MUCHOS SON LOS LLAMADOS...
A pesar de intensas críticas la película "Los Elegidos" rompe récord de taquilla.
Las colas son las más largas de la temporada de Navidad. Horas de espera no garantizan la obtención de una boleta, pues los teatros se llenan rápidamente. No obstante la presencia en las pantallas de películas tan taquilleras como Gremlins, "Los caza-fantasmas" y Supergirl, las preferencias de los espectadores parecen recaer sobre la coproducción soviético-colombiana "Los Elegidos". Paradójicamente, el interés del público por ver la película no coincide con la impresión que ésta ha dejado, que ha oscilado entre el desconcierto y el rechazo.
En círculos cinematográficos, "Los Elegidos" había despertado expectativas de tiempo atrás. La película está basada en una novela del ex presidente López Michelsen, escrita en 1953 durante su estadía en México, que fue un éxito literario en su momento. Teniendo como escenario a Colombia durante la época de la Segunda Guerra Mundial, López Michelsen hace una crítica de la burguesía colombiana, utilizando como vehículo las impresiones de un ciudadano alemán que llega a Bogotá huyendo de Hitler y de la guerra. En 1976, siendo López Presidente, el gobierno soviético se interesó en publicar la novela. Traducida al ruso por la diplomática Ludmila Novikov, fue publicada inicialmente en dos entregas de una revista literaria, cuyo tiraje es de 600 mil ejemplares. Posteriormente fue editado el libro, con un tiraje de 100 mil ejemplares.
La novela fue bien recibida y después de su publicación el gobierno soviético manifestó su interés de llevarla a la pantalla. Pero habrían de pasar cuatro años antes de que esta iniciativa se concretara, teniendo en cuenta el carácter poco comercial del proyecto, no sólo por la naturaleza de la novela, sino por el estilo propio del cine soviético, que no ha logrado "pegar" en nuestro medio. Finalmente, con un presupuesto de 50 millones de pesos divididos en partes iguales entre los dos países, se decidió realizar la película. En un momento dado se pensó que FOCINE financiara parte considerable de la misma. Sin embargo, por razones de diverso orden esto no se concretó, de tal suerte, que la financiación y responsabilidad del proyecto recayeron principalmente sobre dos productoras privadas, Dinavisión y Casablanca, con un aporte estatal de sólo 8 millones de pesos equivalente a un 15% del total, suma que de acuerdo a los pronósticos, será recuperada en dos meses.
Para su realización, se escogió al director ruso Sergio Soloviev, quien había realizado películas como "El salvavidas". Los soviéticos exigieron que los dos protagonistas principales, el alemán y la manicurista, fueran rusos, dejando el tercer papel en importancia para una colombiana. Inicialmente se barajaron los nombres de María Eugenia Dávila y Amparo Grisales, quien resultó seleccionada. Papeles secundarios recayeron en Santiago García, Reynaldo Moré, Rodrigo Pardo, Luis De Zulueta, Lina Botero y Patricia Mills.
Para escribir el guión se pensó en el italiano Tonino Guerra, en el español Azcona, e inclusive en Gabriel Garcia Márquez, con quien se llegó a discutir sobre una posible supervisión final que acabó siendo abandonada. Terminó escribiéndolo el propio director de la película, quien se trasladó a Colombia para familiarizarse con el ambiente. Tan pronto fue concluído el guión se inició la filmación, que habría de durar diez semanas.
Después de seis meses de postproducción en la URSS, la versión final les fue presentada a los productores colombianos. Surgió entonces el problema de que éstos no consideraron viable esta versión para el mercado nacional. A pesar de una excelente factura técnica, la percepción soviétiea sobre Colombia fue considerada totalmente irreal. Esto, sumado a las dos horas y veinte y a la lentitud que caracteriza a las producciones rusas, determinaron que la versión original fuera rechazada. Este impasse llevó a la inusual situación de que en una coproducción se realizaran dos versiones, una para cada una de las partes. Se procedió entonces a editar la versión para Colombia que, reducida a una hora y veinte minutos, es la que actualmente se exhibe en las salas de teatro nacionales. En ésta, junto con los elementos ajenos a la realidad nacional que fueron eliminados, también sufrió el corte de cuchilla un papel secundario desempeñado por Santiago García.
Teniendo en cuenta que era difícil rescatar la esencia del libro, la crítica a la burguesía colombiana, la edición para Colombia se enfocó por el lado del triángulo de amor con toques de novela rosa. El objetivo de esta reedición no era tanto hacer una versión mejorada del film soviético, sino hacerlo más atractivo para el público colombiano. De ahí que la versión soviética tiene muy poco que ver con la novela de López, y la película colombiana muy poco que ver con la soviética.
El resultado final, no obstante este esfuerzo, no deja de ser desalentador. En medio de la magistral fotografía de Pablo Lebeshev, una abrupta edición, un doblaje imperfecto, unos diálogos rudimentarios y un intento de hacer una historia lineal sin los elementos para ello, determinan que la calidad de la película sea desigual, con un final apresurado y en cierta forma incomprensible. La novela de López terminaba con el protagonista en un campo de concentración en Fusagasugá, aspecto que no fue incluido en el guión soviético y que, fue sustituido por uno más dramático un inesperado asesinato que hace que la película termine en punta, cuando el espectador cree que va a mitad de camino.
Por ese intangible del gusto popular, este controvertido film se está convirtiendo, a menos de 15 días de su estreno, en uno de los éxitos taquilleros del cine nacional. Las proyecciones estiman que tendrá más de 400 mil espectadores, rebasando inclusive a "Cóndores no entierran todos los días", película infinitamente superior. Una acertada campaña de promoción centrada en la figura de Amparo Grisales y el sentimiento amor-odio que los colombianos profesan por López, parecen ser los factores que han determinado su éxito.