EVENTO
FICCI 2019: giros y controversias
El Festival de Cine de Cartagena llega a su edición 59 con nuevo director artístico, giros en la curaduría, nombres estelares y la intención de acercarse más a la ciudad.
El 21 de junio pasado, voceros del festival anunciaron el nombre de Felipe Aljure como nuevo director artístico. En ese momento, Lina Rodríguez, directora general del FICCI, subrayó que “el festival va evolucionando, se va moviendo, pero el legado se mantiene, a pesar de los giros conceptuales que no minan la esencia que venimos trabajando”. Sin embargo, la magnitud de esos giros conceptuales supone un remezón después de cierta línea de continuidad.
Algunas de estas decisiones apuntan a un evento socialmente más comprometido y cercano a la ciudad, pero han despertado prevenciones entre ciertos miembros del sector. Les preocupa especialmente la estructura de la programación y el efecto que una muestra sin competencia pueda tener en la percepción de la industria y en la calidad de la muestra seleccionada.
Giro y controversia curatorial
Como viene ocurriendo desde hace varios años, una película colombiana abrirá el festival: Niña errante, de Rubén Mendoza. El director de Tierra en la lengua y La sociedad del semáforo es un invitado recurrente al FICCI y una voz influyente entre las nuevas generaciones del cine colombiano. Su documental Señorita María, la falda de la montaña le mereció el premio a mejor director de la competencia oficial de cine colombiano en 2017.
Las diez muestras de este año incluyen ficción y documental, cortometrajes iberoamericanos y estudiantiles, una muestra experimental titulada Omnívora, una selección de series web, una muestra centrada en el Caribe y otra en Cartagena. La categoría ‘La gente que hace cine y lo que el cine le hace a la gente’ tiene su foco en el impacto del proceso de creación sobre los realizadores. Por último, Aljure lanzó la muestra de migración y mestizaje durante la rueda de prensa de lanzamiento como tema central de este año.
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La decisión de tener más muestras pero más pequeñas y de ordenarlas en categorías con acento social ha suscitado polémica. Los organizadores sostienen que una distribución con máximo cinco películas por categoría resulta más ordenada y fácil de comunicar, pero algunas voces disienten. Pedro Adrián Zuluaga, miembro del equipo curatorial durante la dirección artística de Diana Bustamante, reconoce la gran calidad de la selección, pero ve con preocupación su estructura. “Hay un efecto de amontonamiento y dispersión, producto de un intento de responder a reclamos sociales, como la presencia del cine local, afro e indígena. Dudo que una muestra de cinco películas por categoría dé cuenta de esa producción”, afirma.
La decisión de tener más muestras pero más pequeñas y de ordenarlas en categorías con acento social ha suscitado polémica. Los organizadores sostienen que una distribución con máximo cinco películas por categoría resulta más ordenada.
Por otra parte, Lina Rodríguez dijo a SEMANA que “en el nuevo esquema planteado, permanece un fuerte foco hacia el cine colombiano al igual que una mirada consistente al cine iberoamericano”. No cabe duda de que los ejes nacional y regional han sido cruciales en la consolidación internacional del FICCI. Más de 40 películas de Iberoamérica lo confirman este año. Sin embargo, la forma en que están agrupadas no visibiliza ese foco regional de manera directa.
El director antioqueño Víctor Gaviria, el actor estadounidense Michael Shannon y el director Ethan Coen recibirán homenajes en el marco del FICCI en su edición 2019.
Los invitados estelares
A las diez muestras conceptuales se suma la presencia de figuras de amplio reconocimiento internacional, quienes recibirán tributos a lo largo del festival.
Ethan Coen, autor junto a su hermano Joel de una extensa filmografía de atmósferas hostiles y personajes inadecuados, recibirá un homenaje en el que proyectarán Fargo y Sin lugar para los débiles.
Por su parte, el actor Michael Shannon, quien ha desarrollado una versátil carrera entre taquilleras películas de superhéroes, thrillers y densos dramas familiares, contará con un homenaje que incluye las cintas Take Shelter (2011) y 99 Homes (2014).
También recibirá un homenaje el antioqueño Víctor Gaviria. El realismo social de su obra y las vívidas interpretaciones de sus actores naturales lo han convertido en una voz decisiva del cine colombiano. Su tributo incluye Rodrigo D. No futuro (1990) y La vendedora de rosas (1998), remasterizada en resolución 2K.
El alto perfil de los homenajeados contrasta con el tamaño de los tributos, que solo incluyen dos películas de cada uno.
Selección sin competencia
Con Aljure y Juan Carvajal a la cabeza, el comité curatorial cobra especial importancia al no haber jurados. Estos realizadores, críticos, programadores y académicos de reconocida trayectoria son el filtro único de una escogencia que, en palabras de Aljure, “celebra todas las películas por igual”. Las seleccionadas en categorías, como ficción colombiana, recibirán un estímulo económico. La organización del festival anunciará la próxima semana los montos y categorías de esa bolsa.
Detractores de este cambio de sistema, como Zuluaga, sostienen que filmes que han sido posibles después de competir en cada fase de producción al final del proceso deberían tener el espacio para medir sus méritos artísticos y recibir un estímulo económico y la visibilidad que un premio implica. Aljure propuso eliminar la competencia principalmente por el escaso impacto real que tenía para las ganadoras obtener un premio India Catalina y por la referencia de festivales exitosos sin competencia, como Toronto y Nueva York (ver entrevista en la página siguiente).
Cine en los Barrios se esfuerza por llegar a las zonas periféricas. Las proyecciones itinerantes del FICCI Móvil benefician a casi 60.000 bolivarenses.
Cartagena en la mira
Durante los últimos diez años, el FICCI ha crecido en la ciudad. En ello han jugado papel clave tanto el desarrollo paralelo de Cine Colombia en la ciudad como el trabajo conjunto con el sector público. En un periodo de diez años, el festival ha pasado de 16.000 asistentes anuales en 2008 a 100.000 en 2018. A esta cifra se suman el esfuerzo de Cine en los Barrios por llegar a las zonas periféricas, y las casi 60.000 personas de municipios de Bolívar beneficiadas con las proyecciones itinerantes del FICCI Móvil.
En ese mismo sentido apunta la muestra De Indias que pretende hacer un primer acercamiento a la producción cinematográfica local. “Era algo que la ciudad necesitaba hace años, sobre todo durante la crisis política y social que vive hace casi una década. Cartagena necesita canales para hacer catarsis, para sentirse propia, para comunicarse y ser escuchada en primera persona”, dijo Teresita Goyeneche, periodista cartagenera. Ella en 2018 publicó en El Malpensante un artículo en el que cuestionaba la relación histórica del festival con la ciudad.
Aunque el comité se ocupó de las muestras, la De Indias recibió especial atención del realizador y productor cartagenero Alessandro Basile. Las cinco piezas participantes tienen en común miradas a la periferia cartagenera. Temas como el turismo sexual, el conflicto reflejado en la masacre de El Salado, las pandillas de barrios y el desempleo son transversales a la muestra. Y están vivos en la realidad de la ciudad a la que el festival intenta retornar en medio de expectativas y dudas.
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OPINIONES ENCONTRADAS sobre el FICCI
Los cambios en el festival han despertado entusiasmo en unos sectores e inconformidad en otros. Además del cine, la ciudad es tema central de la conversación en torno al festival.
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“Buscamos seguir siendo una plataforma de promoción y una vitrina del cine colombiano e iberoamericano”, Lina Rodríguez, directora general del FICCI.
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“Cartagena: eterna ciudad escenario, pero pocas veces panelista de sus propios conversatorios”, Teresita Goyeneche, periodista cartagenera.
Tendencias
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“La forma en que están organizadas las muestras sacrifica profundidad en aras de un sentido de inclusión un poco vago y gaseoso”, Pedro Adrián Zuluaga, crítico y programador de cine.
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“Cartagena es una ciudad fragmentada. No podemos sanar eso, pero sí sentarnos y ver qué está pasando, cómo y quién lo está haciendo pasar”, Alessandro Basile, miembro del comité curador.