Mad Max: furia en el camino

Título original: Mad Max: Fury Road

País: Australia/EE. UU.

Director: George Miller

Guion: George Miller, Brendan McCarthy y Nick Lathouris

Actores: Tom Hardy, Charlize Theron y Nicholas Hoult

Duración: 120 min

El arco dramático del personaje Mad Max, desarrollado en tres películas entre 1979 y 1986, es bien particular. En la primera, es un policía en un futuro cercano que asume el rol de justiciero revanchista. Se trata de un ejercicio barato y brutal, con una crueldad incómoda pero efectiva. En la segunda, el futuro es más desolado pero también más lírico: el petróleo escasea y este expolicía le ayuda a una comunidad formada alrededor de una refinería a defenderse de unos maleantes.

Y la tercera ahonda más en ese futuro, para encontrar no la crueldad inicial sino rasgos de esperanza. Es una película extraña, con un tono cercano a los relatos míticos, que se centra en el encuentro de Mad Max con un grupo de niños y adolescentes que han transformado con su imaginación la catástrofe de su pasado.

Las tres películas desarrollaron un arco inesperadamente rico que pasó de las crueldades cotidianas a la abstracción de la mitología, del sadismo a la ensoñación, de la venganza individual a la posibile redención de una vida en comunidad.

En su regreso al universo posapocalíptico 29 años después, George Miller, creador del personaje, no ofrece grandes novedades, aunque eso no es, en sí mismo, problemático.

Siguen habiendo partes efectivas de la fórmula original y este Mad Max, más cercano a la segunda parte que a las otras, es una película emocionante y vistosa, una seguidilla de persecuciones que no tiene tiempo para detenerse en esperanzas o en preguntas sobre cómo se llegó a un futuro tan inhóspito.

Visualmente, Mad Max: furia en el camino está llena de deleites. Hay multitudes de tipos con la cabeza rapada y pintados de blanco, jardines colgantes y un desierto que se extiende hasta el horizonte (se filmó en Namibia) donde hileras de carros levantan una y otra vez nubes de polvo.

Las persecuciones, que son lo central acá, van cobrando un aire abstracto a medida que avanzan gracias al contraste entre la amplitud del desierto y los primeros planos de los protagonistas. El paso entre los dos polos hace que todo ese afán, esas carreras, se vuelvan un estado psicológico perturbador: un correr para no avanzar (como sucede en los gimnasios), una monotonía vibrante.
Mad Max, que Tom Hardy interpreta cómicamente exasperado, sigue siendo una especie de caballero andante, rescatador de doncellas en peligro, salvador de causas perdidas. En este caso, las damas son cuatro esposas de un tipo poderoso y horrible, que han escapado gracias a Imperator Furiosa (Charlize Theron), encaletadas en un carrotanque de gasolina.

Pero la película se centra en el contraste entre la caballerosidad de Mad Max y la supuesta necesidad de rescate de estas muchachas, aguerridas y diestras con las armas. Aunque esta visión de mujeres fuertes y capaces es algo que tienen en común casi todas las películas de esta saga (la primera no tanto), sigue siendo una perspectiva poco usual en el cine de acción y sirve para recordarnos lo avanzada que fue, casi desde el comienzo, esta serie.

Cartelera

**** Excelente  ***½ Muy buena   *** Buena   **½ Aceptable  ** Regular  * Mala

Mandarinas ***

Coproducción entre Rusia, Estonia y Georgia que muestra con delicadeza cómo la guerra toca la cotidianidad de la población civil.

El viaje del acordeón **½

Documental desordenado pero con personajes entrañables que siguen a un grupo en el Festival de la Leyenda Vallenata que luego viaja a la fábrica Hohner en Alemania.

Rápidos y furiosos 7 **½

La nueva versión de esta serie mantiene los giros poco probables y las maromas espectaculares para celebrar la amistad de sus protagonistas.

Avengers: la era de Ultrón ***

La segunda parte de esta serie balancea explosiones espectaculares con momentos relajados y humanos de sus superprotagonistas.