CINE

Después de la tormenta

La más reciente película del japonés Hirokazu Koreeda sigue, con una mezcla de tristeza y dulzura, a un escritor fracasado que trabaja como detective y sus relaciones familiares. ****

Manuel Kalmanovitz G.
19 de mayo de 2018

Título original: Umi yori mo mada fukaku

País: Japón

Año: 2016

Director: Hirokazu Koreeda

Guion: Hirokazu Koreeda

Actores: Hiroshi Abe, Yoko Maki, Satomi Kobayashi

Duración: 118 min

De los directores japoneses contemporáneos, Hirokazu Koreeda es el más claro heredero de Yasujiro Ozu, ese gran maestro llamado “el más japonés de los directores japoneses” y que en su larga carrera –que empezó en el cine mudo y terminó en los sesenta– dejó unos retratos delicados, sensibles y resonantes de la manera como las familias japonesas se habían adaptado al momento histórico que les tocó vivir.

El cine reciente de Koreeda también se ha sumergido en las vicisitudes de las familias de su generación, con asuntos quizás inimaginables para Ozu como la adopción, el divorcio, el abandono infantil y las familias extendidas, pero que siguen bellamente el tono del maestro, que el académico Alexander Jacoby definió como “una gentil melancolía, con la desolación de sus temas redimida por la ternura de su aproximación”.

El personaje central en Después de la tormenta es Ryota (Hiroshi Abe), un escritor que publicó hace tiempo una prometedora novela; al comienzo lo vemos con una barba de días, trabajando como detective privado, separado de su mujer con quien tiene un hijo, descontento con su vida y sus posibilidades, pero sin tener claro cómo solucionar su desazón.

El filme se aproxima a la red de vidas que convergen en este personaje sutil y delicadamente, mirando lo que pasa con su exesposa y su hijo, con su madre y su hermana, con los rastros de su padre muerto recientemente, revelando pequeñas pistas de cómo alguien que arrancó aparentemente bien puede perder impulso hasta terminar en lo que se siente como un callejón sin salida.

Cuidadosamente, la película hace un recorrido por las varias aristas de su fracaso: como escritor, Ryota no escribe. En su trabajo como detective, que asumió como “investigación” para un libro, se dedica a extorsionar a sus clientes para tratar de pagar la manutención que le corresponde. Como padre, solo tiene acceso a su hijo una vez al mes. Y sigue a su exesposa, de quien aún está enamorado, hasta verla con su nuevo novio que ejerce el rol de padre que, en justicia, debería ser suyo.

Lo único que parece hacerlo feliz es apostar, pero es una felicidad atragantada, compulsiva y desesperada.

Es un fracaso que Después de la tormenta boceta con empatía y dulzura y que culmina durante un tifón en el apartamento de su madre, en donde se han refugiado Ryota, su exesposa y su hijo. La interacción de estas tres generaciones es lo que más recuerda a Ozu, con su mezcla de tristeza, sabiduría y ternura.

Allí quedan expuestas las edades de la vida, con la inocencia de los niños, la devoción de los padres y el cansancio de los abuelos; y, a otro nivel, la forma en que las posibilidades van menguando desde una apertura total de la infancia, al cierre parcial de la adultez hasta quedar convertidas en resignación o arrepentimiento en la vejez.

“Me pregunto por qué será que los hombres no saben apreciar el presente”, dice la madre de Ryota. “O siguen persiguiendo lo que sea que perdieron o sueñan con cosas fuera de su alcance. ¿Cómo vas a disfrutar así?”. Es todo un placer encontrarse con películas capaces de hacer preguntas tan difíciles.n

CARTELERA

El insulto ***

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Cinta animada colombiana que adapta la novela gráfica y autobiográfica de Powerpaola.

El no nacido **

Película de terror de bajo presupuesto sobre los problemas mentales de una madre primeriza tras perder un mellizo en el parto.

Un día maravilloso en la Tierra ***

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