Cultura
En imágenes | Maestro Fernando Botero: sus obras más famosas
El afamado artista se mostró orgulloso de su país y dejó en alto su bandera en todo el mundo.
Este 15 de septiembre Colombia amaneció de luto, tras el fallecimiento del maestro Fernando Botero, el artista más famoso del país, que destacó en el mundo del arte por sus figuras con ‘volumen’, ya que sus pinturas y esculturas se caracterizaron por las amplias proporciones de sus personajes de talla grande.
De acuerdo con Julio Sánchez Cristo, director de W Radio, el maestro Botero enfermó de una pulmonía en los últimos días y no dejó de pintar, sino hasta la semana pasada. Pero prefirió, a sus 91 años, que ese malestar se le pasara en casa, por lo que optó por salir del hospital.
Botero en entrevista con Caracol Radio (cuando era dirigido por Darío Arizmendi), manifestó que siempre quería permanecer vivo en el recuerdo (aunque fuese en la memoria de las personas); además contó que no le molestaba que tocaran sus esculturas (las que estaban exhibidas en espacios exteriores), y confesó que lo que le molestaba era que las pisaran o se subieran sobre ellas.
Así mismo, en aquella ocasión, (desde Mónaco, donde pasó sus últimos años de vida) habló también de sus obras y dijo que él pintaba una Colombia en paz, todo el tiempo.
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El maestro Botero pintó varios cuadros que le dieron la vuelta al mundo, así como decenas de esculturas que se exhibieron en diversas plazoletas no solo de Colombia, sino también de diferentes países como España, Israel, Argentina, Alemania, México, Panamá, Rusia o París, entre otros. Aquí destacamos algunas de sus obras.
La camera degli sposi (homenaje a Andrea Mantegna II)
Esta pieza fue un homenaje a la obra de Andrea Mantegna ll. En la obra original se aprecia el sentido de pulcritud, se ven las figuras definidas y con una gran relación entre el color y la luz. Por otro lado, en la obra de Botero se pierde el espacio, no existe un juego de luces y sombras, y los personajes son claramente voluminosos. Cuando el pintor presentó esta obra en el XI Salón Nacional de Artistas Colombianos en el año 1958, recibió un rechazo inminente, pues la obra, según reseña la especialista, fue tomada como una ofensa contra la tradición artística.
Sin embargo, no sería hasta 1966, cuando Marta Traba, crítica de arte, argentino-colombiana, escribió para El Tiempo su mirada y apreciación positiva de esta, logrando el primer lugar de la obra del salón.
Obispos muertos
Según reseña Imaginario, en esta obra Botero plasmó la manera en la que veía la vida y la muerte. En la obra, el pintor apila una serie de cuerpos de obispos vestidos con su característico traje y atributos de poder, unos sobre otros, como una montaña. Según la investigación, esta es una característica y elemento recurrente en la pintura colombiana.
Botero contó -en su momento-, que en Medellín el párroco era visto como el papa y el alcalde como el presidente, así que tratar con ironía estas figuras era una crítica a los entes de poder y a su apreciación por parte del pueblo.
En 1958 se consagró a Botero como el máximo pintor colombiano, con tan solo 26 años de edad. Las puertas quedaron abiertas para que Botero siguiera trabajando en estos formatos y siguiera experimentando con las composiciones de grupo de sus personajes.
Torso de mujer
En cuanto a las esculturas, hubo una que marcó para siempre la historia del artista, pues con 2.48 metros de altura, 1.76 m de ancho y 1.07 m de profundidad, sumado a 1.250 kilos, el 15 de septiembre de 1986, justamente hace 37 años, el maestro le entregó a Medellín un referente geográfico imperdible, ubicada en el centro de la ciudad y denominada Torso de mujer.
La Mona Lisa de Botero
La Mona Lisa, es una adaptación, en óleo sobre lienzo, que hizo Fernando Botero de la obra original de Leonardo da Vinci. La Red Cultural del Banco de la República de Colombia, registra que “fue pintada en 1978 y aunque el artista mantuvo detalles de la obra original como la posición de las manos, la mirada y la sonrisa, incorporó nuevos elementos en el fondo como el volcán y las montañas”.
La muerte de Pablo Escobar
Botero, en un periodo de su vida, sintió la necesidad de retratar la realidad de su país a través de la pintura, por lo que la muerte del narcotraficante, que representó un momento crucial para la historia, quedó plasmada como una de sus obras más importantes.