MÚSICA
‘McCartney III’: el genio inagotable de Paul McCartney
El ex-Beatle lanzó McCartney III, el decimoctavo álbum de estudio de su carrera como solista y el tercero de una trilogía en la que él mismo se encargó de producir y ejecutar las canciones. El exitoso disco prueba que su talento musical no tiene fecha de vencimiento.
El 2020 fue un año bisagra para el mundo a causa de la pandemia de la covid-19. En el caso de los músicos, el aislamiento los obligó a alejarse forzosamente de los escenarios y del calor de su público para recurrir a conciertos virtuales o a grabaciones caseras que los mantuviera activos en sus hogares. A Paul McCartney la situación lo devolvió un poco al pasado, específicamente a dos puntos de inflexión cruciales en su exitosa trayectoria: su separación de los Beatles, en 1970, y su ruptura con Wings, en 1980, que lo obligaron a repensar su vida y su carrera artística, y que dieron como resultado dos discos que grabó completamente en solitario y se convirtieron en unos de los más recordados de su prolífico repertorio: McCartney y McCartney II.
Aunque el contexto era distinto, en medio del confinamiento obligatorio, el ex-Beatle, de 78 años, volvió a verse solo en su estudio, sin músicos de apoyo, componiendo y grabando canciones, lo que más le gusta hacer en sus ratos libres, y produciendo un nuevo álbum al que inevitablemente bautizó McCartney III. “Estaba acumulando temas y pensé: ‘No sé qué voy a hacer con todo esto, supongo que me lo quedaré’, y luego pensé: ‘Espera un minuto, este es un disco McCartney, porque lo había tocado todo y lo había hecho de la misma manera que en McCartney I y McCartney II”, declaró en una entrevista con la revista Loud and Quiet.
Escuche el trabajo discográfico
El cantautor y multiinstrumentista británico tiene un estudio situado a 20 minutos de su finca en Sussex, Inglaterra, y esto lo favoreció para desplazarse con facilidad y trabajar allí junto con su ingeniero, Steve Orchard, y su asistente, Keith Smith. Ellos lo apoyaron en la consecución de este nuevo álbum que incluye 11 canciones, las cuales fueron construidas a partir de tomas en vivo en las que McCartney cantó y tocó el instrumento base con el cual compuso cada una de ellas, guitarra o piano. Luego le fue agregando gradualmente los demás instrumentos que él mismo tocó, el bajo, la batería y el mellotron, entre otros. El proceso de producción, aunque distante en el tiempo, fue muy similar al de los discos que iniciaron esta trilogía, con su apellido como marca registrada.
Al igual que en muchos de sus trabajos con los Beatles y con Wings, y de sus proyectos en solitario, McCartney brilla por su versatilidad y variedad. Todo comienza con Long Tailed Winter Bird, una canción simple, pero con muy buen ritmo, cuyos compases de guitarra acústica cercanos al blues introducen las tres preguntas que se repiten una y otra vez durante toda la pista: “¿Me extrañas? ¿Me sientes? ¿Confías en mí?”, cuestionamientos propios de estos tiempos de distanciamiento social y poco contacto físico, los cuales abundan de forma acertada en las letras de esta producción. Los mismos compases de Winter Bird vuelven a sonar antes de When Winter Comes, la canción que da cierre al álbum, y son una especie de puente unificador que da cierre a la estructura circular del disco, que termina por donde empezó, pues ese último tema, tomado de las sesiones de grabación de Flaming Pie (1997), fue el catalizador de McCartney III.
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Y, en el medio, el álbum encuentra su vena más experimental con canciones como Find My Way, Deep Down y Deep Deep Feeling. En esta última, por casi nueve minutos el ex-Beatle muestra su eterna curiosidad por explorar diferentes sonidos y su ingenio para hacerlo con altura. También hay lugar para un par de temas roqueros y enérgicos, como Lavatory Lil y Slidin’, y otros más apacibles, como Pretty Boys, Women and Wives, The Kiss of Venus y Seize The Day.
McCartney III alcanzó lo más alto en el listado de los álbumes más populares del Reino Unido en la semana de Navidad, algo que no conseguía desde hacía 31 años con su trabajo Flowers in The Dirt (1989), y también lo obtuvo en los listados de álbumes más vendidos de pop y rock en Estados Unidos. Por eso, cuando le preguntan sobre los rumores de que quizás este haya sido su último disco, el de Liverpool responde con una irónica sonrisa: “Se supone que todo lo que hago es siempre lo último. Cuando tenía 50 años, dijeron: ‘Esa es su última gira’. Y yo pensaba, ‘¿En serio?’”.