Música
“No quería ser el que enterrara a Niche”: director del grupo cuenta en SEMANA cómo lo mantiene vivo tras la muerte de Jairo Varela
José Aguirre, director artístico del Grupo Niche, se echó sobre los hombros el enorme reto de mantener vivo el sonido de la orquesta tras la muerte de Jairo Varela, su creador. Y lo ha logrado con creces: este año le entregó su segundo Grammy con el álbum Niche Sinfónico. Diálogo afinado.
SEMANA: ¿Cómo nace la idea de Niche Sinfónico, que se acaba de ganar el Latin Grammy?
José Aguirre (J.A.): Celebro la apertura de la academia para unirse con la cultura popular. La Sinfónica ha hecho varios proyectos así y les faltaba hacer uno con Niche. A ellos les encantó la idea. Todos los músicos de la Sinfónica son hinchas de Niche. Crecieron escuchando sus canciones. Siempre he creído que la de Jairo Varela es una obra muy completa en lo lírico, lo melódico y rítmico. Cuando me llaman en 2015 a Niche, tres años después de la muerte de Jairo, tenía en mente hacer algo grande con su obra y llevarla a grandes formatos. Y lo sinfónico es el formato más sublime y universal de la música.
SEMANA: Yuri Buenaventura también grabó un disco en este formato. ¿Qué tanto ha explorado la salsa esta sonoridad?
J.A.: El de Yuri Buenaventura lo hice yo precisamente. El primer artista de salsa que grabó algo así fue Gilberto Santa Rosa, en vivo, en Venezuela. De salsa han sido pocos, tres álbumes quizás. Por eso, el reto que teníamos era enorme. En este álbum nos tardamos casi cinco años, con la pandemia por la mitad. Y siempre lo soñé con la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia. Era juntar la mejor orquesta sinfónica con la mejor orquesta de salsa.
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SEMANA: ¿En algún momento Jairo Varela acarició esta misma idea?
J.A.: Jairo tenía un gran amor por la música sinfónica y escuchaba mucha música clásica. Varias veces lo encontré escuchando grandes compositores universales. Y otra cosa que me dio a entender que él no se negaba a llevar su música a otros estilos fue un álbum que grabó en Puerto Rico, en los años 80, solo con cuerdas, con 25 músicos. Niche con cuerdas, una sesión de cuerdas sinfónicas de varias de sus canciones, entre ellas, Un caso social.
SEMANA: ¿Qué tan complejo es llevar una música popular como la salsa a lo sinfónico?
J.A.: Mucho, por la cantidad de músicos en escena, que implica escribir para ponerlos a todos en función de la salsa. Quería una verdadera fusión pues suele pasar que la Sinfónica termina siendo, como dice su director, ‘papel de colgadura’, un aspecto decorativo. Quería llevar la salsa de Jairo a la gran orquestación sinfónica, sin que perdiera la esencia de Niche. Mucha gente piensa que la música clásica es aburrida, pero en realidad tiene todos los matices de la música, desde los suaves hasta los más estridentes. Es genial.
SEMANA: ¿Del cancionero tan amplio de Niche, cómo elegir las canciones que finalmente quedaron en el álbum?
J.A.: No solo era elegir las más icónicas, sino las que más se prestaran para llevarlas a lo sinfónico. Las elegimos pensando en que esto sea una saga, volumen dos, tres y hasta más. Una canción como Atrateño, un homenaje al río Atrato, debía estar porque era muy importante para Jairo, su favorita de su vida como chocoano. También elegimos temas como Busca por dentro, Mi pueblo natal, Cali pachanguero, Buenaventura y caney, que son tan insignes para la orquesta.
SEMANA: En este álbum trabaja con su hijo Juan José, que le sigue los pasos y tiene solo 21 años. ¿Cómo fue la experiencia?
J.A.: Él estudia en Berklee College of Music, en Boston, y maneja todo lo sinfónico. Comenzamos antes de la pandemia, cuando aún no se había ido a la universidad, a conceptualizar el álbum y escuchar discos que se han hecho en ese formato: Metallica, Sting, Ricky Martin... Con mi hijo ya habíamos trabajado en el álbum 40, pero Niche Sinfónico lo hicimos desde la conceptualización hasta los arreglos. Él mismo dirigió la orquesta sinfónica durante la grabación. Es un genio de la música; comenzamos a trabajar desde que él tenía 17. Ha sido un premio muy grande de la vida.
SEMANA: Cuando muere Jairo Varela muchos creían que era el fin de Niche. ¿Cómo ha vivido el reto de dirigir la orquesta sin su creador?
J.A.: Cuando muere Jairo, año 2012, no estaba ya con la orquesta. Había trabajado junto a él como su coproductor de 1992 a 2002. Yanila, su hija, me convocó en 2015 para hacer una producción, la primera sin Jairo metido en un estudio de grabación, como lo hizo toda su vida. Se llamó 35 Aniversario y lo hicimos con canciones que no habían sido precisamente las más icónicas. Y resultó nominado al Latin Grammy y al Grammy Anglo. Después de eso, me propusieron volver al grupo. Y el reto consistió en cómo darle al Grupo Niche un aire nuevo, sin Jairo. Algo complicado porque esta agrupación es como el Barcelona: si el técnico nuevo no funciona, la hinchada lo saca.
SEMANA: ¿Y usted quería hacer música nueva o preservar los clásicos de la orquesta?
J.A.: Quería hacer música nueva. Cuando Steve Jobs murió, Apple no se dedicó a reeditar los viejos computadores, siguió innovando y la compañía se fortaleció. Los hijos de Jairo estaban reacios. Decían que no era posible que Niche hiciera música sin su papá. Y algunos pensaban que no era necesario porque con todo el repertorio de la orquesta tenían para tocar muchos años más. Yo les decía: ‘Es verdad, pero en cinco años Niche acabará convertido en una orquesta clásica que la gente olvidará; el legado se irá perdiendo, como le sucedió a la Sonora Matancera y a otras orquestas que fueron icónicas y se acabaron con la muerte de su creador’. Y yo no quería ser el que llegara a enterrar al Grupo Niche, quería ser el que le diera un segundo aire.
SEMANA: Y entonces nace el álbum 40, hecho enteramente con nuevas canciones...
J.A.: Sí, alusivo a los 40 años del grupo. Fue el álbum que nos dio el primer Latin Grammy, en 2020, y el Grammy Anglo, un año después y muchos otros premios de la música en Colombia y el exterior. En ese álbum venía Algo que se quede, una canción que aún sigue superpegada, romántica, que ya completa 220 millones de vistas en las plataformas digitales, algo que no había ocurrido con el Grupo Niche antes.
SEMANA: Ahora que habla de plataformas de streaming, ¿cómo ve un músico de profesión como usted lo que sucede hoy con la música latina?
J.A.: Hay cosas valiosas, como el auge de lo digital y lo que está pasando con la música urbana y la regional mexicana. Y otras que cuesta asimilar, como que la música se viralice tan rápido a través de las redes sociales, así se trate de un artista emergente. Eso ha creado monstruos en la industria que ganan mucha plata y tienen mucha demanda de conciertos, aunque eso no necesariamente significa que sea música de la mejor calidad. Pero hoy cualquiera que tenga un buen manejo de lo digital puede llegar a ser estrella. Y ese fue un reto para Niche: llegar a estas nuevas generaciones con esos nuevos lenguajes.
SEMANA: Sorprende ver que el Grupo Niche, que nació hace más de cuarenta años, aún convoque tanta gente joven que sigue coreando sus canciones...
J.A.: Es emocionante. He sido testigo de la historia de la orquesta. Cuando llegué a trabajar con Jairo era la época más romántica de Niche, años 90, cuando muchos criticaron esa apuesta romántica. Los fanáticos más viejos extrañaban ‘el golpe’ inicial de la orquesta. Pero resulta que ahora canciones como Una aventura y Gotas de lluvia son las que la gente más canta. Y al hacer el álbum 40 pensé en eso para conquistar esos nuevos públicos. Por eso pegó Algo que se quede, que conectó con los influencers. Entonces, uno respira aliviado, feliz, sabiendo que la memoria de Jairo Varela sigue viva.