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Mario Bros: el Señor Video sigue su marcha

En 1985 Nintendo lanzó Super Mario Bros., el videojuego que cimentó la industria que hoy mueve más dinero que el cine y la música juntos. SEMANA repasa un personaje que todavía une en un mundo que todo lo divide.

12 de septiembre de 2020
Al principio se llamaba Jumpman, y su creador japonés lo pensó Mr. Video. Lo bautizaron Mario en Estados Unidos.

Si algún día llega a ver a un grupo de hombres en sus cuarentas reunidos frente a un televisor, moviendo con sus controles personajes como una princesita o un honguito en una pista multicolor, no se sorprenda. Seguramente están midiendo fuerzas en Mario Kart, uno de los casi 200 juegos en los que aparece un personaje que en pocos años ganó reconocimiento global y (como pocos) ha logrado mantener su aura apreciada por décadas.

Tampoco le debería sorprender ver a adultos competir con una hija o un sobrino en sus consolas de Nintendo Wii o Switch, pues si algo han logrado Mario, sus personajes cercanos y sus creadores es borrar divisiones entre generaciones. El que lo goza de niño no lo suele abandonar cuando crece.

Alrededor de Mario, Nintendo ha alimentado por décadas un universo de aventura y fantasía, honguitos misteriosos, tuberías que son portales, caparazones que son amenaza y defensa, y princesas que son víctima y salvación.

La huella cultural de uno de los personajes más reconocidos del mundo sin pasar por la pantalla grande es evidente y las ventas hablan. Se estima que el fontanero ha vendido alrededor de 250 millones de copias en juegos en los que es personaje principal (de 600 millones de copias de juegos en los que aparece). Mario, la novena marca de entretenimiento más exitosa de la historia, se diferencia de otras en esa lista (Pokémon, Hello Kitty, Star Wars, la princesa de Disney) en que basa su éxito en las ventas de sus juegos y no en merchandising. Se ha mantenido fresco en el tiempo y ha evolucionado con las posibilidades tecnológicas al pasar de una consola de 8 bits en 1985 a los actuales teléfonos portátiles y consolas como Switch.

40 millones de copias algo dicen... y recién subastaron una copia sin abrir por 114.00 dólares.

Por esa razón, la compañía celebró en 2020 los 35 años de Super Mario Bros., considerado el juego más significativo de la historia. No el más vendido, aunque lo fue para su consola, el NES, con más de 40 millones unidades. No es el mejor, pues es una valoración subjetiva. Pero sí el más significativo, pues rescató de la ruina a la compañía y a toda la industria de los videojuegos, que parecía devastada en 1983 tras el decaimiento de Atari y del modelo Space Invaders, el famoso ‘marcianitos’ en maquinitas.

Con Super Mario Bros. la compañía japonesa masificó las consolas caseras y, con una mejora de calidad de sus gráficas, estableció al personaje adorable y bigotón. Así pavimentó la ruta para una industria que generó alrededor de 152.000 millones de dólares en 2019, mientras que las industrias de música y de cine recaudaron 20.000 y 42.000 millones respectivamente.

El 18 de septiembre, el cumpleaños de Mario tendrá varios relanzamientos de juegos clásicos como Super Mario 64 (la primera vez en tres dimensiones) y Super Mario Galaxy, lanzado en 2007, el mejor Mario de la historia para sus seguidores.

También tendrá el estreno de novedades intrigantes. Entre estas, un nuevo resultado de su alianza con Lego: Mario Kart Live. El juego viene con minikarts equipados de cámaras y piezas necesarias para armar pistas en casa. La idea es controlar los autos por medio del Nintendo Switch mientras recorren el circuito en la sala, comedor o donde pueda; además, los pequeños vehículos reaccionan ante lo que suceda en el juego. Una muestra del espíritu curioso e innovador que caracteriza al personaje y a su casa matriz. Por algo, aún en la época actual, en la que los videojuegos han alcanzado impresionantes dimensiones narrativas y de simulación, cuando una tía quiere hablar de videojuegos dice Nintendo.

De tal padre...

“El jugador se apropia del juego al aprender lo que debe y puede hacer. Cuando eso sucede, introducimos sorpresas y construimos sobre ellas”. Con estas palabras, el modesto Shigeru Miyamoto describe ese primer escenario de Super Mario Bros. y explica también un modus operandi común a los universos que ha creado: una saga como Zelda, que enalteció el juego de rol en el videojuego, y Starfox, un juego con gráficas y atmósferas adelantadas a su tiempo.

Shigeru Miyamoto, japonés de 67 años, creó el personaje y su universo junto con colegas que hicieron sugerencias y ajustes cruciales.

Visionario, el japonés de 67 años todavía sonríe cuando habla de su creación más famosa, el Jumpman, el Mr. Video, como quiso llamarle en un principio a su personaje multipropósito. Un carpintero, luego plomero, luego muchas profesiones más, bajito y valiente que en poco tiempo se puso a la par de íconos de casi 100 años como Mickey Mouse (92) y Bugs Bunny (80).

Jumpman nació en Japón, pero en Estados Unidos lo bautizaron. Para hacer marketing, el equipo de Nintendo of America en Estados Unidos se inspiró en un arrendador enojado que les cobró con vehemencia la renta, Mario Segale. Este ya murió, jamás quiso asociarse al personaje y alguna vez dijo irónicamente al respecto: “Sigo esperando mis cheques de regalías”. La gorra y el bigote, que luego determinaron su procedencia italiana, no vinieron de Segale. Obedecieron a cubrir la boca y el pelo, que resultaban complicados de animar en la época.

Mario Mario, su nombre completo, se hizo viral en un mundo previo a internet. Ahora que todo parece ir más rápido ya es el viejo del barrio, pero aún significa exploración, diversión y retos vanguardistas. Ha respetado sus raíces y decenas de millones lo siguen por eso, e incluso en ofertas más recientes como Mario Maker ofrece al público la posibilidad de crear sus propios caminos.

El jugador se apropia del juego al aprender lo que debe y puede hacer. Cuando eso sucede, introducimos sorpresas y construimos sobre ellas

Casi un spin-off, cuando por primera vez se vio al bigotón en un juego, tenía la noble misión de rescatar a una mujer de las garras del simio gigante Donkey Kong, la bestia que daba nombre a esa ‘maquinita’ que de pequeña tenía poco y solo se jugaba en centros comerciales o espacios comunes. Miyamoto se inspiró, en parte, en Popeye, pero al no conseguir los derechos creó nuevos personajes. Fue un absoluto éxito, recaudó 280 millones de dólares y le dio aire a Nintendo en Estados Unidos, donde estaba al borde de ahogarse. A Miyamoto le dio pista para seguir dando pista a sus personajes.

Los videojuegos hoy son un verdadero brazo económico con más consumidores que nunca, que venían llenando estadios antes de la pandemia y cuyo estreno más exitoso (GTA V) opacó en 2013 cualquier estreno de Avengers en taquilla en 2019. Como industria, han trascendido a sus detractores, pero siguen causando debate a medida que han adquirido más matices adultos. Mario, mientras tanto, ha seguido dejando su huella en la cultura digital, en la enseñanza de la creatividad y en la economía. Porque más que un juego, transmite la sensación eterna de curiosidad infantil.

Retrovisor de plomero

Aquí un repaso a algunos juegos memorables de la franquicia.

Un salto fantástico para la serie con más rutas por escoger y la posibilidad de volar.
El Super Nintendo trajo a Yoshi, un fiel amigo. Vendió 20 millones de copias.
Su paso a las tres dimensiones sigue dando de qué hablar. Lo reeditarán en 2020.
El mejor juego de Mario para los críticos especializados.

*Publicado en 2020, cuando el personaje cumplió 35 años.