Literatura

Novela negra desde Caquetá: Antonio Torres habla de “El hedor del jazmín”

Palabra libre lo considera el primer escritor publicado de esa región cuyas historias no están asociadas al conflicto armado colombiano. En esta entrevista explica su camino a las letras y la hechura de su novela.

29 de abril de 2021
El hedor del jazmín / Antonio Torres
El hedor del jazmín / Antonio Torres | Foto: Palabra Libre

Así se presenta “El hedor del jazmín”, primera novela del caqueteño Antonio Torres: “Cris Abello, una joven estudiante de Criminalística con un pasado turbio, emprende una investigación para dar con las razones detrás del misterioso homicidio de Santiago Heredia, sin saber que sus pasos la llevarán no solo a encontrar las respuestas sobre el asesinato del joven, sino a desentrañar los fantasmas de su pasado. La pregunta obvia que se hace Abello es: ¿Quién mató a Santiago Heredia? Su vida albergaba muchos secretos y, a través de ellos, el lector irá transitando por una historia que promete no desamparar a quien se acerque a ella”.

Para enriquecer el contexto que inspira esta novela y conocer algo más del pueblo del cual surge, reproducimos una diciente entrevista con el autor.

P: Pasaste 10 años siendo asesor de entidades gubernamentales, ¿qué hizo que volcaras tu vida a la escritura?

La muerte de mi padre. Él persiguió el dinero siempre, trabajó duro, nadie puede negar que obtuvo beneficios, pero le costó su familia. Sin darse cuenta creó una barrera insondable, y pese a que estaba ahí de cuerpo presente se distanció de sus hijos, su esposa, amigos, y murió en la nada. Además, la literatura es lo que amo, lo que siempre quise hacer desde niño.

P: ¿Cómo nació El hedor del jazmín?

No me gusta la flor del jazmín debido a un negro incidente de infancia, desde entonces he relacionado ese olor a la muerte, y le cargué esa pendejada a Santiago Heredia, uno de los personajes. La novela al inicio se llamó Implicados, pero la vida quiso que me topara con un ser humano cargado de mucha luz, Catalina Martínez, la directora de la editorial Palabra Libre, quien se enamoró de la historia, me dijo que la gustaba mucho la carga de olores, y un buen día me propuso, ese nombre: El hedor del jazmín, y así se quedó. No tuve que pensarlo dos veces. No lo pensé siquiera.

El hedor del jazmín / Antonio Torres
La novela de Torres no aborda el conflicto armado, pero no se aleja de la oscuridad. | Foto: Palabra Libre

P: La novela negra, por suerte, cada vez está más deslocalizada... ¿por qué te animaste a ubicar la trama en el Doncello (Caquetá)? ¿Qué tiene de único y especial como escenario?

El Doncello es un pueblo de 27.000 habitantes, mitad cordillera oriental, mitad piedemonte Amazónico, dos ríos lo atraviesa y divide, tiene vistas preciosas y un clima tropical lluvioso que resulta un tanto enfermizo. Aún así es un lugar perfecto para ambientar cualquier historia, y como es natural quería como todos los hijos de un pequeño pueblo, que la gente de afuera conociera que ese territorio existe.

P: A veces los escritores mezclan y centrifugan sus recuerdos y las historias que han oído para crear personajes y situaciones, ¿ese fue tu caso con la estudiante de Criminalística, Cris Abello?

Estaba estudiando la tecnología en Criminalística de la Universidad de la Amazonia, tenía compañeros de aula bastante especiales, uno de ellos se ganaba la vida haciendo trabajos e infiltraciones para parejas –infidelidades esencialmente- y estudiaba con la ilusión de investigar verdaderos casos de homicidio. Otro compañero era periodista gráfico de un diario amarillista de la ciudad, y publicaba todo tipo de chismes y noticias criminales, masificando sus titulares. Había otra compañera bastante menudita y bonita que quería ser criminalista pero le tenía miedo a los muertos. Y estaba yo, que deseaba ser escritor. En esa aula de clase encontré los personajes ideales.

P: ¿Qué te estremece más: una buena novela negra o las noticias colombianas?

Una buena novela estremece más, y tiene que ver con la identificación que logra tener el lector con uno o varios de los personajes. La noticia colombiana o la noticia sobre crímenes por otra parte, la sentimos lejana, impersonal, que no es con nosotros, tal vez sea por el hecho de ser noticia. Enternece y quiebra más corazones en los noticieros colombianos un perro abandonado que el asesinato de una familia.

P: Naciste en Caquetá... ¿allí hay otros escritores? Lo preguntamos porque aunque siempre hemos sido muy lectores no recordamos haber conocido o escuchado hablar de otros autores de esa región, además nos parece muy bello contarle a todos de esta publicación porque tener noticias de esa parte de la tierra sin que estén asociadas al conflicto armado, es un hálito.

Nací en el Doncello, al sur de Colombia. Y estoy convencido que el Caquetá es una región de escritores, no reconocidos, no publicados, muchos de ellos escriben desde la intimidad de sus casas, pero únicamente un puñado se anima a presentar sus obras.

P: ¿Qué recepción ha tenido El hedor del jazmín en tu departamento?

A la mayoría de lectores la novela los sorprendió gratamente, en parte porque no era una novela sobre los horrores de esa maldita guerra que vivimos, ni sobre la coca que durante tanto tiempo ha corrompido el corazón de los muchachos. No soy ajeno al pasado, viví el conflicto armado desde muy pequeño, de frente, me tocó ver los espantos de la guerra, pero fueron tantos que de alguna manera dejaron de sorprenderme. Lo único negativo hasta la fecha es que les cuesta meterse la mano al bolsillo para invertir 45.000 pesos que vale un ejemplar.

P: ¿Qué se viene ahora? ¿Quieres seguir escribiendo? ¿Sobre qué?

Quiero seguir escribiendo, y para ello cuento con Catalina Martínez que respalda mi proceso de escritura, y con grandes consejeros: Santiago Díaz y Nicolás Medina. El próximo año llegará a las librerías del país mi segunda novela.

El hedor del jazmín / Antonio Torres
Antonio Torres ya prepara su segunda novela. | Foto: Palabra Libre