Música
Música nueva y asombrosa
Recientes lanzamientos de Estados Unidos, Brasil, Australia y Colombia tienen en común la búsqueda de una sonoridad propia y un mensaje de aliento en medio de las dificultades.
Who are you? - Joel Ross
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que el vibráfono fue instrumento protagonista en el jazz. Tal vez el último gran exponente fue Gary Burton (hoy con 77 años). Por eso, cuando el sello disquero Blue Note anunció entre su nueva nómina de artistas a Joel Ross, supimos que habría continuidad para ese sonido cálido, un poco exótico, del pariente metálico de la marimba. Este disco marca un buen punto de equilibrio entre el control y la locura: las composiciones están bien estructuradas, mientras que en los solos instrumentales se asoma cierto desenfreno juvenil. “Es un prospecto de altura y está construyendo algo vital”, sentenció el diario The New York Times. Y es cierto: más que un trabajo terminado, asistimos al nacimiento de una carrera en el jazz. Fascinante.
Agora - Bebel Gilberto
La cantante brasileña Bebel Gilberto es heredera de una dinastía musical. Hija del legendario João Gilberto y de la cantante Miúcha, irrumpió al despuntar el siglo con una propuesta que mezclaba su voz susurrante con sonidos electrónicos. Los críticos bautizaron a ese género como “‘bossa’ futurista”. Dos décadas después, Bebel sigue creciendo, saltando de una disquera a otra y publicando discos espaciados, sin afán. Este último trabajo es más etéreo y un poco melancólico: en contraste con el colorido de Tudo (su anterior álbum, lanzado en plena fiebre de la Copa Mundo de Brasil), Agora se parece más a una meditación sobre los claroscuros de la vida. Claro que los elementos electrónicos son sorprendentes y hacen que uno quiera seguir oyendo, descubriendo detalles.
Óscar Jiménez & Phonoclórica
Aquí hay una indiscutible sonoridad colombiana, aunque se haya gestado a 14.000 kilómetros de distancia. El cantante y productor Óscar Jiménez creció en Barranquilla, pero completa 20 años viviendo en Australia, donde se ha convertido en pionero de un sonido que la revista Beat Magazine llamó “latino-australiano”. Incluso estuvo nominado en 2008 a un premio Aria, el equivalente al Grammy en ese país. Luego de haber pasado por la banda Amaru Tribe, Jiménez contactó a los integrantes de Phonoclórica en Colombia para un ejercicio único: una colaboración de la cual nacieron cuatro canciones, antes de seguir cada uno su camino. El resultado es un repertorio impecable y enérgico. Desde la interpretación hasta la grabación, todo tiene un altísimo nivel.
Canciones de mar y río - Diana Tovar
La cantante cartagenera Diana Tovar ha sido investigadora además de intérprete. En el marco de los procesos de paz y construcción de memoria, interactuó con varias cantadoras de bullerengue, que le transmitieron cantos e historias. Gracias a su talento, toda esa tradición se convierte en expresión única: ella ha logrado un disco variado, que tiene su núcleo en los ritmos del Caribe, pero que se escapa brevemente hacia el folclor del Pacífico y los Llanos. Son canciones propias muy bien instrumentadas (la guitarra de Santiago Sandoval aporta una dosis precisa de jazz) y con un dejo esperanzador. A través de los viajes, Diana Tovar aprendió sobre las profundidades del dolor, pero también sobre cómo sanan las heridas. Ese es justamente el poder que transmite su música.