CULTURA
Los infortunios del padre de John Lennon
Alfred Lennon jamás pudo acercar al músico a su vida. Lavó platos, fue mesero de barcos y hasta grabó un disco que su hijo odió.
Una contundente respuesta de John Lennon publicada para el compilado Anthology resume la relación del músico con su padre, Alfred: “Vi a mi padre apenas dos veces en mi vida, hasta que tuve 22, cuando él se acercó a mí después de que hubiera pegado un par de hits. Lo vi y hablé con él, y decidí que no quería saber más de él”.
Hoy, como cada 8 de diciembre, el rostro del genial exintegrante de Los Beatles tiene su lugar reservado en los medios. Hace 40 años, en la entrada de su residencia en Nueva York, el Dakota Building, Lennon fue asesinado por Mark Chapman, un fanático que horas antes le había pedido un autógrafo. Su vida, como la de todas las leyendas, sigue siendo investigada. En estos días, el diario El Clarin de Buenos Aires publicó una historia que retoma la sombría imagen de Alfred Lennon, su padre, quien estuvo preso en Argentina.
Alfred y Julia, madre de John, se casaron en diciembre de 1938. No hubo invitados ni luna de miel, pues lo que Alfred ganaba como mesero en los barcos mercantes no alcanzaba para los gastos. En 1940, dos años después del matrimonio, Julia dio a luz a John. “Los bombardeos estaba sobre nuestras cabezas cuando nací”, diría el músico en una entrevista de 1967.
El trabajo de Alfred era tan inconstante como el oleaje. Muchas veces no alcanzaba a enviar dinero a su esposa. Un día le escribió pidiéndole que lo olvidara, que siguiera su vida con otro hombre. Años más tarde se arrepentiría, pero ya era demasiado tarde. Terminada la Segunda Guerra, en 1945, Alfred le pidió permiso a Julia de llevar a John un par de semanas a la localidad de Blackpool. La verdadera intención de Alfred era raptar a su hijo y partir con él hacia Nueva Zelanda. No pudo cumplir su misión pues la propia Julia lo descubrió. El biógrafo de Lennon, Philip Norman cuenta que ese día Alfred se acercó a John y le dijo que debía elegir entre quedarse con él o irse con su madre: “No hay mejor método para romper el corazón de un niño”, cuenta Norman. John tomó la mano de su padre, pero al ver que su madre daba la vuelta para irse, corrió tras ella y se abrazó a su falda.
Por muchos años, John no supo nada de su padre, quien peregrinó por varios lugares de Gran Bretaña en busca de trabajos de los que era despedido rápidamente. Julia murió en 1958, y ni siquiera entonces Alfred apareció. En ese largo periodo pagó unos días de cárcel al ser confundido con un criminal muy buscado llamado A. Lennon.
Pasaron los años y, en 1964, Alfred intentó recuperar a John, que ya era una estrella del rock. El corto encuentro se dio cuando mientras Los Beatles grababan la cinta A Hard day’s night. John, sin mostrar ninguna emoción y dejando a su padre con la mano estirada, le dijo: “Qué quieres”. Alfred le recriminó que no podía darle la espalda a su familia. El encuentro no sirvió y siguieron separados,.
En 1965, Lennon volvió a saber de su padre, quien había sido contactado por un cazatalentos para grabar un disco. Se trataba de un corta duración que incluía dos canciones, una de ellas se titulaba I’ts my life, una clara referencia al éxito de Los Beatles. In my life. La canción, que más parece una declamación, dice en un fragmento: “El mundo puede hacer de vos un rey/Sólo recuerda una cosa/Ellos tuvieron un montón de reyes antes/Y habrá muchos más”.
El disco de Alfred fue un fracaso. Su vida volvió a la inseguridad de los trabajos mal pagos, como lavar los platos en restaurantes populares. La última vez que padre e hijo se vieron, en la casa de John, terminaron envueltos en una dura pelea provocada por Alfred. John amenazó con lanzarlo en una caja al océano si le contaba a la prensa del altercado.
Poco tiempo después de la pelea, John dejó de enviarle dinero a su padre y ordenó traspasar la casa que le había regalado a la compañía discográfica Apple Records. Así terminó la relación entre ambos. Alfred murió en 1975 de cáncer de estómago.