Cine
‘Los espíritus de la isla’ de Martin McDonagh: la muerte de una amistad nunca será pacífica
Nominada nueves veces al premio Óscar, la película protagonizada por Colin Farrell y Brendan Gleeson sigue a dos hombres que dejan de ser amigos, en una repentina y triste situación en la que todo esfuerzo por reconstruir el puente será castigado.
Se dice que los amores suelen terminarse de manera más repentina que las amistades, porque estas se erosionan de a poco hasta que no queda ya más gancho, nexo, y la distancia y el silencio se hacen norma. No es el caso en The Banshees of Inisherin (Los espíritus de la isla), de Martin McDonagh. Esta amistad se acaba tan repentinamente como un amor, y las ramificaciones de esas maneras pesan.
Si les tocara escoger entre dedicarse a una creación que perdure en el tiempo y ser buenas personas, dándole el tiempo que merecen a sus amistades, ¿cuál escogerían? Colm Doherty (Brendan Gleeson siempre robusto), un hombre en sus sesentas que entiende que tiempo no le queda mucho, cambia su opinión de la noche a la mañana. Escoge tocar su violín y componer música, para tratar de trascender. Y para hacerlo en serio, para aspirar a una obra que perdure, sacrifica una amistad y el tiempo que esta le representa.
Colm vive con su perro en su casa, con tocadiscos y máscaras, y corta con Pádraic Súilleabháin (Colin Farrell, fuerte contendor al Óscar) de un día para otro. Considera que sus charlas ya no le dan nada y sí le quitan minutos que ni quiere ni puede perder.
No seguirá hablando con él y se lo hace saber muy pronto en el desarrollo de esta nueva película de McDonagh, nueve veces nominada al premio Óscar 2023. El británico, vale recordar, ya hizo presencia en la edición 2018 de los premios con Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, protagonizada por Frances McDormand y Sam Rockwell, quienes ganaron la estatuilla. Y esa película es un buen punto de referencia para el arte de McDonagh, quien entrega historias cuyos matices humanos agitan el vacío. El director escribió esta película, basada en un episodio de la vida real, pensando en estos dos actores, con los que ya había trabajado antes en la película In Bruges, de 2008.
Lo más leído
Esta historia tiene lugar en 1923, en Inisherin, una isla imaginaria de Irlanda marcada por remotos y gélidos paisajes (captados en una amplia e inspiradora desolación por la cinematografía).
Con matices de humor negro y drama, marcada por la música de Carter Burwell, la película sigue las consecuencias de la mencionada decisión. Porque Pádraic, un hombre más joven que Colm, sin talentos para la música, sin interés particular en la lectura y que no se destaca por su inteligencia, se resiste a creer y obedecer la decisión de su amigo. A su manera de ver Colm era una buena persona, y no es de buenas personas actuar así. ¿Ser franco o ser buena persona? Ahí está otra de esas preguntas que eleva esta dura película.
Pádraic trata de reconstruir el puente pero se choca con una decisión que no tiene revés. Y se duele y se preocupa por quien era su amigo; teme que esté deprimido, que esté mal. Se cree un tipo de buen corazón. Y eso parece. Aprecia a su hermana, Siobhán, con la que vive y quien lo guía, y, a diferencia del resto, habla con Dominic, el hijo del Policía y tonto del pueblo (interpretado por Barry Keoghan, que se roba todas las películas en las que actúa). Súilleabháin, un tipo sencillo, atesora a la poca gente que lo respeta; también a sus vacas y a su burrita Jenny, quizá el ser que más aprecia en esa isla.
Colm y Padráic charlaban a diario en el pub, tomando pintas de esa cerveza negra que les fascina tomar por esas frías geografías. Y cuando todo termina así, bruscamente, con tanta franqueza, se hace imposible de creer y aplicarlo resulta más complejo de lo que parece. Colm concluye que necesita ponerse drástico para que Pádraic mantenga su distancia. Desde ese punto las cosas se complican. Los que profesan equilibrio lo sacrifican en nombre de sus decisiones y quienes profesan ser buenas personas caen en vicios necios. Y a las decepciones se suman las predicciones de una anciana de ominosa presencia y visión.
Aquí se nos susurra que no hay amistad que termine con aceptación tranquila. Aún así, hay líneas que no se quieren cruzar y no se cruzan. Las bestias son terreno prohibido. Pero las consecuencias de lo drástico terminan prevaleciendo en este mundo de hombres destinados a su obstinación.
De milagro, alguien escapa para ver otro lado. En esos días, en esa pequeña isla no se lucha una guerra pero sí se alcanza a escuchar la Guerra Civil que pelean católicos y protestantes en la isla madre. “Eran épocas más sencillas, las de antes”, dice un personaje. “Antes todos matábamos ingleses juntos, ahora nos matamos entre nosotros”. Antes eran “amigos”.
La película se estrena en Colombia el 2 de febrero.