Voces culturales
“Ojalá se valore más el trabajo de las bandas y de quienes estamos detrás”, Paola Cortés de 4 Cuartos
Actores del sector cultural narran los efectos de la pandemia. En esta entrega, la administradora y cofundadora del espacio de ensayo ‘4 cuartos’ describe escenas duras y de resistencia, mientras clama por apoyar lo local.
En este testimonio, parte de la serie Voces culturales, el coreógrafo le cuenta a Semana Cultura/Arcadia cómo venían antes del covid, cómo sortearon sus efectos, cómo lee el sector y qué se pudo aprender de este tiempo complejo.
Detrás de cada concierto, disco, de cada nueva canción hay muchos espacios y personas detrás. Las salas son una de esas cosas importantes, que acompañan a las bandas en su preparación
¿Qué es 4 Cuartos?
Esta empresa nació hace 20 años con la idea de ser una sala de ensayos para músicos, ya que hace 20 años era muy difícil encontrar espacios para esto, había una sala de ensayos. Con el paso del tiempo se convirtió en más que eso, en un espacio de exposición de muchas culturas y de arte. En la casa de Teusaquillo hacíamos conciertos, exposiciones, muestras de arte, lanzamientos de bandas, no solo de Bogotá, de Colombia y el exterior. Se consolidó como un punto de encuentro para que la gente pudiera conocer acerca de la música. También, con el tiempo, nos convertimos en una empresa de producción de conciertos nacionales, locales, internacionales, alquiler de sonido y backline, esas son las dos grandes ramas que maneja este lugar. La sala de ensayos y la producción de eventos.
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La importancia de las salas de ensayo es que detrás de cada concierto, disco, de cada nueva canción hay muchos espacios y personas detrás. Las salas son una de esas cosas importantes, que acompañan a las bandas en la preparación de canciones, de conciertos y más. Y el espacio de intercambio de ideas y música, mercancía es importante. Siempre detrás de las cosas grandes que vemos, hay gente trabajando para que logren esos pasos y lleguen a ciertos puntos.
¿Cómo iban?
Antes de la pandemia, nosotros veníamos muy bien, llevábamos en esta casa nueva año y medio. Siempre cambiar da miedo, los cambios dan miedo, llevábamos 19 años en Teusaquillo, pero tuvimos que cambiar, y no sabíamos si la gente se iba a venir con nosotros si les iba a gustar el lugar. Había inseguridades.
Nuestra sorpresa fue muy grata, al ver que mucha gente, casi toda la que estaba con nosotros allá nos acompañó, les encantó, y nos dijo que les quedaba mejor ubicado. Uno en Teusaquillo cree que es lo más central de Bogotá, pero sobre todo para la gente que vive en el norte y por Chapinero el cambio fue bueno.
Estábamos nuevos aquí y estábamos bien en esta nueva sede antes de la pandemia. También había muchos conciertos programados, locales e internacionales, pitaba todo muy bien hasta que apareció nuestro amigo el covid.
Los bancos seguían cobrando y pues el Gobierno nunca ha tenido un apoyo real. Eso no es de ahora. Nunca hemos tenido ese apoyo. Las bandas y las empresas que nos dedicamos a producción y a ensayos, los roadies, son empresas independientes, gente que todo lo ha logrado por trabajo propio, partiéndose el lomo
Cómo lidiaron con la cuarentena...
Aquí en las salas somos pocos, cuatro personas, pero en la parte de producción si fue más tenaz. Éramos más y todos nos quedamos sin empleo. La verdad es esa. El área de las artes, conciertos, presentaciones, de la música, salas de ensayo, de teatro, fuimos los primeros que tuvimos que cerrar y vamos a ser los últimos que vamos a poder abrir. Entonces nos pegó bastante duro. Tuvimos que cerrar cuatro meses, y en esos meses en los que paramos y nadie más paraba. Por que tocaba seguir pagando arriendo, seguían llegando los servicios, tocaba arreglar cosas con la gente que trabajaba con nosotros. Los bancos seguían cobrando y pues el Gobierno nunca ha tenido un apoyo real. Eso no es de ahora. Nunca hemos tenido ese apoyo. Las bandas y las empresas que nos dedicamos a producción y a ensayos, los roadies, son empresas independientes, gente que todo lo ha logrado por trabajo propio, partiéndose el lomo, con las uñas. Al no tener ese apoyo, es una vaina muy tenaz. Muchas empresas se acabaron, muchas personas se quedaron sin trabajo.
Nos tocó inventar de todo para sortear, sacamos camisetas que la gente que nos quiere compró. Y eso nos permitió pagar cosas. Yo soy magister en piscología clínica pero hace 20 años decidí dedicarme a esto, que es mío y que hemos construido muchas personas. Al ser esa actividad económica en cerrar por tanto tiempo, queda uno mal. Es parar y encerrarse. No se puede teletrabajo. Lo nuestro es aquí, presencial, con las bandas y la gente. Ha sido muy duro para todo el gremio que trabaja con la música y los espectáculos.
¿Aplicaron alguna de las ayudas del gobierno?
Investigamos. Y sacan algunos decretos y cosas, pero al mirar los requisitos no aplica, uno no sabe donde cuadra su empresa... entre “construcción, manufactura y otras cosas”. Se decía “no puede haber conciertos, no puede haber aglomeraciones, no puede haber eventos”, pero nunca, “no puede haber eventos, pero les vamos a dar la mano con esto. No puede haber ensayos pero ustedes puede tener este beneficio”.
Y con respecto a los bancos, lo hablamos aquí, a las facilidades que se anunciaron. Fuimos un día a un banco a preguntar a ver de qué se trataban los alivios y ayudas.
¿En qué trabajan?
Nosotros tenemos una sala de ensayos para músicos, los primeros en cerrar, últimos en abrir, necesitamos ayuda.
No les podemos prestar porque, si no tienen trabajo, ¿cómo va a pagar?
No quisimos meternos de cabeza con préstamos bancarios, es seguir echándose la soga al cuello. No es un alivio, es seguir en su triquiñuela. Qué yo sepa, ninguna persona del gremio ha recibido un ayuda o alivio económico.
No es un secreto que muy pocos viven de la música en Colombia. Todos los demás lo hacemos por amor, porque nos gusta, porque es una parte muy importante de nuestras vidas
Cómo percibe el sector...
Todos estamos con la esperanza y la actitud y los que quedamos estamos volviendo. Pero sabemos que todo está muy lento. El virus existe, debemos cuidarnos, y hay gente que tiene miedo de salir de su casa y eso es totalmente entendible, respetable. Los que tenemos que salir, lo hacemos con las prevenciones y protocolos para funcionar. En eso mismo andan las otras salas. Los lugares que hacen eventos, también siguiéndolos protocolos, y reinventándonos (palabra que ya todos odiamos), haciendo lives, streamings Cuatro cuartos, pregrabados. Y si no hay conciertos es importante que las bandas mantengan una recordación en su gente, su público.
Acá ha vuelto gente después de caso seis meses y nos dicen “Nos estábamos volviendo locos sin ensayar”. No es un secreto que muy pocos viven de la música en Colombia. Todos los demás lo hacemos por amor, porque nos gusta, porque es una parte muy importante de nuestras vidas. A la gente le gusta ensayar porque tiene una semana pesada de trabajo, o líos en su casa, en los fines de semana o en las noches. Y eso no se pudo en seis meses.
La gente llega muy contenta otra vez. Y en medio de todo lo oscuro que ha sido este tiempo, cuando la gente vuelve y nos dice que nos extrañaba, y salen después de ensayar y expresan “Me siento otro, qué chévere volver, ensayar, ver a mis amigos”. Eso sirve para enfrentar los muchos momentos difíciles. Es tenaz mantener tu empresa sin ingresos. A muchos campos, a mucha gente, comerciantes, restaurantes y más.
Sobre otras salas...
Audio Room es un lugar amigo, cerró también por cuarentena, y otra vez arrancó. Sé que hay mucha gente haciendo streamings. Y muchas se acabaron. Alterna tuvo que cerrar la sede cerca del Campín. Árbol Naranja cerró la sede de la 87. Pero todos andamos en la misma. Intentándolo, resistiendo y poniéndole positivismo para salir adelante de esto.
Qué se perdió, qué se pudo haber ganado
Nos enseñó a valorar el presente y el día a día, a la gente, a los espacios que creamos y que tenemos. La gente critica mucho, quiere destruir todo. Llegan a criticar bandas, sonidos, sitios... y esto ha cambiado ese tono. La gente quiere conciertos, volver a ver a las bandas. Oiga, sí, la gente detrás de los conciertos importa, las salas de ensayo importan, las bandas importan. Yo espero que cuando podamos volver, y haya bandas en tarima, la gente apoye y valore como lo merecen.
A modo personal, uno hace planes a futuro. Y esto nos enseñó que sin importar los planes, todos a la casa. Y enseñó a apreciar a la gente, valorar oportunidades, descansar... porque también se da uno cuenta que vive a toda, ¿no? Trabaje y trabaje, y las deudas, y hagamos. Y es chévere, es activo, pero ese desespero también es un llamado a pausar.
Además, a nosotros nos mandaron a descansar. Esto fue “Enciérrense mientras sus empresas quiebran. Sus restaurantes, almacenes…”. Y el Gobierno aprobaba cosas para lastimarnos mientras tanto. Los beneficios nunca llegaban a la gente, ni a nosotros ni a los necesitados. Así que fue estar encerrado pero saber que todo estaba muy difícil para todo por quienes nos gobiernan.
¿Algo que quiera añadir?
Ojalá que la gente valore más el trabajo de las bandas cuando regresen, y de quienes estamos detrás de ellos. Y que trate de apoyar lo local, a los amigos que hacen sus negocios locales de comida, ropa, de ensayos. No hay que seguir dándole plata al que ya la tiene y volviendo famoso al que ya es. Hay que darle la mano a personas que lo necesitan.