñanzas de Jesús durante su periodo en la Tierra, así como sus experiencias durante la evangelización en el cristianismo primitivo.
Finalmente, el Evangelio es la clara muestra de la alimentación del alma a través de la Palabra de Dios, de sus enseñanzas, parábolas y consejos para alcanzar el Reino de los Cielos.
Cada una de las lecturas debe gozar de escucha, atención, introspección y meditación para así cumplir el cometido de llenar el corazón no solo de la Palabra, sino también de buenas obras a las que constantemente nos invita a realizar el Evangelio.