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El trabajo es considerado como una manera de dignificar al hombre y a la mujer en la sociedad.
El trabajo es considerado como una manera de dignificar al hombre y a la mujer en la sociedad. | Foto: Getty Images

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Milagrosa oración para suplicar a Dios por la estabilidad laboral y un buen empleo

Una de las principales causas de estrés en las sociedades del siglo XXI es el desempleo.

Redacción Semana
14 de octubre de 2023

Poder acceder a un buen empleo, al igual que permanecer en dicho puesto, es una de las sensaciones más satisfactorias que puede experimentar un ser humano ya que, sea por su experiencia, dedicación o formación académica, una empresa ha decidido darle la oportunidad de crecer como persona y laboralmente, lo que es para muchos, una bendición.

No obstante, en algunos momentos, un empleado puede sentirse preocupado ante un posible despido debido a que cometió un error, por un malentendido con su superior, o incluso porque no cumplió con una meta. En estos casos, es importante hablar con una persona apta para poder mediar la situación y así componer el altercado ocasionado.

Rezar
La oración proporciona una humilde comunicación entre cada ser humano y Dios. | Foto: Getty Images

El trabajo como agrado a Dios

Sin embargo, Dios ha revelado en las sagradas escrituras que no hay mejor manera de dignificar al hombre, y a la mujer, que a través del trabajo, ya que, según los teólogos, Dios creó al ser humano para trabajar, por lo que, esta acción, más allá de llevar un sustento al hogar o mejorar la calidad de vida de una persona, es un acto que agrada al Señor.

Por tal motivo, a través de la infinita sabiduría de Dios, se han redactado dos oraciones particulares para agradecer a Dios por el trabajo y también para suplicar a Él la abundancia de tareas para no caer en el desempleo ni la búsqueda de trabajo.

Estos rezos son muy especiales, debido al gran poder de comunicación que poseen las oraciones para establecer una conexión espiritual directa con el Señor, quien escucha atentamente a sus fieles para así poder interceder en medio de sus necesidades y preocupaciones.

La oración para alejar la envidia del trabajo.
El trabajo es una bendición que agradecen millones de fieles diariamente. | Foto: Getty Images

Cada una de estas oraciones se debe recitar guardando la fe en Dios, en Cristo y en el poder universal de la Santísima Trinidad, para así dejar obrar al Padre Eterno en cada uno de los aspectos de la vida de una persona.

  • Oración para pedir a Dios por la protección del trabajo

Dios mío, te pido que me concedas la gracia de conservar mi trabajo. Sé que los tiempos son difíciles y que la incertidumbre económica es grande, pero confío en que Tú eres mi guía y mi protector. Ayúdame a ser un trabajador dedicado y comprometido, que cumpla con sus responsabilidades y trabaje con diligencia y alegría. Permíteme ser una bendición para mi empleador y para mis compañeros de trabajo.

Te pido que toques el corazón de mis superiores y les des sabiduría para tomar decisiones justas y equitativas. Que puedan ver el valor de mi trabajo y apreciar mi esfuerzo y dedicación. Confío en que Tú tienes un plan para mi vida y que siempre estarás a mi lado, sin importar lo que suceda. Ayúdame a confiar en Ti y a encontrar paz y esperanza en medio de esta situación difícil.

Te agradezco por todas las bendiciones que me has dado y te pido que sigas guiándome y protegiéndome en todo momento. Amén”.

Old Bible
Las sagradas escrituras describen el trabajo como la forma predilecta de dignificación que tiene el ser humano y que agrada a Dios. | Foto: Getty Images/iStockphoto
  • Oración para que nunca falte el trabajo

¡Nuestra Señora del Trabajo, Madre de todos los trabajadores, hombres y mujeres, hijos tuyos! Bendícenos para que en nuestros hogares sea siempre alabado el nombre de Dios. Bendícenos también para que nunca nos falte el pan, el trabajo y el amor. Danos cada mañana tu paz y tu alegría, tu serenidad y tu plenitud, para caminar animosamente contigo por la senda de la vida. Alcánzanos fecundidad para nuestras tierras, mentes y manos que trabajan.

Ayúdanos a sentir la tarea de cada día: respetada, libre y justa. Haznos fuertes en el dolor, sencillos y puros en nuestros gozos, firmes y claros en la decisiones que debemos tomar. Llénanos de fe, de esperanza y de caridad, para sentirnos hermanos de nuestros hermanos, para fortalecer a los débiles, confortar a los fatigados y compartir nuestras satisfacciones y alimentos con quienes no los tienen o se sienten solos.

Queremos llegar así tomados de las manos y entonando el himno de tu gloria al Reino eterno de Dios. Amén”.