PATRIMONIO
Del llano para el mundo
La Unesco declaró los ‘cantos de trabajo del Llano colombo-venezolano’ como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Una medida que busca protegerlos ante el riesgo de desaparición.
Cada madrugada, cuando los vaqueros de los Llanos de Colombia y Venezuela arrean el ganado, acompañan su labor con unos cantos que se escuchan en los corrales, los hatos y las sabanas de una zona que, en total, abarca unos 500.000 kilómetros cuadrados.
Esa tradición comenzó hace 300 años y desde entonces pasa de generación en generación. Dicha práctica es toda una forma de vida en la región. Los llaneros tienen cuatro tipos de canto: de ordeño, de cabresteo, de vela y de domesticación (que incluye silbos, gritos, llamados y japeos).
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El miércoles 6 de diciembre esa tradición entró a formar parte de la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, un honor que ahora comparte con otras prácticas nacionales como el vallenato clásico, el Carnaval de Barranquilla, la Semana Santa de Popayán, el palabrero wayúu, el Carnaval de Blancos y Negros, San Basilio de Palenque, la marimba del Pacífico sur y los conocimientos de los chamanes jaguares de Yuruparí.
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La declaración, sin embargo, viene con una medida de salvaguarda urgente: los cantos están en riesgo ante la modernización de la ganadería y nuevas prácticas como el transporte de ganado en camiones o el ordeño mecánico. Por eso, ambos países deben trabajar para proteger esa tradición y no dejar que se pierda en las nuevas generaciones.