Hay momentos de la vida en los que la adversidad abruma tanto que se desconoce el paso a seguir y, sobre todo, cómo evadir la oscuridad. Se trata de instantes en los que lo mejor que se puede hacer, como creyente en la fe cristiana, es acudir a Dios a través de una oración.

Una plegaría es la demostración de la esperanza depositada en Dios, por más imposible que parezca una causa o engorroso que parezca el obstáculo. Son los periodos en los que se desconoce qué camino seguir los que ponen a prueba la confianza en el Señor.

Encender una vela verde en señal de esperanza. | Foto: Foto: Getty Images.

Si usted está atravesando un momento difícil, más allá del tipo de dificultad, puede encender una vela verde, que es el color de la esperanza, y comunicarse con Dios para que alivie las ansias, le brinde tranquilidad y le ayude a resolver el problema que lo aqueja.

Hay creyentes a los que se les facilita más expresarse hacia Dios en el interior de una iglesia. | Foto: Shannon Fagan

Si es de las personas a las que les cuesta orar, dado que no encuentra la forma correcta de expresarse, puede acudir a esta oración, sugerida por el portal Formación Espiritual.

Siga esta oración para que todo salga bien

“Alzare mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi Socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.

Tú, oh Creador, eres nuestro socorro; en tiempos de oscuridad, eres el sol que alumbra nuestro camino;en esos momentos de sed espiritual que debilitan nuestro espíritu, tú vienes a nosotros cual lluvia refrescante y vivificadora, y renuevas nuestro espíritu marchito.

Orar para pedirle a Dios ser luz en momentos de oscuridad. | Foto: Getty Images

Si Dios es con nosotros, ¿Quién contra nosotros? ¿De quién temeremos si tu estas entre nosotros? Tu mirada está siempre sobre nosotros y conoces nuestras luchas y agonías antes de que nosotros las experimentemos. ¡Y te compadeces de tu pueblo! Enséñanos cómo ser discípulos y discípulas fieles y a confiar plenamente en ti. Ayúdanos a crecer en la fe, en esa que quizás todavía está débil necesita madurar en ti, hasta que tu voluntad y la nuestra sean una. En el nombre de Jesucristo quien creció en gracia y sabiduría delante de ti.

Amén”.