Entrevista musical
“Me acuerdo de todos los conciertos que hice en Colombia”, Vicentico
El cantante de los Fabulosos Cadillacs habló con SEMANA sobre el disco como solista que saca pronto, ofreció su fórmula para lograrlo en la música y dimensionó el efecto en su vida de Nina Simone, Quino y un particular concierto de Neil Young.
Cuéntenos sobre ‘No Tengo’ y sobre la influencia de Nina Simone en su carrera.
Bueno... Nina Simone está dentro de los diez artistas más importantes de la música, del soul, del jazz, de la música popular... Para mí, la música se divide fácilmente en dos: la música popular y la música culta, y Nina ocupa las dos cosas. Es súper popular dentro del rock, del soul, del jazz y todo, y también súper culta, una artista increíble.
La canción (Ain’t Got No, I Got Life) es tan bonita y lo que dice es tan lindo... Me identifiqué mucho con lo que dice la canción desde chico
Sobre el homenaje, no creo que le haga falta ninguno, simplemente yo no pude contenerme. La canción (Ain’t Got No, I Got Life) es tan bonita y lo que dice es tan lindo... Me identifiqué mucho con lo que dice la canción desde chico.
Nunca se me había ocurrido grabarla hasta que un día estábamos en el estudio, grabando el disco (la canción hace parte del un disco que está por salir), y con uno de los guitarristas, Chris Bruce, un amigo neoyorquino, nos pusimos a cantar canciones de Nina Simone y él sabía todas, y tocamos esa y pensé “Esto puede tener una traducción posible” y bueno, ahí la comenzamos a trabajar. La canción se fue poniendo seria y avanzó, no la tenía pensada en el repertorio del disco, pero la verdad que no me pude contener. Está hecha con mucho respeto y cariño y espero que Nina, donde esté, no se ofenda.
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Ya ha lanzado dos sencillos y este ‘No tengo’, ¿cuándo sale el disco?, ¿lo marcó la pandemia?
El disco está terminado, lo terminé a finales de diciembre de 2019, y tenía la idea de sacarlo para abril o mayo de este año. Pero bueno, se complicó todo, y me empezó dar un poco de pena sacar el disco y que todo quedara en simplemente el disco, sin poder salir a tocarlo ni presentarlo. Pensé que era mejor frenar un poco la salida, e ir mostrando algunas canciones.
Estoy muy contento de cómo quedó. También es verdad que el tiempo va pasando y empiezo a sentir casi la necesidad de grabar otro disco. Lleva mucho tiempo ahí esperando. Es muy personal, hecho con mucho trabajo y mucha dedicación en el audio. Lo produje junto con Héctor Castillo, una especie de ingeniero y diseñador de sonido que me encanta, trabajamos muchas veces y la pasamos muy bien haciendo este trabajo. Ya esperando en algún momento poderlo sacar.
Este año aparte se ha sentido como cuatro años...
Impresionante. Y es raro porque a la vez pasa muy rápido. Uno tendería a pensar que estando encerrado en tu casa el tiempo va a tardar mucho pero los días se pasan como horas. Pasaron 6, 7 meses desde que empezó todo...
Descarrilándome un poco de la música, quiero preguntarle sobre Quino. Impactó la vida de millones, ¿cómo impactó la suya?
En mi casa, cuando era chico (como en la de tantas personas en la Argentina y en el mundo) siempre estaban todos los libros de Quino, no solo los de Mafalda, que son diez. Los recuerdo de punta a punta todos, porque los leía de chico y los volvía a leer y a mirar. Además de mente corrosiva e irónica, Quino también era un dibujante increíble, entonces cada cuadrito de esas tiras era un obras de arte. No solamente Mafalda, tengo todos sus libros de humor.
No sé que decir, me dio mucha pena que se fuera. Creo que está en el corazón de mucha gente porque pintaba el mundo tal cual es, y con mucha ironía y corrosión.
¿Se reconocía en algún personaje o veía cosas de usted en varios, como a muchos nos pasa?
Como nos pasa a todos, iba variando. Fui Felipe por muchos años, con el colegio y el pánico y la depresión de los domingos, también Miguelito y también Mafalda, y Libertad también. Menos Manolito, diría yo, y menos Susanita, pero conozco muchos Manolitos y muchas Susanitas también.
Felipe por muchos años, con el colegio y el pánico y la depresión de los domingos, también Miguelito y también Mafalda, y Libertad también. Menos Manolito, diría yo, y menos Susanita, pero conozco muchos Manolitos y muchas Susanitas también
¿Cómo lleva el legado enorme de Los Fabulosos Cadillacs? ¿Pesa?
No solo no pesa, mi relación con los Cadillacs está intacta y súper actual. O sea, lo que yo hago solista es lo que hago en medio de los Cadillacs. Y para afuera a veces es un montón de tiempo que no tocamos, como banda... pero por dentro es normal para nosotros. Yo sigo siendo miembro de la banda, todos lo seguimos siendo, nos hablamos a diario, son mis amigos, son mi grupo de pertenencia, mi familia.
Para nosotros, no pesa la banda. Ni lo vemos de ese modo. Somos una banda de música que sigue junta. De hecho, lo último que hice antes de este disco fue grabar con ellos un disco con el cual giramos por todo el mundo e hicimos cosas que nunca habíamos hecho. Después de 30 años juntos, tocamos en Londres y por primera vez en el Madison Square Garden de Nueva York. Ya habíamos tocado en NY pero nunca ahí. O sea que estamos súper con ganas. Teníamos de hecho un par de conciertos pactados que se cayeron por la pandemia, pero esperamos que todo se libere un poco para volver a tocar.
Después de tanto tiempo en la música, ¿aún le quedan lugares icónicos en los cuáles tocar? Mencionó el MSG...
No es que teníamos el sueño de tocar allá, pero se dio que en esa gira el lugar para tocar fue este. Ahora, es increíble para uno estar en ese escenario, es el Madison, y esas tablas las pisó gente muy bestia y muy grande. Los camarines, los lugares, y los pasillos del estadio son increíbles, cargados de historias. La pasamos muy bien y fue relindo hacerlo.
Y hay otros tantos escenarios que nos falta recorrer... A mí me gusta mucho el Carnegie Hall. Vi a muchos artistas que me encantan. Es un escenario distinto, más serio, pero sí me gustaría algún día poder.. por la acústica, por lo que vi ahí. Hace un tiempo lo vi a Neil Young ahí, solo con una guitarra, y la verdad que la acústica del teatro es increíble, no se puede entender lo bien que suena y lo lindo que es.
Muchos lugares, pero para nosotros cualquier lugar está bien, la verdad.
Hace poco hubo nominaciones a los Grammy Latinos. A nivel general, ¿le significan algo los premios?
Mi mánager (mi representante) se pondría muy contento si estamos nominados para algo. Significa que hay una especie de trabajo por hacer, que viene.
Personalmente, no es algo que me cambie demasiado. Obvio, uno agradece que se fijen en uno, pero es algo que tiene que ver más con la industria y el negocio de la música que otra cosa.
Después, en realidad, lo más importante para mí es, cuando uno va a tocar un concierto, lograr modificar el momento de la persona que lo está viendo. Eso es incomparable con cualquier cosa y eso es lo que uno más se acuerda después de los conciertos. Hablando de Colombia, yo recuerdo cada concierto en Colombia. Uno hace conciertos y no se conoce con la gente personalmente y la gente no te conoce personalmente, pero queda alguna clase de empatía muy grande entre todos. “Todos estuvimos esa noche en ese concierto, Yo no me lo olvido”, y a lo mejor hay gente que siente igual, y guardamos algo en común sobre eso. Esos rituales, esas cosas un poco tribales, creo que nos unen a las personas.
Lo digo como alguien que canta, pero también cuando voy a ver a algún artista. No lo conozco pero algo me queda guardado. Esto que te decía de Neil Young, no me olvido de la emoción que sentí en tal canción o al ver lo que él hizo en tal momento. Eso es un buen premio para guardarse.
La industria musical ha cambiado mucho, pero quizás tiene algún consejo para gente que empieza estos días en la música. Palabras para artistas que estén creciendo estos días...
Yo lo que puedo decir es sobre lo que yo hago. No sé si puedo dar un consejo, porque la música y el arte en general son muy personales. Lo que yo hago es trabajar, y trabajar y trabajar. A mi modo, no es que yo sea un gran trabajador, soy vago.
Me gusta la vagancia, me gusta no hacer nada, pero la música no la considero trabajo y me gusta mucho, así que le dedico mucho tiempo a las canciones, a buscar las palabras correctas, a buscar las notas correctas, los acordes que van. Cuando hay algo que no me gusta intento cambiarlo hasta que llego. Y después, es eso... Me parece que hay que dedicarle mucho tiempo y no pensar en otra cosa que en eso.
Con respecto a que las cosas han cambiado. Sí, cambiaron, pero en el fondo es lo mismo. Siempre hay que buscar una buena canción, sea el género que sea (trap, hip hop, vallenato, cumbia o rock). Lo importante es encontrar algo qué decir, querer contar algo que uno es y que sabe que el otro es también es. Es lo que hablábamos recién, es tener empatía con los demás e intentar desde adentro comunicar algo que en algún sentido modifique para uno y para el otro.
Contaba que tiene este disco listo pero que casi que quisiera grabar otros. ¿Qué le dejó este tiempo?
No tendría que ver solamente con la pandemia, seguro algo grabaría sobre este momento, pero creo que no es especialmente sobre eso.
La música tiene algo que es muy entretenido, el tiempo en la música casi que no existe... uno se mete en un estudio a grabar y a lo mejor entró a las 10 de la mañana y son las 8 de la noche y ni sabe que corrió el reloj y el sol se fue. Y esa situación de estar haciendo discos, siempre a mí me atrapó mucho. Me gustó, me gusta ese ‘no-tiempo’ del estudio. Es un lugar muy especial para mí, ya sea el que tengo en casa o cualquier otro. Siempre que voy a entrar a grabar hay una excitación, un “qué va a pasar acá”. Porque donde no hay nada de repente habrá una canción... y, a la vez, sentir que esa canción siempre existió y no saber cómo surgió en ese momento... Este tipo de cosas.
Antes de despedirme, Quino hablaba sobre Woody Allen y cómo él había dejado de hacer Mafalda para no caer en la repetición como le pasó a Allen. ¿Siente usted miedo a repetirse?
Ni diría que lo que me da es miedo, porque si algo me da miedo le escapo. Sí me perturba la idea de repetirme y quizás no está mal que lo haga. Tampoco está mal que algunas cosas sean siempre lo mismo. Yo siento que en mis propias temáticas y en mis propias ideas sobre lo que yo escribo, y siempre escribo lo mismo. Si agarro una canción mía de hace 35 años, pienso “Ah, estoy diciendo lo mismo que digo ahora”.
Sí me parece que Woody Allen, en sus formas, repite construcciones de chistes, y eso tiende a deshacer el chiste.
A lo mejor, lo que hay que encontrar es el modo de evolucionar en el modo de ir diciendo. Igual estoy criticando a Woody Allen como si no fuera un genio. Lo es. Lo digo desde alguien que vio todas sus películas y encuentro patrones. Y así encuentre el mismo chiste, siempre me hace reír.