ENCUENTRO
Música para la paz
Lindsay McClain es una de las invitadas de la Cumbre Mundial de Arte y Cultura para la Paz de Colombia. SEMANA habló con ella.
Lindsay McClain es cofundadora de Music for Peace, un proyecto que fomenta la paz a través de la música en las zonas de conflicto de Uganda, y participará en la Cumbre Mundial de Arte y Cultura para la Paz de Colombia que va del 6 al 12 de abril.
Semana: Cuéntenos un poco sobre el conflicto en Uganda.
Lindsay McClain: Desde que Uganda se independizó de Gran Bretaña en 1962 el país ha tenido que lidiar con unos 20 conflictos distintos, entre ellos dos terribles dictaduras en los setenta y ochenta. Yo realizo mi trabajo en el norte de Uganda, zona que está recuperándose de una guerra entre el gobierno y el Lord’s Resistance Army (LRA), un grupo extremista cristiano, que comenzó en los años ochenta.
Semana: ¿Cómo fue el proceso de paz entre el gobierno y este grupo guerrillero?
L. M.: Los diálogos de paz comenzaron en 2005 pero después de tres años de discusión fracasaron. Sin embargo, llegaron a firmarse varios acuerdos entre ellos el de responsabilidad y reconciliación. Si bien el LRA no cumplió con su parte, el gobierno sí ha llevado a cabo un importante trabajo para esclarecer la verdad. Después de los diálogos el LRA dejó de delinquir en el norte de Uganda y ahora lo hace en Sudán del Sur, la República Democrática del Congo y la República Central Africana.
Semana: ¿Cómo pueden aportar las artes a la reconciliación?
L. M.: Las artes le permiten al individuo expresarse de diferentes maneras. Los que no son buenos con las palabras pueden decir lo que sienten a través del dibujo o de una melodía. Esto hace que sean un medio maravilloso para que hombres y mujeres se conecten con el prójimo. En otras palabras, el arte une a las personas. El arte facilita la comunicación de pensamientos íntimos y rompe las barreras que impone la violencia. Además, también tiene componente curativo, permite construir memoria y es una fantástica herramienta educativa.
Semana: ¿Por qué eligió trabajar a partir de la música?
L. M.: No fue elección mía. Yo llegué a Uganda con la idea de trabajar en la reconciliación a partir de las artes visuales. Pronto me di cuenta de que en África estas no tienen la misma resonancia que la música o la danza. La cultura de ellos ha sido siempre predominantemente oral. Antes de que creáramos Music for Peace los músicos de la región ya habían comenzado a reflexionar y a llorar los horrores del conflicto a través de la letra de las canciones.
Semana: ¿Puede darnos algunos ejemplos de cómo la música ha apoyado la reconciliación en Uganda?
L. M.: Una es la canción que escribió Jahira Okwera, uno de los músicos que trabaja conmigo en Music for Peace, que se llama Dwong Paco (Regresen a casa). La ponían en la radio constantemente durante los diálogos de paz y sedujo a más de un guerrillero a volver a casa. La letra va así: “Hermanos y hermanas vuelvan a casa y pueden estar seguros de que el pueblo de Uganda los está esperando con los brazos abiertos y dispuesto a perdonarlos”. La canción iba acompañada de un programa en el que varios guerrilleros que habían dejado las armas hablaban de su experiencia e invitaban a sus compañeros a hacer lo mismo.
El coro de otra canción que me gusta mucho dice así: “Mi gente, me rechazan por nada. ¿A dónde esperaban que fuera? Tal vez tenía que ser de esta manera. ¿Qué tal que usted estuviera en mi lugar? ¿Qué habría hecho usted?”.
Semana: ¿Cómo ha sido su trabajo con Music for Peace?
L. M.: El proyecto se creó en 2009 y es organizado por dos músicos ugandeses, Jeff Korondo y Jahira Okwera, y yo. En 2010 organizamos un concurso de música que reflexiona sobre la paz y un exitoso intercambio de ideas entre varios músicos de Uganda y de Sierra Leona. Durante este último, músicos famosos de ambos países compusieron y grabaron una canción llamada One Africa.
En 2013 comenzamos un estudio sobre el impacto de la música en la reconciliación del norte de Uganda. Hicimos un análisis de la música compuesta durante los años de guerra en Uganda y tenemos un registro de todas las canciones. Las dos anteriormente mencionadas están ahí. El proceso ha sido muy interesante y a través de él nos dimos cuenta de la importancia del lenguaje en el proceso de reconciliación. El año pasado inauguramos nuestro propio estudio de grabación y ahora queremos construir un colegio de música.
Semana: ¿Alguna recomendación para Colombia?
L. M.: Colombia debe analizar las metodologías de reconciliación utilizadas en otros países pero no copiarlas. Cada contexto es diferente y lo que funciona en Uganda no necesariamente lo hace en otros países. Sin embargo, les recomendaría tener en cuenta a las artes en el proceso de reconciliación. El trabajo a través de ellas puede ser de gran ayuda.