María Osorio inició con el proyecto de Babel en 2001, inicialmente sería una distribuidora pero posteriormente pasó a ser librería y editorial. | Foto: Semana

INFORME ESPECIAL

“Hace dos meses no entra ni el polvo”, directora de Babel Libros

Desde 2001 Babel se ha consolidado como la mejor librería para niños en el país. En 2017 fue elegida como la mejor editorial infantil del mundo. Su directora, María Osorio, cuenta cómo es sobrevivir a la cuarentena.

6 de junio de 2020

SEMANA: ¿Cuál es la historia de Babel?

MARÍA OSORIO (M.O.): Trabajé muchos años en Fundalectura. En el 2000 hubo una crisis muy fuerte de recursos que logramos superar, pero fue en ese momento que decidí que podía iniciar mi propio proyecto. Aunque empezamos primero como distribuidora, me di cuenta de lo grande que era la industria editorial. Yo me había decidido por el área infantil y viendo el mercado evidencié que no iba a tener dónde llevar estos libros, porque solo había dos librerías para niños: una era Espantapájaros y la otra La Hora del Cuento, y las librerías de cadena no prestaban especial atención a esta área.

Por eso después iniciamos como librería para poder ofrecer esa oferta infantil, y ya en 2005 como editorial; porque hacer una editorial no es solamente tener ideas para construir un fondo o para publicar libros, sino también hay que ponerlos a circular y ponerlos en venta. Es fácil hacer libros, pero después ¿uno qué hace con eso? Poner a circular un libro en Colombia no es tan sencillo: la competencia es muy grande.

SEMANA: ¿Cómo era un día común en la librería Babel antes de la pandemia?

M.O.: Como trabajamos con niños y familias  tenemos un horario distinto al de otras librerías. Abrimos desde las 7 a.m. revisando pedidos que nos  hacían otras librerías o colegios. Las mañanas usualmente llegaban personas especializadas en literatura infantil, profesores, se reunían en nuestro espacio. Después del mediodía comenzaban a llegar las familias, todos los niños, los jardines infantiles que estaban al lado de la Librería y también los vecinos, entonces hasta las 6 de la tarde nuestra librería es un espacio dónde se podían ver los niños leyendo, compartiendo. Y ni hablar de los días sábados, era nuestro día más movido, desde muy temprano estaban todos los niños, teníamos autores invitados, lecturas grupales, padres comprando libros, sin duda es el mejor día de la semana. Con la pandemia este espacio quedó clausurado hace dos meses.

SEMANA: ¿Cómo está funcionando Babel durante la pandemia?

M.O.: El 16 de marzo quedamos en quietud total, yo quedé por fuera de Bogotá. Por fortuna teníamos la posibilidad para poder ver el sistema de la librería de forma remota, yo la habíamos hecho para participar en las ferias del libro. Con esto pudimos hablar con los clientes y decirles si teníamos algún libro, organizar envíos, proponer al cliente formas de llegarle, porque dos meses sin vender nada sería el fin para cualquier librería. Algunos libreros están viviendo en su librería, pero en nuestro caso cada quién estaba en un lugar distinto por eso en estas semanas nos estamos preparando completamente para poder vender los libros que ya tenemos en el sistema por vías como instagram y nuestra página web. Para eso nuestro equipo de trabajo está preparando todas las medidas de bioseguridad, estamos aprendiendo a hacer eso antes de abrir la puerta de la librería. Ya completamos dos meses en los que a la librería no entra ni el polvo, es el caos.

SEMANA: Cifras dicen que los colombianos leen poco, en medio de una crisis económica como la del coronavirus, ¿cree que el gasto de los hogares para los libros será aún más bajo y terminará ahondando la crisis de muchas librerías?

(M.O.): En una situación como esta me gusta pensar en el día a día, porque si pienso en todo el panorama y cómo nos podría afectar con toda seguridad me rendiría rápidamente. Para nosotros el libro es un producto de primera necesidad aunque en Colombia no se tenga ese pensamiento, pero en estos momentos las prioridades cambian y la necesidad es sobrevivir. A pesar de la crisis la gente sigue comprando libros y eso nos mantiene, quien nunca ha comprado libros tampoco lo hará en la pandemia, pero para eso está el Estado, para que sectores vulnerables puedan acceder a los libros. Pero en estos momentos es un aliciente que por lo menos todos los días una persona está comprando un libro. La hacemos por teléfono, por mensajes, por correo, pero la gente sigue comprando así sea en menor medida.

SEMANA: ¿Qué tanto se han reducido las ventas e ingresos de la librería?

M.O.: Estamos recibiendo solo el 20 por ciento de lo que recibíamos usualmente, el año había empezado muy bien, enero, febrero y primeras semanas de marzo con excelentes números. Con esto, se desplomó todo. Confiamos en que poco a poco vamos a ir volviendo a la normalidad. Nosotros como distribuidores habíamos hecho una importación muy bella y todo quedó paralizado.

SEMANA: ¿Cuántos empleados tiene Babel y con esta crisis se han podido mantener?

M.O.: Son 12 empleados y lo primero que hice con esta crisis fue quitar mi sueldo. Pagamos por adelantado un mes porque np sabíamos cómo sería la cuarentena, cuando vimos que iba para largo decidimos reunirnos con todos y acordamos una reducción del salario del 25% y suspensión parcial del auxilio de transporte y primas, cuando tengamos solvencia saldaremos esa deuda con nuestros empleados. Queremos entre todos salvar el sitio donde trabajamos, algunas de las personas que trabajan con Babel están conmigo desde hace 20 años. Yo no puedo decir que me voy a salvar solita y ver cada quien cómo hace, la idea es salvar el equipo y eso qué hacemos. 

SEMANA: ¿Sobrevivirá Babel a la pandemia?

M.O.: En este momento tenemos garantizada la supervivencia hasta diciembre. Hemos recibido apoyo de los editores de afuera, algunos de España, que saben de la crisis y saben que en el momento no hay dinero, y más con el dólar y el euro disparado. En este momento no concibo pagar deudas como tampoco pienso subir el precio de los libros. Si los cobrara a la tasa de cambio actual no tendría sentido. Le apostamos a que la normalidad llegue pronto. Nosotros tenemos una ventaja sobre otras librerías y es que somos editorial y distribuidora, entonces tenemos algunos contratos estatales, hay licitaciones públicas que si bien se pagan a precios bajos, es una ayuda que nos está permitiendo sobrevivir en este momento.

SEMANA: ¿Qué hacer para que las librerías aguanten la crisis del coronavirus?

M.O.:  El Estado debe entender que es importante comprar a librerías locales, en comprar los libros que ya están en inventario acá en el país y no pensar entrar las últimas novedades importadas. Si se van a imprimir libros se deben imprimir libros colombianos. Estas propuestas las pasamos al Ministerio de Cultura, que nos permitan trabajar con lo que ya tenemos. Las propuestas fueron acogidas y creo que eso nos permitirá sobrevivir este año. Las ayudas deben ser en ese sentido, en ayudar comprándole a los editores locales, no las ayudas a través de los bancos, porque quién me garantiza que en 6 meses ya tendré la solvencia para pagar.

SEMANA: ¿Cuándo cree que puedan reabrir la librería?

M.O.: Tenemos ya el permiso, pero las nuevas medidas son algo inédito para las librerías, tenemos que acostumbrarnos a manejar estos protocolos para que nuestra operación se acople a esta nueva realidad y las familias puedan regresar sin miedo ni incertidumbre a disfrutar de Babel.