Adiós a Santiago García, el gran dramaturgo colombiano

El mundo de las tablas está de luto. Santiago García, conocido como el hombre del teatro colombiano, falleció este lunes a sus 91 años de edad. Desde varios sectores culturales se lamenta su partida y se agradece por el gran legado cultural que le dejó al país. El año pasado recibió la Medalla al Mérito Cultural. En una entrevista de 2019, Marcela Valencia,  del Teatro Petra, no dudó en recalcar que García no era nada menos que "un genio". 

Santiago García nació en Puente Nacional (Santander) el 20 de diciembre de 1928. Estudió arquitectura y más tarde  tomó clases de actuación con el japonés Seki Sano. Junto a Fausto Cabrera fundó el Búho, un teatro independiente que luego se convirtió en el Teatro Estudio de la Universidad Nacional. Siguió sus estudios en dramaturgia y pasó por la Universidad de Praga y al Actor‘s Studio de Nueva York; también por la Universidad de Teatro de las Naciones en Vincennes (Francia). 

Cuando García regresó a Bogotá, continuó trabajando en el Teatro Estudio. Allí montó piezas icónicas como El jardín de los cerezos, de Chéjov. A mediados de la década de 1960 también dirigió una obra recordada tanto por su calidad artística como por una polémica. Fue la obra Galileo, de Bertolt Brecht, en la que García incluyó varías críticas a la bomba atómica. El programa fue censurado y García, en protesta, renunció a la Universidad Nacional.

Varios estudiantes y compañeros lo acompañaron en 1966 en la creación de un nuevo espacio para el teatro al que bautizaron la Casa de La Cultura. Se convirtió en un centro para la creación de todas las artes, pero especialmente del teatro. Por este pasaron personalidades como Vicky Hernández, Consuelo Luzardo, María Arango, Carlos Parada, Eddy Armando, Enrique Grau, Alejandro Obregón, Carlos José Reyes, Miguel Torres, Patricia Ariza y Gustavo Angarita.

Con apoyo de la alcaldía, el grupo compró una casa colonial en La Candelaria y el teatro adoptó el nombre del barrio. Para ese momento la compañía empezó a trabajar en su propio repertorio, cuyo legado hoy es reconocido en todo América Latina. Entre la lista de piezas que luego se convertirían en clásicos del teatro colombiano están joyas como La ciudad dorada, Los diez días que estremecieron al mundo, Vida y muerte de Severina, Golpe de suerte y Guadalupe años sin cuenta.

García no solo fue el director de la mayoría de las obras de La Candelaria, también actuaba en ellas. El maestro fue pintor y un teórico cuyos trabajos han influenciado los estudios sobre teatro en toda Latinoamérica; además es conocido por su versión propia de El Quijote, de Miguel de Cervantes. En 2013, y debido a los problemas de salud derivados de su avanzada edad, García dejó de trabajar, pero solía aparecer en el teatro para hacer algún comentario con el que alegraba a los espectadores.