Cultura
Oración a la Virgen María para la consagración del hogar
La Virgen María intercede por las personas ante Dios.
El orar es la acción más sagrada por los creyentes, pues de esta forma se comunican con el ser supremo.
Además, es importante señalar que al momento de orar se debe hacer con fe, amor, respeto y mucha credibilidad en lo que se está haciendo.
De hecho, muchas personas le oran a María, pues es un acto de amor, respeto y admiración, y por ello, el blog Jesús, María Os Amo Salvad las almas, reveló la oración para consagrar el hogar a María Auxiliadora, pues la familia es una de las cosas más valiosas que las personas tienen en la vida.
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“Santísima Virgen María, nombrada por Dios para ser la Auxiliadora de los cristianos, te elegimos como la Madre y protectora de nuestro hogar.
Te pedimos que nos favorezcas con tu poderosa protección.
Preserva nuestro hogar de todo tipo peligro, del fuego, inundaciones, centellas, tormentas, terremotos, ladrones, vándalos, y de cualquier otro peligro.
Bendícenos, protégenos, defiéndenos, conserva como tuyos a todas las personas que habitan en este hogar: protégenos de todos los accidentes y desgracias, pero sobre todo alcánzanos para todos, la gracia más importante de evitar el pecado.
Oh María, gran auxiliadora de los cristianos, ruega por todos aquellos que viven en esta casa que está consagrada a ti por todos los tiempos,
Amén”
Entre tanto, también existe otra oración por la familia:
“Haz, Señor, que en nuestra casa, cuando se hable, siempre nos miremos a los ojos y busquemos crecer juntos; que nadie esté solo, ni indiferente, ni aburrido; que los problemas de los otros no sean desconocidos ni ignorados, que pueda entrar quien tiene necesidad y sea bienvenido.
Señor, que en nuestra casa sea importante el trabajo, pero no más importante que la alegría; que la comida sea un momento de gozo y de conversación; que el descanso sea paz del corazón y del cuerpo; que la mayor riqueza mayor sea estar juntos.
Señor, que en nuestra casa el más débil sea el centro de atención; que el más pequeño y el más viejo sean los más queridos; que el mañana no nos dé miedo, porque tú, Jesús, siempre estás cerca; que cada gesto esté lleno de significado; que te demos gracias por todo lo que la vida nos ofrece y tu amor nos da. Señor, que nuestra casa sea un lugar de acogida como la tuya en Nazaret con María y José, y como la de tus amigos Marta, María y Lázaro en Betania.
Amén”.